El pasado lunes 18 de febrero, Cáritas, la acción sociocaritativa de la Iglesia, lanzó una llamada de ayuda a la ciudadanía de la que rápidamente se hicieron eco en redes sociales y medios de comunicación. Sus existencias de comida y productos de primera necesidad se estaban agotando. Unas existencias con las que se atiende a unas 90 familias en la isla.
Tras una semana, el coordinador de Cáritas en Ibiza, Gustavo Gómez, se mostraba muy contento con la respuesta de particulares y empresas. Desde Cáritas indican que han recibido cerca de 1,5 toneladas de ayuda. Por otra parte saben de colegios y clubs deportivos que todavía están haciendo campañas de recogida.
La sala con estanterías a la que acceden los usuarios cuando acuden a solicitar alimentos está repleta. Lo que no cabe se traslada a una nave industrial que Cáritas tiene alquilada en Sant Rafel.
Destaca la cantidad de leche recibida, uno de los productos más necesarios, dado que reparten en torno a 900 litros a la semana. Por poner otros ejemplos de productos básicos, la ONG distribuye 50 kilos de pasta o 100 kilos de legumbres semanalmente.
Ayuda europea
Está previsto que a principios de marzo llegue la fase de ayuda del Ministerio de Agricultura, consistente en 30 toneladas de alimentos y artículos de primera necesidad que proviene de los Fondos de Ayuda Europeos para los más necesitados (FEAD), con las que esperan poder cubrir las necesidades de los usuarios hasta la llegada de la siguiente fase en el mes de mayo o junio. Estas ayudas llegan trimestralmente. Algo que depende de como evolucione la situación, pues uno de los motivos que ha provocado esta falta de alimentos ha sido que se han visto sobrepasadas las previsiones que se tenían para este invierno.
El envío que hace el Ministerio cubre la proyección de las necesidades de cada uno de los organismos que reciben los FEAD de junio a junio. Desde Cruz Roja de Ibiza, encargada de distribuir esta remesa de productos entre siete organizaciones en la isla, indican que no tienen constancia que exista desabastecimiento en ninguna otra Organización Asociada de Reparto (OAR). «Lo que piden es lo que les llega», dice la coordinadora de Cruz Roja, Mary Castaño, que explica que en ocasiones la previsión no se corresponde con la realidad y surgen estos problemas.
Desde el otoño pasado se pasó en Cáritas de atender en torno a 50 familias a las 90 actuales. La previsión es que con la llegada de la temporada turística el número de usuarios decrezca, pero el verano pasado la ONG ya vio superadas sus previsiones de gente atendida.
El coordinador explica que hay dimensiones de la pobreza que no están cubiertas y subyacen en estas situaciones de escasez. El alto precio de los alquileres es uno de los detonantes para que la gente acuda a Cáritas a cubrir otras necesidades. Los sueldos bajos en ocasiones dan para el alquiler y poco o nada más, por lo que muchas personas se ven obligadas a acudir a entidades de ayuda social. «Es lo que provoca que en el primer mundo, en la ciudad del lujo, tengamos 569 vales de comida abiertos».
Necesidades actuales
A pesar de la buena respuesta y de la próxima llegada del lote de alimentos de los Fead, todavía existe un déficit en productos de higiene y alimentos preparados. Cáritas atiende a cerca de un centenar de personas en situación de calle o que habitan en infraviviendas sin disponibilidad de una cocina. Es por ello que cuentan con un suministro de latas de comida preparada (fabada, albóndigas, guiso de lentejas…). Un tipo de comida que no viene en la remesa que envía el Ministerio de Agricultura.