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La supervivencia después de un infarto aumenta un 73 % con el uso del desfibrilador

Las jornadas se llevaron a cabo ayer por la mañana en el Hospital de Can Misses de Ibiza.

| Ibiza |

El Área de Salud de Ibiza y Formentera se sumó ayer a la celebración del Día Europeo de la Parada Cardiaca con una mesa informativa, ubicada en la entrada principal del Hospital Can Misses, en la que se ofreció formación teórico-práctica, con muñecos y desfibriladores tanto a usuarios como a profesionales.

El lema de este año fue ‘Todos los ciudadanos del mundo pueden salvar una vida', y según la doctora Elena Bartual, médico de UCI y responsable de RCP del Área de Salud «el principal objetivo es aumentar el inicio de la reanimación cardiopulmonar por testigos y que el mayor número de ciudadanos conozca las técnicas de soporte vital básico para mejorar la atención inicial a la parada cardíaca».

Desde el Área de Salud aseguraron que los infartos son la primera causa de muerte en España, «por eso es importante que cualquier ciudadano sepa reaccionar y actuar cuando alguien sufre uno». Antes de nada, lo primero es llamar a los teléfonos de emergencias 112, y en el caso de Baleares también al 061, para que la ambulancia llegue cuanto antes. Después, debe practicarse la maniobra frente-mentón para abrir la vía aérea: con la víctima tumbada boca arriba, con una mano se desplaza la frente hacia atrás y con la otra, usando los dedos, se desplaza la mandíbula hacia arriba y hacia delante.

La desfibrilación se utiliza en los casos de parada cardiorrespiratoria. Así que después de colocarlo en esta posición que facilita la entrada de oxígeno, toca asegurarse de si respira o no. Esto se puede comprobar tanto si existen movimientos torácicos o abdominales como escuchando para ver si se le oye respirar o sintiendo el aire exhalado en la mejilla.
Si no respira con normalidad, se debe practicar una RCP (Reanimación Cardiopulmonar). Básicamente consiste en colocar el talón de la mano sobre el centro del pecho (mitad inferior del hueso central del pecho de la víctima o esternón). Luego se coloca el talón de la otra mano encima de la primera y, con los brazos rectos, se comprime el esternón aproximadamente 5 cm, con una frecuencia de 100-120 por minuto.

Uso del desfibrilador

Después de la RCP, se socorre a la víctima con un desfibrilador automático (DEA), un dispositivo que emite descargas eléctricas para restablecer el funcionamiento del ritmo cardíaco. Cualquier persona está capacitada para utilizarlo, porque solo hay que seguir las instrucciones: una vez abierto, se colocan los parches sobre el pecho sin ropa, como se indica en la imagen adherida al aparato, y luego el propio desfibrilador va guiando con señales visuales y sonoras. El dispositivo detecta el ritmo del corazón y no emite las descargas si la persona no las necesita.

Si el uso de este tipo de desfibriladores se produce en los 3 minutos después del paro cardiaco, la supervivencia aumenta un 73 % y si se utiliza en menos de 5 minutos, las posibilidades se incrementan hasta el 50 %.
El Área de Salud cuenta con 30 carros de paradas repartidos por todo el centro y recientemente ha aumentado la información con pósters informativos sobre cómo actuar ante una parada cardíaca en diversos puntos del hospital que no tienen actividad asistencial como la entrada, las cafeterías o Laboratorio.

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