Conseguir un amarre no es algo fácil en Balears, y el Govern se ha puesto a trabajar para invertir esta tendencia en los puertos autonómicos gestionados por Ports de les Illes Balears. La Conselleria de Mobilitat i Habitatge, que se encarga de esta empresa pública, anunció ayer que prevé ofrecer 723 plazas de amarre este año con el fin de paliar la lista de espera, que en estos momentos cuenta con 4.722 personas inscritas. Desde el departamento que dirige Marc Pons esperan que la oferta de estas plazas tenga «un impacto importante» en la lista de espera, por la elevada rotación de quienes están inscritos en ella.
Estos más de 700 amarres son para los puertos base que aparecen en el gráfico adjunto a esta noticia y su oferta es posible gracias a la reordenación interior de estos puertos, una tarea que se inició en la pasada legislatura. Si bien en la mayoría se prevé conceder nuevos amarres, en algunos puertos no hay disponibilidad por el momento, caso de Valldemossa. La Conselleria de Mobilitat señaló que ante la falta de amarres y la fuerte demanda, Ports IB está tramitando el Plan General de Puertos de las Islas, que aborda la problemática de la carencia de amarres y establecerá medidas «para optimizar el uso de los puertos y de este modo dar respuesta a la demanda». El objetivo es dar salida a todas las embarcaciones que no disponen de una plaza, si bien «no se contempla la ampliación de los puertos existentes ni la creación de nuevos puertos».
Entre esas medidas de optimización figura la reordenación interior de los puertos existentes, haciendo posible el incremento del número de amarres en base. Algunos de los puertos disponen de un elevado porcentaje de amarres de tráfico, que se reducen al 25 % para aumentar los de base. También se potenciará la red de rampas públicas, así como las marinas secas y se apoyará a los clubes de navegación y multipropiedad.
La propuesta del Plan General de Puertos prevé la creación de unos 4.000 amarres hasta el año 2033, la mayoría de ellos en marinas secas.