El Ayuntamiento de Santa Eulària ha iniciado el procedimiento de licitación para la realización de las fases 2 y 3 de la reforma de la carretera de Es Canar para mejorar la seguridad de esta vía, especialmente por los ciclistas y peatones, ya que se desarrollará un carril bici separado de la plataforma de paso de vehículos a motor de forma que se evitará cualquier posible atropello. Las empresas interesadas tienen hasta el 27 de diciembre para presentar las ofertas y si no hay imprevistos durante la tramitación, la obra podría estar finalizada en la primera mitad de 2020.
El proyecto de ejecución del nuevo carril bici y las mejoras en iluminación, evacuación de aguas de la calzada y soterramiento de tendidos eléctricos, así como renovación de los servicios de alcantarillado y suministro de aguas, está valorado con un importe de licitación de 2,57 millones de euros. La actuación comprende desde la glorieta de acceso a S'Argamassa, Cala Pada, Cala Martina y Sa Trenka hasta la entrada de la población de Es Canar, a nivel aproximadamente del camping. En total, se actúa sobre 1,5 kilómetros de vía, con un carril para vehículos por sentido de 3,5 metros cada uno, un arcén de 0,5 metros y un carril bici con una anchura variable en torno a los 2,20 metros.
El proyecto tiene como finalidad principal el desarrollo de una vía cicloturista segregada en la carretera entre Santa Eulària y es Canar, en el tramo antes mencionado. El objetivo es que de esta manera queden diferenciadas la plataforma destinada a los vehículos, y otra completamente independiente para su uso por parte de peatones y ciclistas. Esta nueva vía estará segregada del tronco principal mediante una barrera de seguridad que impedirá la invasión y accidente con los ciclistas o peatones. Con ello se quiere potenciar el uso de vehículos de transporte alternativos, minimizando el uso de vehículos a motor y favoreciendo la movilidad para aquellos visitantes que practican un turismo diferente basado, por ejemplo, a las rutas en bicicleta.
Complementariamente se optimizará la capacidad circulatoria existente mejorando el drenaje de la calzada, además de soterrar las líneas de teléfono y eléctricas mejorando los servicios existentes y el paisaje circundante. Estas medidas están encaminadas a reducir el impacto ambiental de la carretera, ya que se da continuidad al flujo natural de derrame de aguas y se favorece la integración paisajística y ambiental en eliminar los postes y líneas de la superficie. Además, se refuerza la seguridad vial porque mejoran las condiciones de la propia vía en cuanto a firme y señalización, y se evita la interferencia de usuarios vulnerables con el tráfico rodado.
Igualmente, se renovará la iluminación, que constará de una decena de farolas y más de 200 balizas luminosas, y se instalarán cerca de medio centenar de señales.