Recién aterrizado en el cargo (lo hizo el pasado 1 de octubre), Juan Miguel Costa afronta como nuevo director insular de Turisme una situación compleja en el sector. La quiebra de Thomas Cook y, sobre todo, el brexit, recomiendan un trabajo importante para mantener el flujo de turistas británicos, principal mercado en Ibiza, y ampliar el número de visitantes de otros países para reducir nuestra dependencia del Reino Unido. Costa inicia su andadura tras la temporada estival en un puesto político en el que asegura que quiere ejercer como gestor. Su pasado como director de hotel y responsable de una conocida marca de refrescos para las Pitiusas y Menorca hace que en sus respuestas se note su visión empresarial.
—¿Qué objetivos se ha planteado en su nuevo cargo?
—Hay muchos, desde mantener el turismo inglés a pesar de Thomas Cook y del brexit a abrir nuevos mercados. Tenemos un mercado alemán que tiene el mismo peso que el mercado holandés, cuando Alemania tiene 85 millones de personas y Holanda 17 o 18. Ahí tenemos un reto claramente que acometer. Después hay mucha ilusión en el sector privado de impulsar un ruta con EEUU. Allí la marca Ibiza es muy fuerte. Así que estamos buscando que haya más vuelos que nos conecten a los EEUU.
—El Govern balear ha presentado recientemente ese proyecto de abrir rutas con Norteamérica. ¿Tienen un potencial real para Ibiza?
—Habrá que comenzar por convencer a las compañías aéreas de ello. Si podemos hablar con las compañías aéreas y generar interés en esta ruta, que sabemos que lo hay, ese sería un primer paso. Si a la gente se le da la opción, querrá venir. Allí la marca Ibiza es muy fuerte. Hay cadenas hoteleras muy reconocidas allí a las que si les añades la marca Ibiza se genera una asociación que puede funcionar.
—Existe el planteamiento del Govern balear de usar Ibiza como atractivo, pero crear un enlace desde Mallorca. ¿Se podría hacer la conexión directa a Ibiza?
—Yo no estuve en la reunión [del Comité de Rutas] en la que se habló de este enlace y se acordó además el nuevo convenio de conectividad. Pero creo que nosotros tenemos que apostar por Ibiza, una ruta de Estados Unidos a Ibiza directa. Lo de la conexión con Mallorca ya se verá.
—La desaparición de Thomas Cook deja un vacío en Ibiza en un momento en el que estamos a las puertas del brexit. ¿Qué estrategias se plantean para llenar este vacío y mantener el turismo británico?
—El tema de Thomas Cook me preocupa, pero no es una preocupación mayor. El peso de Thomas Cook en el flujo de pasajeros con el aeropuerto de Ibiza es del 1,6% del total. Todas estas plazas turísticas que han dejado, ese vacío, nos consta que ya está siendo cubierto por los otros turoperadores que trabajan con Ibiza. Los turistas que venían con Thomas Cook seguirán viniendo con otros turoperadores. El problema más grave que tenemos aquí es que la quiebra de Thomas Cook ha arrastrado a hoteles que han tenido que cerrar y personas que han perdido su trabajo antes de los esperado. Pero los turistas de Thomas Cook vendrán con otras compañías aéreas.
—Desde Menorca se han oído voces que dicen que las ayudas del Govern por la crisis de Thomas Cook se han creado en clave mallorquina, ¿usted qué piensa? ¿Se ha dejado un poco de lado a las otras islas por tener menos peso?
—Según los datos que se dieron, el sector hotelero había perdido 100 millones de euros en Mallorca y 8 millones en Ibiza. Porcentualmente es normal que Mallorca reciba más que nosotros. Pero eso no quita que desde Mallorca muchas veces se hacen las cosas sin consultar con Menorca, Formentera e Ibiza, que quizá sería lo adecuado. Consultar antes de actuar.
—¿Y el brexit?
—El tema del brexit tendremos que valorarlo según se produzca. Si la salida es pactada, creo que tampoco nos afectará demasiado. Si se produce un brexit duro eso sí será preocupante. Si hay una devaluación de la libra es posible que muchos británicos dejen de venir o que vengan menos tiempo y hagan menos gasto. Luego también me preocupa el tema de las restricciones de las salidas dentro del espacio aéreo europeo que nos afectaría mucho. Es por ello que hay que potenciar otros destinos. Si ahora tuviésemos una caída grande del turismo inglés a corto plazo será imposible recuperarlo. Tenemos que trabajar desde ya con otros mercados alternativos para captar turistas de cuantos más países mejor.
—¿La ecotasa le resta competitividad a Ibiza?
—Creo que somos una isla cara, la gente dice que somos caros. Que los que nos visitan tengan que pagar este impuesto en Ibiza quizá no sea un buen aliciente. Pero lo que me preocupa no es tenerlo o no tenerlo sino la forma de recaudarlo. Que haya gente que lo tenga que pagar y gente que no. Que yo cuando voy a pernoctar a Mallorca o Menorca lo tenga que pagar. Hay cuestiones que quizá se tendrían que tratar porque generan agravios comparativos.
—¿Se hace un buen uso de esos ingresos?
—No, eso creo que es evidente.
—¿A qué se tendría que destinar?
—A actividades turísticas, promoción turística y a todo lo relacionado con la mejora de las islas de cara al turismo. Sobre todo que la recaudación que hace cada isla se destine a esa isla. Quizá no exactamente la misma cantidad, pero sí una cantidad parecida.
—¿Ibiza no recibe lo justo?
—Ibiza, Formentera y Menorca salen un poco perjudicadas en cuanto a inversión.
—¿Recuperarán la promoción del turismo de ocio en Ibiza?
—El turismo de ocio en Ibiza funciona bien. La gente sigue viniendo porque sabe lo que hay. Creo que es una pata más del turismo de la isla al mismo nivel que la naturaleza, la gastronomía o el patrimonio y por lo tanto hay que promocionarlo al mismo nivel.
—Pero, ¿hace falta esa promoción de algo ya conocido?
—Sí, por qué no. Yo no entiendo Ibiza sin el ocio nocturno. Creo que tenemos un impulso cuando abren las discotecas y la temporada casi se acaba cuando cierran. Quizá tendríamos que implicarlas para que abriesen más y tener más tiempo con ese atractivo que fomenta la ocupación.
—El Consell ha decidido poner la competencia de control de apartamentos turísticos en una dirección insular diferente. Hasta ahora estaba en el departamento que usted ostenta y ahora existe una dirección insular de Intrusismo. ¿Cree que ha sido un cambio adecuado?
—Lo que es interesante es que se está dando la sensación con la creación del departamento de intrusismo de que se está trabajando para erradicarlo. Se quiere cortar con esa sensación de impunidad que hacía que la gente siguiera actuando como quería porque no pasaba nada. Hacía falta que se diese un golpe en la mesa y que si alguien no actúa con las licencias oportunas pueda acabar con el piso cerrado o con una buena multa.
—¿Qué colaboración existe entre su departamento y el de Intrusismo?
—Todavía se está definiendo. Pero en principio la oficina de intrusismo será la que tenga los inspectores y funcionará con cierta autonomía.
—¿Puede crecer la planta hotelera de Ibiza?
—No sé si todavía tengo suficientes datos para contestarte. A nivel personal mi impresión es que hay muchos hoteles. Lo que tenemos es que intentar llenarlos cuantos más meses mejor. Construir hoteles o crear plazas cuando no llenamos durante toda la temporada no parece que sea lo más inteligente.
—Tras el concurso que se ha celebrado este verano, el Imserso ha mantenido finalmente sus precios mientras los hoteles pedían una subida, ¿interesa fomentar este programa de turismo en Ibiza?
—No sé cuál es la rentabilidad que reciben los hoteles del programa de viajes del Imserso. Lo que tengo entendido es que ahora mismo cubren gastos. No podemos buscar con este tipo de turismo tener según qué tipo de rentabilidad. Está bien que vengan porque hacen que los hoteles funcionen fuera de la temporada de verano y todo lo que ayude a aumentar la temporada es positivo.
—Pero, ¿se tendría que luchar por un aumento del precio que se paga a los hoteles por estas estancias?
—Tendríamos que ver la cantidad de turismo de Imserso que se mueve y a dónde se mueve. Tampoco tengo esos datos. Pero si hay suficiente masa de gente interesada en esta clase de viajes y de algún modo se pudiese aumentar la rentabilidad, desde luego que sería bueno. Aún así, si no se ha hecho hasta ahora será porque no se cree conveniente incrementar el precio de estos paquetes.
—Respecto al turismo de congresos, otro nicho de mercado con el que Ibiza trabaja mucho en los últimos años, ¿qué previsión hay para el año que viene?
—No tengo esa previsión. Pero se está trabajando en poner en marcha la segunda fase del Palacio de Congresos porque hay muchos eventos que no se pueden hacer porque la capacidad que hay en Ibiza no es suficiente. Potenciar este tipo de turismo es muy necesario. Tenemos peticiones desde el sector privado que nos indican que harían eventos en la isla fuera de temporada si tuviesen la oportunidad.
—¿En qué más se puede trabajar para ampliar la temporada?
—Se pueden hacer muchas cosas. Desde la potenciación de eventos deportivos a darle más visibilidad a nuestra gastronomía, nuestro patrimonio o nuestra cultura. Pero lo primero que debemos hacer es involucrar a las compañías aéreas para que mantengan ciertas rutas en marzo o abril. Tenemos un clima espectacular. En marzo y abril no vamos a la playa porque no queremos, pero incluso eso se podría llegar a hacer algunos años. No digo bañarse pero sí pasear y disfrutar del sol. Debemos trabajar para que la gente sepa que no solo tenemos sol, playa y fiesta. Hay muchas más cosas que se pueden disfrutar.
—Los datos del mes de septiembre muestran una caída de las estancias del 5 %, ¿cree que la tendencia se mantendrá en octubre?
—Seguramente sí. Probablemente uno de los factores de esta caída ha sido el cierre de Thomas Cook. Eso ha provocado que algunos hoteles cierren antes de lo previsto porque perdían esos clientes. Es un dato negativo, pero Formentera tiene un peso importante en ese dato. He visto tablas de la Federación Hotelera del acumulado del año hasta septiembre y la bajada es de un 0,48% con respecto a 2018. No había gran diferencia.