La plácida legislatura de Gonzalo Juan Ferragut (Ibiza, 1955) como conseller insular de Economia i Hisenda terminó el día en el que Miquel Vericad dejó su cargo como conseller de Medi Ambient y él tuvo que asumir sus funciones hasta el próximo mes de mayo. Por el momento, Juan tiene 20 millones más en la caja fuerte del Consell que cuando llegó y se queja de lo difícil que es tirar para adelante los proyectos por culpa de la burocracia. Asegura que no se volverá a presentar en las próximas elecciones pero que se va contento por la experiencia.
-Su adaptación al departamento de Medi Ambient después de la dimisión de Miquel Vericad parece que ha sido rápida. ¿Aún se está poniendo al día o ya lo tiene todo controlado?
-No había más remedio que hacerse rápido porque el departamento no se podía parar y he tenido la ayuda de Vericad y la del director insular, Vicent Tur. Quizás desde fuera no se ve pero es un departamento muy amplio y aún sigo poniéndome al día pero tenemos todos los problemas controlados.
-Después de que Vericad dejara al equipo de gobierno con el culo al aire en la zonificación del alquiler turístico, ¿fue la decisión correcta obligarlo a dimitir?
-Su voto en contra lo interpretamos como una deslealtad con los acuerdos firmados. A mí me dolió mucho que Vericad se fuera pero también creo que él tenía ganas de irse; quizás fue un acuerdo mutuo. El presidente no tenía otra opción y Vericad lo aceptaba y también le iba bien.
-¿Por qué se ha tardado tanto en comenzar las obras de la planta de triaje? Parece como si a cada gobierno de turno le diera pereza empezarlas y siempre las dejaban para más adelante.
-El tiempo de las administraciones siempre son muy lentos. Inicialmente se empezó por pedir lo que ahora estamos haciendo: una planta de triaje con biometanización. Pero después se vio que este sistema daba problemas y no estaban suficientemente desarrolladas, por lo que se cambió el proyecto inicial y se sustituyó la biometanización por una planta de compostaje. Luego hubo problemas y nos dijeron que no era viable porque consideraban que era un nuevo contrato y se tenía que licitar todo otra vez, por lo que tuvimos que volver atrás.
-¿Qué habría supuesto no empezar las obras esta legislatura y continuar teniendo un vertedero ilegal?
-Independientemente de posibles sanciones muy importantes de Europa, que es lo que nos da más miedo, teníamos que ponernos en el siglo XXI en este aspecto. Sin esta planta de triaje, Ca na Putxa se llenaría antes, por lo que nos dará un par de años más de vida al vertedero. Tenemos que empezar a estudiar otra solución alternativa al vertedero para dentro de diez o quince años. No teníamos otra opción más que comenzar. Pero una vez empezadas las obras de la planta de triaje Europa tendrá que mirar a otros lugares donde no están tan adelantados como nosotros.
-¿Cuántos años de vida útil le quedan al vertedero de Ca na Putxa?
-Al ritmo que vamos, unos diez años. Cada vez producimos más residuos pero también los ciudadanos estamos más concienciados y que reciclemos más. Aún quedan dos celdas por abrir, cada una de 750.000 toneladas. También tenemos que buscar una alternativa para la planta transferencia de residuos.
-¿Con qué alternativa se trabaja para el vertedero de Ca na Putxa? Cuando esté lleno, ¿Dónde irá a parar la basura de los pitiusos?
-Aún no hemos empezado a trabajar en ello porque próximamente se aprobará el Plan Director Insular de Residuos. Pero hay alternativas como la incineración, el traslado de la basuras a otro lugar o buscar otro vertedero. Pero pienso que iríamos más hacia la incineración o el traslado, pero aún no hemos empezado.
-¿Se construiría una incineradora en Ibiza o se trasladarían los residuos a la incineradora de Son Reus, en Mallorca?
-Una de estas dos opciones son las que barajaríamos. Lo tenemos que mirar técnicamente y estudiarlo.
-Los ibicencos, de media, sólo reciclamos el 14 % de los residuos que generamos y la Unión Europea se marcó como objetivo reciclar el 50 % en 2020. Es evidente que no llegaremos, ¿qué se puede hacer para reciclar más?
-Cada vez la gente está más concienciada de que o empezamos a ponerle solución o nos vamos al carajo. Hasta hace cuatro días era muy innovador instalar contenedores de colores y ahora la gente ya lo tiene asumido. Cuando empiece a funcionar la planta de triaje mejoraremos porque también se introducirá un nuevo contenedor de color marrón para los residuos orgánicos. Mejoraremos pero no llegaremos al 50 por ciento.
-Vericad viajó a Alemania para conocer un sistema de retorno de envases por el cual si tú devuelves una lata te dan una pequeña cantidad de dinero. ¿Sería viable su implantación en Ibiza?
-En los diez meses que nos quedan no, pero no se tiene que descartar. Cuando yo era pequeño los envases se devolvían todos y pienso que hay que ir por ahí. Ahora haremos una campaña muy importante para que haya cada vez menos plásticos. En Ibiza tenemos el problema de que somos una isla y todo viene envasado.
-Hablaba antes de la planta de transferencia de residuos de Cas Dominguets, ¿qué futuro le espera?
-La empresa que había antes, Sayca, no estaba interesada en seguir con las mismas condiciones y ahora la gestiona Reciclajes Ca na Negreta, que están haciendo un muy buen trabajo y estamos contentos. La idea que yo tengo es moverla de donde está porque nos hace falta una planta más grande y que no esté al lado de la central eléctrica ni de la ciudad porque un día puede haber un problema y nosotros tenemos allí mucho papel acumulado.
-¿Ya saben tienen una nueva ubicación para la planta de transferencia?
-No, aún tenemos que buscarla. Lo ideal sería en una zona industrial pero es complicado. De momento Ca na Negreta estará allí seis meses y luego sacaremos a licitación otro contrato pero aún en las mismas instalaciones.
-¿Cómo llevan la redacción del nuevo Plan Director de Residuos? ¿Estará listo para el año que viene?
-Sí, sí. Yo confío en que se lleve a aprobación en el próximo pleno de septiembre. Estaba acostumbrado a un departamento más tranquilo como el de Economia y en el de Medi Ambient todo son urgencias y emergencias. La Comisión Europea está detrás y confío en llevarlo al pleno de septiembre.
-¿Cuántos payeses profesionales hay en la isla de Ibiza? ¿Ha aumentado la cifra esta legislatura?
-Aproximadamente entre 50 y 60 profesionales hay en Ibiza. Se están incorporando nuevos agricultores, muchos de los cuales siguen la estela de su padre. El campo está hoy en día bastante abandonado pero cada vez se le da más importancia. El primer acto como conseller de Medi Ambient me invitaron a una comida de las cooperativas. ‘Empezamos bien', dije, porque como conseller de Economia nunca me habían invitado a nada. Me sorprendió que en la comida hubiera mucha gente joven pero hay que seguir trabajando para convencer a la gente que vale la pena cuidar el campo. Tenemos que aumentar las ayudas y dar más facilidades.
-¿Qué se está haciendo para combatir la Xylella?
- Los ejemplares que encontramos infectados los destruimos. Hemos conseguido de Europa no tener que talarlo todo y sólo atacar las plantas y árboles infectados. También estamos estudiando qué variedades aguantan más pero es una situación complicada.
-¿Se está conteniendo la plaga o es inevitable que acabe toda la isla infectada?
-Yo espero que no acabemos como Italia y confío en que encontraremos la manera de erradicarla. Hoy por hoy no la tenemos pero con el paso del tiempo saldrá. De momento parece que está estabilizada. Una incongruencia que encuentro es que nosotros no podemos sacar de aquí olivos pero, en cambio, desde Mallorca sí que pueden llegar y batallaremos para que esto se arregle.
-¿Y las serpientes?
-Es un problema que también me preocupa pero ahora estamos teniendo menos capturas porque creemos que también hay menos serpientes. Ahora el Ministerio hará un decreto ley con el que podremos mirar los árboles que entran aquí y que puedan estar en cuarentena o sólo que entren en los meses de verano. Otro signo positivo es que las serpientes capturadas cada vez son más pequeñas, lo que significa que las cazamos antes. En Formentera tienen mejores noticias porque allí se han concentrado prácticamente en un solo punto pero en Ibiza no sé si volveremos a tener una isla sin serpientes aunque cada vez trabajamos más, tenemos más de mil trampas y sigue habiendo capturas.
-Los pescadores cada vez se hacen oír más con sus ferias y su marca Peix Nostrum. ¿En qué momento se encuentran?
-Creo que están en un buen momento aunque siempre hay margen de mejora. Por primera vez hay una ayuda de un millón de euros para el sector pesquero con el programa Leader y estoy contento. El mismo sector pesquero es muy consciente de que hay que proteger la pesca, de hecho ellos fueron los que promovieron la reserva marina de Tagomago. Es un sector que irá a más.
-¿Qué dicen las autopsias de las morenas?
-Nada definitivo. En un 99 % se ha descartado que fuera un problema ambiental y se va más hacia un virus o una bacteria. Desde la Universidad de Barcelona nos ayudarán y nos han pedido que enviemos morenas sanas para compararlas con las encontradas muertas, que tienen el hígado muy negro.
-En el inicio de la legislatura usted dijo, parafraseando un símil futbolístico, que el dinero tenía que estar en el campo y no en el banco pero la realidad es que cada año hay millones de remanente. ¿Por qué cuesta tanto cumplir con el presupuesto y sobra tanto dinero?
-Maldita hemeroteca, que dicen. Ahora en el banco tenemos 50 millones y cuando llegamos había 30 millones, hemos aumentado 20 millones. Es muy difícil invertir. Los proyectos más grandes, como la carretera de Santa Eulària o la transformación de sa Coma, se están llevando a cabo ahora, por lo que nos ayudará a gastar este dinero. Confío en que cuando me vaya tengamos menos dinero en el banco y que no sea gastar por gastar.
-Si uno fuera malicioso diría que han dejado las grandes inversiones para el último año de legislatura, justo antes de las elecciones.
-No, la administración es muy complicada. Tenemos detectados los problemas, tenemos la voluntad de solucionarlos, sabemos cómo llevarlo a cabo y también tenemos el dinero pero hasta el momento de tirarlo hacia adelante cuesta mucho. Europa, España y Mallorca nos controlan muchos, supongo que por la gran corrupción que ha habido en el pasado. La administración es poco ágil, hay mucha burocracia.
-¿Por qué cuesta tanto pagar las subvenciones si hay dinero?
-Es un problema de falta de medios. Hay gente que piensa que hay muchos trabajadores en el Consell pero nosotros creemos que para dar un mejor servicio hace falta más personal.
-¿Cómo se puede defender que la Ley Montoro no deja contratar personal y luego sacar una oferta pública de empleo de 130 plazas?
-En los últimos presupuestos de Montoro había un poco más de manga ancha y el resto viene por nuevas competencias que hemos recibido. También hacemos contratos fijos, por lo que las 130 plazas no son todas nuevas.
-¿Cómo están las cuentas con el Govern balear? ¿Cuánto le deben al Consell todavía?
-De las ‘bestretes' (anticipos a cuenta) aún nos las deben todas, no sé de dónde sacan éstos (el PP) que nos han estafado, si aún no nos han pagado nada. Habíamos comenzado las negociaciones pero lo que nos han ofrecido, aproximadamente 2,5 millones, no nos parece bien y no lo firmaremos. Estamos dispuestos a estudiar una rebaja pero otra cosa es que de los 10 millones que nos deben sólo nos den 2,5 millones. No lo aceptaremos. A mí me hubiera gustado que hubieran sido más comprensibles desde el Govern balear, no sé si no querían o no podían. Si nos hubieran ofrecido 7 u 8 millones quizás habríamos dicho que adelante pero el problema de esto es que cuando se hizo la nueva Ley de Financiación no se previó el pago de las ‘bestretes'.
-Usted se llevará el mérito de haber conseguido que Fecoev gane dinero. ¿Cómo lo ha hecho?
-Principalmente dejando trabajar a la gente que hay ahí, escuchándolos y apoyándolos. Hemos tenido unos buenos años y este año esperamos que sea igual de bueno. Tuvimos el evento de Mercedes Benz y habrá otros que nos dejarán dinero.
-¿El año que viene puede repetirse un evento similar?
-No se puede decir pero estamos buscando alguna cosa similar, no tan grande pero sí de tres meses en temporada baja, quizás a finales de 2019 o a principios de 2020.