Margarita Marí Torres, Margalida d'en Xic d'en Guimó, cumplió ayer la friolera de 101 años.
Esta mujer, nacida en Sant Vicent de Sa Cala, celebró el año pasado su centenario a lo grande, juntándose para compartir una comida con su familia y amigo pero este año, en cambio, ha querido cambiar esa comilona por «orelletas, flaó y magdalenes eivissenques» en su casa.
Este año además, el Consell ha querido obsequiarla con un libro de la historia de Ibiza,y una placa del ceramista ‘Toniet', que curiosamente también es sobrino suyo.
Carmen Tur, presidente de la Llar d'Eivissa, quiso hacerle entrega de un diploma que la reconoce como miembro honorífica y a la que se unió en 1994.
Margarita fue una de las primeras maestras en colegios como el de Sant Antoni, Santa Gertrudis y Sa Bodega, donde impartía clases a niñas hasta que se convertían en jovencitas, enseñándoles a leer y a escribir, sobre todo. Es por eso que muchas de sus alumnas todavía hoy se refieren a ella por el mote cariñoso de sa mestra, porque fue la única que tuvieron en todos sus años de aprendizaje. De hecho, muchas de estas alumnas, a quienes guarda «mucho cariño» la visitaron en un día tan especial como ayer.
Incluso antes de obtener sus estudios de docencia, ella ya era profesora sustituta en ocasiones puntuales y Santa Getrudis fue su primer destino después de conseguir plaza como profesora.
Más adelante, le concedieron el traslado a Sa Graduada, en Ibiza, donde pudo enseñar hasta que se «la obligaron a jubilarse»
Cuando se le pregunta que enseñaba ella durante su periodo de maestra, ella responde, entre risas y muy pícara, que «ella enseñaba lo que no se les enseña ahora, a coser, a bordar y a rezar el Rosario».
Hace balance y reflexiona acerca de que «las cosas hoy en día han cambiado mucho, antes a las mujeres todo nos costaba el doble de trabajo que a los hombres»
El menor de sus dos hijos, Joan Torres Marí ‘Perelluc' nos confesaba que Margarita ya casi no sale de casa porque no le gusta mucho moverse con la silla de ruedas, aunque lleva muy bien paso de los años «cada día se obliga a hacer los ejercicios y tiene una fuerza de voluntad que envidio»
Margarida dice no tener ningún secreto especial para llegar a los 101 años, «para llegar a mi edad no he hecho nada muy diferente a lo que he estado acostumbrada durante toda mi vida, vivir y trabajar. Iba de aquí para allá y cumplía con mis obligaciones como todas las demás».
A pesar de ello, reconoce tímidamente que ahora la edad ya no le permite hacer muchas de las cosas que hacía antes, como salir a pasear o bordar sus propios manteles o cortinas.
En 2015 fue galardonada con la medalla de oro que l'Ajuntament d'Eivissa concedió a un par de docentes de la ciudad mayores de 80 años.
Ahora, a sus 101 años los papeles han cambiado y Catalina cuida de ella, aunque ella reocnoció que «se cuidan la una a la otra».