El periodista ourensano Ricardo F. Colmenero es, aunque él se empeñe en negarlo, uno de los columnistas jóvenes más importantes del momento. Sus artículos de opinión, publicados regularmente en El Mundo, son seguidos con interés por muchos lectores que se sienten atraídos por esa forma tan característica que tiene de plasmar la realidad más cotidiana haciendo que todo el mundo se sienta identificado. Para fortuna de sus seguidores, la mayoría de ellos aparecen junto a otros inéditos en Literatura Infiel, editado por Círculo de Tiza. A lo largo de 338 páginas de forma cronológica el lector viaja por la Galicia natal de Colmenero, la Navarra donde estudió, la Miami donde empezó a trabajar y la Ibiza donde se ha asentado y donde ha tenido a su hijo Yago, «el otro coautor del libro». Son páginas repletas de humor, ironía y cercanía por las que ha conseguido el Premio Nacional de Periodismo Julio Camba y el Premio Unicaja de Artículos Periodísticos.
—¿Cuándo le dicen que es el nuevo Julio Camba como se le queda el cuerpo?
—Pues se me queda igual porque no lo soy ni en broma. Supongo que se lo dicen a todos los que son jóvenes y relativamente desconocidos que ganan este premio.
—Pero no me negará que sus artículos tienen bastante de él...
—Tal vez porque los dos somos gallegos. Creo que lo que más nos une es que los dos usamos la realidad para entretenernos con ella y tener luego algo que contar. Eso hace que en los tiempos que corren, donde la mayoría de las columnas de opinión tienen una vigencia de apenas horas, nuestros textos puedan ser leídos dentro de cincuenta años sin ningún problema.
—Si algo destaca de sus textos es su cercanía. En ellos cualquier realidad supera a la ficción.
—Sin duda. Mucha gente me ha dicho que si me invento todo lo que cuento en mis columnas pero puedo asegurar que todo es cierto. La vida cotidiana puede ser más fantástica de lo que nos creemos. Y más en Galicia, donde el realismo mágico está a la orden del día.
—El libro está estructurado de forma cronológica. ¿Es también un resumen de su vida?
—En parte sí. Como he dicho antes todo es cierto. Desde todo lo que viví en mi infancia en Galicia, mi época de estudios en Navarra o mi estancia en Ibiza donde llevo más de media vida y donde me han pasado cosas maravillosas. Y sí, que nadie dude que rematábamos piedras de cabeza, que tenía un perro que era el monaguillo de la iglesia o que, cuando quise lanzar las cenizas de mi abuela en Ibiza, como no se abría la caja tuvimos que acabar apedreándola.
—Leyendo Literatura incierta da la sensación de que todos los lectores se van a acabar sabiendo su vida de memoria...
—No creo que sea así. Creo que en este caso el autor, que soy yo, no se desnuda sino que se difumina convirtiéndose en el mismo lector según van pasando las páginas y las historias. Y eso sucede porque se siente identificado con todo lo que se cuenta.
—También se ha dicho de su libro que es un libro de antiayuda. ¿Por qué?
—Porque en estos tiempos donde todo el mundo da consejos para ser más felices y para ser mejores en esta vida, en mis columnas te puedes encontrar todo lo contrario. Yo no soy el mejor padre, ni el mejor amigo, ni el mejor amante, y no me importa ponerme en ridículo. Es más, me encanta porque me parece una forma muy divertida de afrontar la vida.
—Yo que soy un gran seguidor del cine, veo mucho de Monty Python en sus textos.
—Ojalá. Ellos son muy grandes. Pero, yo que también soy muy amante del cine y de las series, creo que en el libro también hay mucho de la serie Como conocí a vuestra madre. No fue premeditado sino que me di cuenta después cuando lo estaba releyendo y corrigiendo y reparé en cómo yo, padre, le estaba contando a mi hijo Yago todos mis amoríos, novias y por supuesto como conocí a mi mujer y su madre.
—Ibiza juega un papel fundamental en sus columnas.
—Por supuesto. En agosto hará más de media vida que llevo aquí. Aquí trabajo y aquí he conocido a mi mujer y he tenido a mi hijo, el pequeño Yago, que es también el coautor del libro. Además, aparecen todas mis amistades, mis exparejas... y bueno en fin... todo lo que he vivido aquí durante todo este tiempo.
—Más de media vida aquí... y eso que Galicia e Ibiza no pueden ser más diferentes...
—Es verdad. Pero aquí me acogieron fenomenal desde el primer día. De hecho creo que aporto una visión muy gallega de la isla y que se podría decir, con toda la humildad del mundo, que soy el escritor ibicenco más gallego de la historia.
—Escritor, columnista, periodista... ¿con qué se queda?
—Sin duda con la faceta de periodista. Es lo que estudié y a lo que a mi me gusta dedicarme. Realmente ser columnista es un entretenimiento que me sirve para contar todo lo que pasa a mi alrededor de una forma más desenfadada e irónica. Y escritor tampoco soy ni mucho menos. Es como si alguien me dice que soy el que se dedica a llevar a Yago al colegio... No. Soy muchas más cosas y fundamentalmente padre.
—¿Seguro que no se ve como escritor? Hay muchos que viven de esto de forma holgada.
—Ya pero de momento concibo Literatura infiel como algo para mí, mi familia y mis amigos. No se donde nos llevará pero ha sido algo que he hecho realmente para disfrutar y no pensando en ir más allá.