Ser padre o madre de un niño con necesidades especiales no es fácil. Así lo afirmó José Luis Marí en una carta remitida a este rotativo, quien aseguró que «vivimos en una sociedad que no está preparada para atenderlos», más aún cuando, dijo, te ves obligado a ayudarle para que cuente con la mayor calidad de vida posible y para que consiga desarrollar al máximo todas y cada una de sus posibilidades.
En este sentido, Marí explicó la situación que ha vivido, recientemente, con su pequeña de tres años y medio. Y es que le han rechazado en la escuela de verano en Santa Eulària. «No la han aceptado por ser una niña con necesidades especiales ya que, según los dirigentes del Ayuntamiento, esta no cuenta con las instalaciones ni con los profesionales especializados», lamentó.
Aunque dijo que su hija acude al colegio Sant Ciriac, que cuenta con un aula UECCO y «un equipo profesional fantástico», reconoció que hay diferencias según el municipio de la isla en el que vivas. «Tu hijo cuenta con unos servicios y unos recursos totalmente diferentes dependiendo del municipio al que pertenezca», explicó al tiempo que criticó que Santa Eulària se «autocomplace» calificándose de tener unos servicios inmejorables para los más pequeños y «se califica como Ciudad Amiga de la Infancia». Por ello, la pregunta de este padre pasa por saber si esa infancia es inclusiva.
Alternativa del Ayuntamiento
Por su parte, este padre indicó que la solución que le han ofrecido desde el Ayuntamiento pasa por llevar a su hija a un centro de Educación Especial. «Tengo a mi hija escolarizada todo el curso en un colegio de carácter ordinario e inclusivo. ¿Por qué iba a querer llevarla a un centro de Educación Especial para la escuela de verano?», se pregunta José Luis.
A raíz de la queja interpuesta por Marí, fuentes municipales recordaron ayer que los monitores de una escuela de verano no tienen por qué tener una formación «tan específica» y, aunque la tengan, las instalaciones no siempre están adaptadas para «necesidades concretas» de un caso específico.
Asimismo, desde el Ayuntamiento de Santa Eulària reiteraron que, cuando este padre presentó su petición, el caso fue estudiado por Servicios Sociales y le ofrecieron la posibilidad de acudir a la escuela de verano que la asociación Amadiba ofrece en Sant Josep. «Atiende a personas con necesidades especiales y cuenta con personal especializado y unas instalaciones adaptadas», subrayaron. «El transporte hasta allí es gratuito -a través de los medios de Amadiba- y se hace, si es posible, en el mismo domicilio del niño», matizaron al tiempo que dijeron que «esta opción fue rechazada por los padres».
En esta línea, Marí sostuvo que «por mucho que me paguen el transporte, no es que no me agrade, es que me indigna». Por ello, pidió a los políticos del Consistorio que reflexionen sobre el asunto y que se pongan «en la piel de aquellas familias que tienen hijos con diversidad funcional que no queremos que, por ello, sean recluidos y excluidos de la sociedad en la que vivimos».
Concretamente, reiteró que vivir esta situación te obliga a informarte y buscar ayudas y, de un día para otro, «deberás batallar con todas las administraciones, puesto que son las responsables de proporcionar los recursos necesarios para la atención e inclusión de todos, sea cual sea la diversidad».
Para el Ayuntamiento, la opción de que la pequeña acudiera a Amadiba era totalmente viable ya que la llevan ofreciendo desde hace años y «nunca habíamos tenido problemas». Es más, matizaron que este año hay seis niños derivados allí desde el Ayuntamiento.