Con el lema: «Educación inclusiva, salud mental positiva» se celebró ayer el Día Mundial de la Salud Mental, en el que la Asociación pitiusa de familiares con enfermedad mental (Apfem) organizó una jornada de puertas abiertas para acercar a la gente el trabajo que realizan y pedir que se trabaje «desde la infancia en la inclusión de estas personas» y eliminar el «estigma social» que supone la enfermedad mental, explicaba en su breve discurso de bienvenida la gerente de la asociación, Antonella Greco.
Apfem atiende a más de 90 personas entre usuarios y familiares. Su trabajo se basa en la integración de las personas con enfermedades mentales en la sociedad a través de distintos programas que abarcan desde la infancia a la edad adulta.
«Tenemos que fomentar la educación en valores y en respeto para que sea la sociedad la que se adapte a las personas que tienen alguna dificultad o alguna diferencia», abogó Greco. Apfem actúa en esa dirección a través de diferentes servicios que no existían en Ibiza y para los que trabajan en red con el Consell Insular, ayuntamientos e IB-Salut.
La Confederación de Salud Mental en España advertía ayer de que «la salud mental infanto-juvenil es una de las principales asignaturas pendientes de la sanidad española que es urgente mejorar». Informaba de que en España, según la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, hay 2 millones de jóvenes de 15 a 29 años (30%) que han sufrido síntomas de trastorno mental en el último año.
Programas
La asociación lleva a cabo, desde programas para niños con trastorno generalizado del desarrollo en dos fases, de 0 a 6 años y de 7 a 16; a programas para adultos como una vivienda de apoyo integral, un servicio de acompañamiento o un centro especial de empleo, Apfem Aktúa, en el que actualmente trabajan 30 personas con alguna enfermedad mental.
Entre ellos Manuel de la Barrera, que ayer atendía el catering de esta jornada. El programa de trabajo ha sacado de él «un carácter mejor que antes no tenía», valora. Considera que el programa está «muy bien elaborado» para ofrecer a los trabajadores alternativas para integrarse. Apfem Aktúa tiene tres líneas de trabajo: servicio de catering, servicio de mantenimiento de instalaciones y un servicio de limpieza. Manuel explica que hace tiempo que no va a terapia, y que es el propio trabajo lo que le sirve ahora mismo para suplirla.
El primer paso, antes de entrar en la empresa, es el programa ocupacional «en el que se trabajan hábitos de la vida diaria», explica la psicóloga Carmen Córdoba. Se ayuda a los usuarios a adquirir hábitos para trabajar, sea en Aktúa o para un empleador ordinario».
El trabajo de la asociación también abarca a las personas con enfermedades o problemas mentales que se han visto envueltas en un procedimiento judicial, ya sea en espera de juicio o en prisión preventiva. Para ellos existe el servicio de acompañamiento, que busca su reinserción en la sociedad y eliminar los factores que les han llevado en un momento dado a aquella situación. El programa incluye una vivienda tutelada en la que conviven con personal especialista.
«La inclusión social pasa por conseguir un trabajo. Con un trabajo podemos normalizar hábitos, siempre que se haya trabajado previamente con esa persona», explicó Córdoba. Para la asociación es el objetivo final que se busca para todos los usuarios: la autonomía plena. Y el empleo es básico para ello.