Prisión para los cinco detenidos en el yate interceptado el pasado domingo con 300 kilos de cocaína en aguas entre Eivissa y Mallorca. Los arrestados, cuatro holandeses y un alemán de entre 19 y 55 años, fueron puestos ayer por la tarde a disposición judicial. La comparecencia comenzó con cierto retraso dado que uno de los acusados sufrió una indisposición y tuvo que ser atendido de urgencia en el hospital Son Espases.
Pasadas las cinco de la tarde, los arrestados ya estaban en los calabozos de los juzgados. Momentos antes, agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera les habían conducido hasta los juzgados de Vía Alemania de Palma en un furgón policial.
La policía holandesa, de forma paralela, practicaba 38 registros domiciliarios en Holanda y se incautaban de 150.000 euros en efectivo y cinco kilos de oro. En Platja d'Aro, en Girona, también se realizaron varias entradas y se intervinieron motos acuáticas, embarcaciones y coches de alta gama.
Los investigadores sospechan que eran los vehículos que iban a ser utilizados para culminar el traslado de la droga hasta Holanda y Alemania.
Lujo
Los cinco detenidos llegaron a Mallorca hace dos años y llevaban un elevado tren de vida, aunque estaban en el punto de mira de los investigadores, que sospechaban que sus ingresos procedían de actividades ilícitas.
El propietario de la embarcación intervenida, el HCHX, de 28 metros de eslora, es un holandés de 55 años. Se trata del cabecilla de la banda. Esta embarcación, con bandera de Gibraltar, partió durante la madrugada del domingo desde Palma hacia Girona. Vigilancia Aduanera lo siguió y lo sorprendió cuando recogía del mar unos bultos que habían sido arrojados poco antes por un barco regular de carga. El abordaje del yate contó con la autorización de Reino Unido porque tenía bandera de Gibraltar.