Cerca de 850 usuarios de la urbanización Roca Llisa y alrededores empezaron a recibir ayer agua desalada a través de las tuberías instaladas por el Ayuntamiento de Santa Eulària, informó ayer el consistorio. Estos vecinos se suman a los cerca de 5.200 del pueblo de Santa Eulària que reciben también agua desalada desde hace unas semanas y a los 350 de Santa Gertrudis y 120 de Puig d'en Valls que ya llevan varios meses utilizando mezcla de agua de pozo y agua desalada.
En total, alrededor de 6.500 usuarios del servicio municipal de agua han dejado de ser abastecidos exclusivamente con pozos y reciben agua desalada en diferentes porcentajes, siendo el objetivo el de poder superar el 75 % de agua desalada en próximos ejercicios.
Santa Gertrudis fue el primer núcleo en incorporarse, con agua procedente de la desaladora de Vila y el nuevo tipo de suministro ha permitido reducir los niveles de hierro, cloruros y otros elementos en el agua.
En cuanto a Puig d'en Valls, la incorporación al agua desalada se hizo en febrero, con una proporción de un 35 % de agua desalada y, aunque no se superaban los niveles legales, ha permitido reducir también los niveles de sulfatos.
En el pueblo de Santa Eulària el inicio de la introducción de agua desalada al sistema (también en un 35 % del total del suministro) se hizo a mediados del mes pasado y su incidencia más directa ha sido la reducción en un 30% aproximadamente de la dureza del agua por el alto contenido en cal. En Roca Llisa el objetivo es acabar con los problemas de cloruros.
El Ayuntamiento está a la espera de que la Conselleria de Salut del Govern balear termine sus análisis y valoración de la conducción de la arteria norte para poder iniciar también el servicio de agua desalada al núcleo de Sant Carles y la costa norte del municipio.