Tras pasar toda la vida trabajando en el mar, Toni Ferrer ha terminado en tierra, como jefe de explanada en el varadero. El espacio sobre el que gobierna está lleno de veleros de gran eslora, yates de toda clase, pero también embarcaciones pequeñas de recreo. Todos tienen que pasar tarde o temprano por sus dominios para poder mantenerse en condiciones y seguir surcando el mar.
Recuerda todo lo que ha cambiado este mundo, que desde que entraron los nuevos materiales ha pasado de contar siempre con la necesidad de la destreza de la mano humana a estar todo hecho a través de moldes. Unas novedades que también han llevado a que los viajes a Formentera se hagan ahora en lo que dura el capítulo de una serie de dibujos animados, cuando cruzar el mar hasta la isla vecina era un mundo.
¿Cómo ha acabado como responsable de explanada del Varadero?
— Llevo toda la vida en el mar, tanto como patrón como en el mantenimiento de barcos, toda la vida me he dedicado a esto. Dejé la vida de patrón de yates hace cuatro años y empecé aquí como jefe de explanada.
¿Qué le parece el cambio de navegar a trabajar aquí?
— Te tiene que gustar. Yo he estado entre barcos toda la vida y me gusta. Pero al fin y al cabo es un trabajo y tiene sus más y sus menos. Yo no he hecho otra cosa que estar en el mar. He estado navegando, y cuando no he estado pescando, y ahora con la reparación y mantenimiento de barcos.
Habiendo vivido siempre en el ámbito del mar, ¿cómo recuerdas el varadero y qué cambios se han producido?
— Pues ha cambiado mucho. Antiguamente se sacaban los barcos con carros. se hacía por la zona del club náutico. Era lo que se llamaba un varadero de carros. Se sacaban incluso con mulas. Con el tiempo empiezan a usarse los travelift (grúas para sacar los barcos del mar) y todo tipo de maquinaria. El espacio es el mismo, pero el cambio brutal se produce en la maquinaria. Pero el sistema de varar un barco siempre ha sido el mismo. Sacas el barco a tierra, lo apoyas y a trabajar. La diferencia es esa, antes se hacía varada de carro, hasta que hace unos 40 o 50 años se empieza a trabajar con los travelift.
¿Eso ha tecnificado mucho el trabajo?
— Pues imagínate. Y no sólo eso. La cantidad de barcos que había antes a la que hay ahora. Estamos hablando de un aumento de actividad de un 1000%. Antes se sacaba un barco al mes y ahora al día a lo mejor se sacan en la isla 20 barcos.
¿Cómo es una jornada normal?
— Organizamos la mañana temprano. A primera hora ya tenemos una varada o una botadura. La botadura es cuando hemos terminado los trabajos de un barco, lo llevamos al agua, se hacen pruebas para comprobar el casco y el barco se va a su atraque. La mañana va pasando entre varadas y botaduras. Luego, ya sobre la explanada, vamos trabajando: un barco que ha tocado con una roca y tenemos que hacer una reparación, o que necesita un mantenimiento antifouling (la pintura que se aplica para que no se incruste flora y fauna en el casco), cambio de ánodos… además tenemos servicio de remolque, con el que una empresa entra con un remolque, se carga el barco y se transporta.
¿Cuánta gente trabaja en el varadero?
— Ahora mismo seremos entre 10 y 12. Más todos los que se subcontratan, hay muchas empresas subcontratadas o que vienen de fuera para reparar barcos en nuestras instalaciones. Aquí se pueden juntar diariamente a trabajar entre 30 y 40 personas.
Ahora en verano ¿qué clase de trabajos hacéis?
— Normalmente en verano son sobre todo emergencias y reparaciones de esas emergencias. Hay barcos pequeños que vienen a hacer mantenimiento, que prefieren hacerlo en verano en lugar de en invierno. Porque un mantenimiento no siempre supone un mes, a veces se puede hacer en una semana y vuelve al agua. Pero lo normal es que no haya prácticamente mantenimientos, porque los armadores quieren tener el barco listo para julio y agosto porque sino no funcionan.
Los yates de famosos que tienen problemas, ¿vienen aquí?
— Los barcos de famosos no son de famosos. Los alquilan los famosos. Pero es muy raro que algún famoso no haya paseado por su cubierta de la mayoría de los yates que pasan por aquí. En la reparación la prisa la tiene el propietario del barco porque es el que lo tiene alquilado. Los famosos lo que quieren es la sustitución rápida del barco para no perder ni un día.
¿Os presionan los propietarios para qué seáis rápidos?
— Cuando hay un siniestro en el que por ejemplo se ha golpeado una roca en julio, el armador tiene prisa para tener el barco en agosto. Puede tener la prisa que tenga, pero hay que tener los efectivos necesarios. Aunque nosotros intentaremos que lo tenga en julio. Ellos quieren tener el barco ya.
Y cuando tenéis una reparación complicada, ¿tenéis siempre aquí al equipo necesario o a veces tenéis que pedir algún especialista?
— Normalmente tenemos todo el personal que necesitamos. A veces, para barcos concretos, buscamos las empresas más adecuadas para tener un servicio oficial de alguna pieza en concreto. Si se trata de partes que requieren el trabajo de empresas certificadas, las traemos aquí.
¿Cuál es la reparación más complicada que habéis tenido este verano?
— Pues tenemos ahora mismo varado un velero que tuvo una operación complicada porque se golpeó contra una seca y destrozó una parte del casco de proa. Hubo que hacer obra interior con ebanistas, electricistas, enfibradores, técnicos para preparar el antifouling. Con este barco han trabajado cuatro o cinco operarios diferentes. Trabajo de fibra, de mecánica, de electricidad y de pintura. Casi todos los barcos son iguales. A veces no hace falta carpintería ni un técnico en ebanistería. Casi todos son mecánica, fibra y pintura.
¿Os encargáis de embarcaciones más tradicionales, por ejemplo llaüts?
— Si. Hoy día ya no se hacen tantas, pero vamos haciendo alguna. Se calafatea y se hace mantenimiento. Ahora mismo tenemos una goleta de madera que requiere un trabajo más tradicional. Todo eso necesita calafatear. Pero son pocos. Ahora todo viene en fibra y no salimos de eso. Los barcos de madera requiere un trabajo a mano muy distinto. Casi todo tiene ahora sus moldes que a base de programas te hacen la pieza que te hace falta para cambiarla. Todo lo que se hace a mano tiene más encanto. Cuando hablamos de los cascos de materiales modernos todos son moldes, se aplica fibra, resina y ¡pum! Ya tienes el barco. Pero un barco de madera, que comienza su elaboración en el bosque, buscando formas, y luego cortas las piezas y ves que toma forma. Aunque hoy en día las piezas de madera casi siempre el carpintero va a buscarlas a la carpintería.
¿Qué tamaño pueden tener los barcos que sacáis del agua?
— Depende del material del que esté hecho el barco. Podemos tener barcos de fibra, de kevlar, de hierro, de aluminio, de madera. Depende del material tiene un desplazamiento (el peso del barco) u otro. Podemos tener un barco de hierro que tenga 20 metros y desplace 200 toneladas, y otro que tenga 40 metros y por el material que sea desplace 150 toneladas. Un barco de kevlar de 40 metros puede desplazar en torno a 140 toneladas. Nuestra maquinaria puede soportar hasta 160 toneladas. Que puede ser un barco de 40 metros o de 10 metros.
Teniendo alzados barcos con tanto peso, ¿qué medidas de seguridad tenéis?
— El travelift tiene un control de peso. Cuando varamos un barco, la propia máquina, si tiene un problema para levantar algo por un sitio u otro se para. A veces es simplemente porque no lo has equilibrado bien. Cuando vienen barcos de mucha eslora miramos los planos para conocer el peso y poder levantarlo. A la hora de ponerlo en el varadero se tiene en cuenta dónde están las cuadernas, para poder apoyarlo sobre estas costillas del barco que sirven de refuerzo. Si lo apoyásemos en algún punto sin refuerzo, no podría aguantar el peso del barco. Por lo demás, precaución, ir con cuidado.
El mantenimiento de barcos generalmente es caro, ¿tenéis servicios para usuarios con barcos más pequeños que quieren hacer reparaciones o mantenimiento?
— Si, de hecho tenemos una oferta de 4 días para gente con barquitos de recreo de 7, 8, 10 metros a los que les preparamos el barco rápidamente y ya lo botamos. Son precios económicos que les permiten tener su barco listo con un mantenimiento profesional. Es un servicio de barcos hasta 14 metros para que la gente pueda recibir este servicio. A partir de 14 metros ya son los precios estipulados para varadero.
¿Qué cambia de trabajar con un barco enorme de 30 o 40 metros a barcos pequeñitos de 5 o 7?
— Prácticamente es el mismo. Las técnicas son las mismas. Lo único que cambia es, lógicamente el tiempo. Siempre es limpieza, cambio de ánodos, pintar, lijar...sólo cambia el tamaño.
¿En invierno estáis más tranquilos?
— [Resopla] Estamos todo el año igual. Después del día de Reyes empezamos y no paramos. Continuamente mantenimientos y luego reparaciones grandes. A veces hay que desmontar hélices y enviarlas a la fábrica a arreglar. Estamos desde principio de año hasta el final trabajando. Tenemos en diciembre un poco de relax, pero vamos, no cerramos nunca.