Hablar con Antoni Garcías es darse cuenta de su conocimiento al detalle de la red de aguas de Ibiza, a pesar de que conteste desde su oficina en Palma. Es el responsable de una de las infraestructuras más importantes de la isla, y cuyos problemas, sobre todo en verano por los picos de consumo, abren portadas de periódicos e informativos.
—El suministro público de agua desalada es cada vez mayor en la isla, ¿puede llegar un punto en que se pueda cubrir el 100% de la demanda incluso en verano?
—No, con las instalaciones actuales no podrá ser. Hay que jugar con otros sistemas como los pozos y el agua desalada. En verano es imposible dar agua desalada a todos los municipios. En invierno sí es posible, y nosotros predicamos que en invierno no se usen los pozos y se acuda sólo al agua desalada. Pero en verano en las puntas (de consumo) es imposible. Hay quince días en agosto en que no se puede. Por ponerte un ejemplo, sólo los municipios de Sant Josep y Eivissa necesitan más agua que la que dan dos desaladoras. Si juntamos Sant Antoni, Sant Joan y Santa Eulária superamos la capacidad de los 45.000 metros cúbicos que generan las tres desaladoras de la isla. Hay más consumo de lo que da, por lo que hay que utilizar los pozos ahora, y en invierno dejarlos descansar.
—¿Se van a sustituir los emisarios de Santa Eularia, Platja d'en Bossa y Formentera?
—No hay ningún proyecto ahora mismo de sustitución. Estos emisarios cumplen con la normativa. Es verdad que en alguna ocasión pueden romperse o pueden tener algún problema y nosotros tenemos un contrato con la explotadora que tiene que hacer dos revisiones al año y tiene que repararlos si se rompen. Hay algunos emisarios como el de Santa Eulária que es muy antiguo. Pero el problema que tienen los emisarios es que en el momento que planteas uno nuevo necesitas un proceso de 10 a 15 años para tener la aprobación de todas las administraciones. Se necesitan unos requisitos que hacen que sea un procedimiento muy largo. En estos momentos lo que tenemos previsto es cambiar las zonas terrestres en varios municipio de lo que es el agua en alta. Lo que es competencia de Abaqua, que es lo que conecta con el agua en baja que gestionan los municipios. Pero en la parte terrestre. Esto permitirá que no haya tantas roturas. De los emisarios que hay, no está previsto que ninguno se sustituya, simplemente el mantenimiento para que funcionen bien.
—¿Qué solución tienen los vertidos de residuos sólidos de los emisarios que se denuncian de vez en cuando?
—Esto sólo tiene una solución. Que cuando haya lluvias, las pluviales no lleguen a la línea en alta del colector. Si llega agua cuando caen lluvias fuertes a este colector, se llena. Cuando llega a los motores que impulsan el agua, no dan a vasto. Y con el monstruo de las alcantarillas que suponen las toallitas, esto genera que no pueda funcionar, salte la tapa y se va hacia el emisario. Es algo que sucede con las lluvias. Por tanto las pluviales no tedrían que sumar ni una gota. Esto es algo que hace 40 años no se tenía en cuenta, y las pluviales y el alcantarillado están unidos. Y cuando llueve genera este problema. Es algo que pasa en muchos municipios y son las administraciones las que tienen que hacer proyectos para cambiarlo. Esta es la única solución. No tenemos ninguna otra.
—¿Cuándo se pondrá en marcha, plenamente, el sistema de interconexión de las desaladoras?
—Nos gustaría que estuviese ya. Piensa que en estos momentos estamos funcionando en pruebas porque quedan pendientes de terminar algunas conexiones eléctricas, y hay diferentes depósitos que aún no se pueden utilizar. Se prevé que a final de este año se pueda entregar a Abaqua. Si lo tenemos sobre esas fechas, quizás será aventurado decir que en verano ya esté todo, pero el año siguiente podría estar todo en marcha y funcionando correctamente.
—¿Qué supondrá que se pueda poner en marcha este sistema?
—Supondrá una mayor capacidad de almacenaje en los diferentes depósitos. Tenemos algunos depósitos de 6.000 metros cúbicos que en este momento no se pueden utilizar. Cuando se puedan utilizar podrá tenerse más agua retenida para momentos punta. Esto no quiere decir que en verano en el mes de agosto podamos tener agua para todos. Hay que jugar con las reservas de pozos. Pero tendrá más capacidad en diferentes zonas, porque hay diferentes depósitos distribuidos que permitirán una mejor regulación.
—Respecto a estos depósitos comentaba hace algún tiempo la idea de un gran depósito de 100.000 metros cúbicos en la isla para mejorar esa distribución. ¿Es posible? ¿Puede llegar a ser necesario?
—Sería lo ideal. Pero tenemos las dificultades que plantea el territorio. Un depósito de 100.000 metros cúbicos es difícil de ubicar. Es complicado que no esté en zona ANEI (Áreas Naturales de Especial Interés), que no esté al lado de una casa… tiene mucha problemática y por eso no se diseñó en el proyecto, por las dificultades que puede tener. Ibiza es una isla con una construcción muy diseminada, excepto los ANEI, donde no se puede construir. Tenemos el ejemplo de Santa Eulària, estamos construyendo un depósito para ellos y hay unos cuantos vecinos que nos protestan por el ruido que hacen las máquinas. La construcción de este depósito, insisto, sería lo ideal y tendremos que estudiarlo porque esto garantizaría el suministro de agua de la isla. Las desaladoras sacan agua de forma continua, por lo que cuantos más depósitos tienes mejor se puede almacenar y distribuir por toda la zona. Ahora no se puede hacer, pero en un futuro tendrá que plantearse este macro depósito. En Formentera lo tienen y es el depósito que nos da esta seguridad.
—¿Ese macro-depósito podría garantizar el suministro total con agua desalada?
—Siempre tendremos que contar con el agua de lluvia para las puntas. Si tenemos los acuíferos controlados y utilizamos sólo la cantidad de agua necesaria en las puntas, tampoco haremos mal a los acuíferos. Hemos diseñado dispensadores en cada desaladora, uno en Eivissa, en Sant Antoni y en Santa Eularia con idea de que los camiones cisterna también vayan a cargar a las desaladoras en invierno y que se dejen descansar totalmente los pozos. Para que no se sobre explote el acuífero. Hay que conjugar los dos sistemas. No se puede plantear la construcción de otra desaladora. Esto económicamente sería una barbaridad. Tener una desaladora para cubrir la necesidad de 15 días, entre lo que cuesta el mantenimiento y el personal incrementaría el gasto muchísimo. Hay que jugar con los recursos que tenemos para no incrementar el precio.
—En Cala Bou siguen teniendo problemas de vertidos a pesar de las obras de cambio de tuberías ¿se llegarán a solucionar estos problemas del colector que vienen desde 2011?
—Yo creo que con el cambio de estos 500 metros de tubería ya se ha notado una mejoría porque sólo ha habido una rotura este verano. El verano pasado tuvimos cinco roturas, y todas fueron en el mismo tramo. Ese tramo que se rompía, se supone según los técnicos que el problema era que alguien construyó en un momento determinado otro tipo de tubería que perjudicó a la nuestra. Ahora la hemos cambiado y no hemos tenido ninguna otra rotura. Pero previendo esto nosotros lo que queremos cambiar es la línea en alta de toda la bahía. Estamos redactando el proyecto, hablando con los ayuntamientos de Sant Antoni y Sant Josep para cambiarla y que de cara a futuro no tengamos ningún problema. Porque lo que hicimos con estos 500 metros era una solución parcial para que este verano, o dos veranos más, lo que haga falta hasta que salga el proyecto que tiene que pasar por la comisión de medio ambiente etcétera. Se trata de una inversión de 4 o 5 millones de euros. También cambiaremos la red en alta de Playa d'en Bossa.
—Del agua regenerada de las depuradoras ¿qué porcentaje se reutiliza?
—Muy poco. Tenemos un proyecto de una balsa agrícola en Santa Eulària pero el agua tiene salinidad. Si tiene salinidad no se puede regar. Y la salinidad puede provenir de varios motivos: porque tenga una infiltración marina y otra por la explotación de muchos hoteles que tienen sistemas propios de desalación. Usan un sistema de osmosis que hace que la concentración de sal se mande al sistema de aguas residuales. Y las depuradoras no quitan sal y el agua sigue manteniendo salinidad. En la isla hay un trabajo de muchos años para intentar que las aguas puedan ser regeneradas. Hay mucha inversión que hacer. Cuando se llegue a un punto que el agua sea de las desaladoras (que gestiona Abaqua) y los hoteles no tiren la concentración de sal que producen sus instalaciones a las aguas residuales, podríamos utilizar esta agua, pero queda un largo camino.
—¿Qué pasos se están dando en esta dirección?
—Donde tenemos una demanda y se está dando un agua regenerada de calidad es en Cala Tarida, donde están intentando un grupo de hoteleros darle uso. El agua regenerada, si se hacen inversiones, tiene que tener una finalidad, porque tiene un coste añadido a la depuración. Tiene que pasar otro proceso para que sea otra vez utilizable. Cuando es para agricultura el coste es menor, pero si es para hoteles o jardines tiene que tener unos tratamientos, tiene que estar clorada y otra serie de condiciones. Así que primero tiene que haber una demanda. Anteriormente hemos hecha ciertas inversiones grandes, como la de Santa Eularia, y no se han podido aprovechar porque el agua es salada. Hay que prevenir que el agua que se recibe no sea salada y que haya un receptor. Desalar este agua para regenerarla y acabarla tirando al mar no tiene sentido. Si alguien no quiere consumir o utilizar este agua, es un sinsentido. Por tanto si hay demanda estamos totalmente de acuerdo en que se regenere y se utilice.
—¿Y respecto a la infiltración de agua regenerada para recuperar acuíferos?
—La infiltración de este agua en los pozos aún técnicamente la Unión Europea no lo permite. Esto está ahora mismo en plan experimental, pero por ahora no se puede infiltrar en los pozos porque puede generar problemas. No tenemos garantía de que este agua tenga todas las condiciones para no dañar a los propios pozos. Sobre todo si tienes la salinidad que hay en Ibiza, no puedes meter ese agua que tiene una salinidad de 2 o 3 puntos, a un pozo. Porque salas el pozo. Todo esto de que hay que regenerar agua para los pozos, a la larga podrá ser, pero antes debemos tener unas mínimas garantías para infiltrarla.
—Hace algunas semanas se resolvió el conflicto con los trabajadores de las depuradoras con Cadagua, y la empresa dijo que le plantearía a Abaqua la reclamación de más personal de los técnicos. ¿Podrá hacerse este aumento de personal?
—Nosotros tenemos una contrata. La contrata tiene que dar un servicio. El personal va a cargo de la empresa que lo explota. Hay unos mínimos de personal que están garantizados. Si por necesidades del servicio tienen que poner más trabajadores esto va a cargo suyo. Nosotros ahí no entramos. Esto entra en su coste de explotación y en la oferta que ellos hicieron. Si ellos consideran necesario este aumento de personal es a coste de la explotación. Nosotros exigimos una serie de mejoras sociales y un mínimos de personal que están cumpliendo. Pero si necesitan contratar a más gente esto es responsabilidad de la propia empresa.