Febrero. 2014. Más de 20.000 personas recorrieron el último sábado del mes las calles de Vila para protestar enérgicamente contra los sondeos petrolíferos que amenazaban (y todavía amenazan) la costa ibicenca, impulsadas por la multinacional escocesa Cairn Energy en el Golfo de Valencia.
Pese a que también hubo concentraciones en otros puntos de Balears, como en Formentera, en Menorca y en Palma, ninguna de ellas fue tan multitudinaria como la que se congregó en Ibiza. En el caso de Mallorca, fueron unas 5.000 personas las que salieron a la calle bajo la consigna «Balears diu no». En Formentera, medio centenar de personas se reunieron en la plaza de Sant Francesc, la misma cifra que se contabilizó en Menorca.
Ante la histórica manifestación que se esperaba en Ibiza, José Ramón Bauzá, presidente del Govern balear entonces y ahora fuera del PP, se desplazó hasta la isla para formar parte de la marea azul que se movilizó desde el Passeig de s'Alamera hasta el paseo Joan Carles I. Bauzá, acompañado de José Vicente Marí Bosó, entonces conseller d'Hisenda (ahora candidato a la alcaldía de Vila) y Biel Company, entonces conseller de Medi Ambient i Agricultura (ahora candidato a la presidencia del Govern), tuvo que enfrentarse a un ministro de su propio partido, José Manuel Soria, al frente de la cartera de Industria, Energía y Turismo del Gobierno.
Organización
Todo empezó a mediados de 2013. El 14 de junio de ese año nació la Alianza Mar Blava, una organización que aglutina a la sociedad civil en su conjunto, desde el sector público hasta el sector privado, pasando por organizaciones sociales, sindicatos, etc. A partir de la constatación del proyecto de Cairn Energy que sobrevolaba la costa pitiusa, se empezaron a redactar modelos jurídicos, es decir, alegaciones, que había que enviar al ministerio de Industria, Energía y Turismo y que argumentan las razones por las que esta serie de proyectos se consideran inconvenientes para el modelo económico, social y medioambiental de las Pitiusas.
Durante este intervalo de tiempo, a través de las redes sociales, surgió un enorme movimiento de contestación social, que consiguió movilizar más de 100.000 firmas contra el proyecto de Cairn Energy, siguiendo los modelos de alegaciones de la Alianza Mar Blava.
«La movilización surgió gracias a las herramientas que nos proporcionan las redes sociales, que fue todo un éxito», recuerda Joan Tur, uno de los portavoces de Eivissa diu no, el lema bajo el cual surgió el movimiento de forma espontánea. «Empezamos tres amigos, con la información proporcionada por Alianza Mar Blava y la empezamos a distribuir entre nuestros conocidos», continúa Tur. Al cabo de unos pocos días, miles de personas se informaban a través de los grupos de Facebook para subir fotografías contra el proyecto de explotación de hidrocarburos y para informarse sobre los pasos a seguir para presentar las alegaciones correspondientes. «El coste de los materiales para la manifestación fue muy bajo porque todo el mundo quería ayudar y aportar», asegura Tur. Entre 15 o 20 voluntarios pusieron unos 10 euros y el resto fue proporcionado por empresas de la isla: desde fotocopias hasta las barcas de Formentera que trajeron gente para acudir a la manifestación. Según Tur, el trabajo divulgativo acompañó el trabajo jurídico de la Alianza Mar Blava la hora de conseguir resultados.
La Alianza, ahora, continúa trabajando para conseguir el objetivo esencial, planteado desde los inicios: declarar el Mediterráneo zona libre de explotación de hidrocarburos. «Seguimos trabajando para que el Gobierno central lo apruebe, porque pese a que conseguimos que los proyectos que se plantean se archiven, siempre acaban apareciendo proyectos nuevos», lamenta Diego Ponce, uno de los portavoces de Alianza Mar Blava.