La acústica de la Catedral de Ibiza es maravillosa para escuchar un coro. Lo pudo comprobar la gente que llenó ayer el «templo cristiano más antiguo de la isla», como recordó ayer el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura. El coro Ciutat d'Eivissa fue el encargado de acompañar musicalmente la celebración de la eucaristía en honor a la Virgen de las Nieves, dirigido por Miguel San Miguel, que estuvo al piano. También acompañaron en algunos momentos cuatro adolescentes de la Colla de Vila.
La nave de la Catedral estuvo ayer llena para participar de la celebración y mucha gente la tuvo que seguir de pie en la parte de atrás o en los laterales. Como ya es tradición, el calor y el batir de abanicos fueron la tónica ambiental. La noticia será cuando no lo sean.
Entre las autoridades presentes estaba el presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí; el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribes Agustinet y la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Torres, además de otros consellers y concejales de la isla.
Las banderas de todas las parroquias de Ibiza encabezaron la entrada del obispo, los sacerdotes y el diácono, mientras tocaba la colla de Vila. El coro Ciutat d'Eivissa abrió la celebración con la pieza Maria Mater Gratiae de Prosper Guidi.
El obispo quiso recordar en su homilía precisamente a esa María madre de gracia con la letra de una canción italiana en honor a la Virgen de las Nieves: «A la casa de la Madre hemos venido, esta casa irradia desde sus muros un mensaje antiguo y nuevo. Es la casa de la luz, es la casa del misterio. El amor vino con ella».
Aprovechó las palabras del evangelio de San Juan proclamado ayer, en el que Jesús le dice a María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo», para hacer presente que «Jesús dio a su madre como madre espiritual de todos» y le encomendó una misión como protectora. «Nos hace llegar un mensaje de esperanza que no está formado por palabras sino por su historia», dijo el obispo.
Comentó a modo de anécdota que, a los pies de la imagen de laVirgen, está el solideo del Papa Francisco, el casquete que lleva sobre la cabeza. Un regalo que le hizo al obispo en una visita, cuando le dijo que en Ibiza había gente que rezaba con mucha devoción a la Virgen.
Tras cantar el himno a la Virgen de las Nieves, el popular Set segles fa, escrito por Isidor Macabich con motivo del séptimo centenario de la conquista cristiana de Ibiza, se hizo la tradicional ofrenda de ramos. Muchas personas se acercaron al altar para depositar las flores a los pies de la imagen de la patrona de las Pitiusas.
A la salida, la Colla de Vila se encargó de poner el colofón a la celebración con una exhibición de ball pagés.