Miércoles 18 de julio. Plaza s'Era d'en Manyà de Sant Antoni. Harry J.K., británico de 21 años, muere a consecuencia de la paliza recibida a manos de un compatriota. Quince días después, otro joven fallecía tras otra brutal paliza en s'Arenal. Sant Antoni fue el escenario de dos de los ocho homicidos dolosos registrados en el 2018 en las Balears. Estos dos asesinatos quedan reflejados en unas estadísticas de Ibiza que registran un notable descenso de 22,2 puntos respecto a 2017. No obstante, las 87,4 infraciones penales por cada 1.000 habitantes registradas en el 2018 siguen siendo prácticamente el doble que la media nacional, que se sitúa en 45,6 infracciones penales.
El Ministerio del Interior hizo público ayer el balance de criminalidad de 2018, un balance que vuelve a situar a las Illes Balears como la autonomía con los índices de criminalidad más elevados a pesar de registrar un mínimo descenso de una décima que se explica, principalmente, por el «acusado descenso del indicador registrado en Ibiza y Formentera».
En el caso de Formentera, el descenso de la criminalidad fue de más de 7,8 puntos, situándose la tasa en 47,1 infracciones penales por cada 1.000 habitantes.
Liderazgo negativo
Balears mantuvo en 2018 la tasa de criminalidad más alta de España, con 64,6 infracciones penales por cada 1.000 habitantes, muy por encima de la media nacional de 45,6, aunque el descenso de una décima respecto a 2017 rompe la tendencia al alza de los últimos tres años en las islas.
Destaca el incremento de las violaciones (agresión sexual con penetración) de un 46 por ciento, con 73 casos; y de las tentativas de asesinato de un 28,6 por ciento, con 36, según los datos difundidos por Interior.
El número de infracciones penales fue de 72.944 en Baleares en 2018, un 1,1 por ciento más que el año anterior.
El número de estas infracciones que fueron esclarecidas en las islas por la Policía Nacional y la Guardia Civil aumentó en un 6,1 por ciento, hasta un total de 22.578.
La delincuencia en España creció en 2018 un 4,1 por ciento respecto al año anterior, un alza a la que contribuyó el aumento de las infracciones penales en Cataluña, País Vasco y Navarra, el de las estafas por internet, que se dispararon y subieron un 46,8 por ciento, y las violaciones, con el 22,7 por ciento más en 2018 respecto a 2017.