Antonio Torres es ibicenco, concretamente de Sant Mateu. Orgulloso de su precioso y pequeño pueblo, «al que hay que poner en el mapa y citar en los medios de comunicación por muchas más cosas que sólo la Festa del Vi Pagès», lleva trabajando en una empresa de vending desde que entró en Eivisfreda hace unos 11 años.
Explica que hay mucha gente que no sabe muy bien en qué consiste esto del vending. «Mi trabajo es ir rellenando las máquinas de café, de agua y de otros productos que hay instaladas en muchas empresas de Ibiza y siempre tenemos que estar atentos para que nunca se queden vacías y siempre estén ofreciendo servicio». Para ello, asegura que lleva a cabo un control semanal que consiste, también, «en tareas de limpieza y relleno de agua y productos».
Durante su jornada laboral, que se extiende a ocho horas diarias, va recorriendo todo tipo de empresas, tiendas, talleres y todo aquel que tenga contratados sus servicios. «No paramos de trabajar. Nos movemos mucho a lo largo del día porque son muchos los sitios de toda la isla de Ibiza que requieren nuestros servicios y en nuestra empresa siempre nos hemos caracterizado por hacer todo lo posible para que nunca falte de nada y el servicio sea impecable», aseguró ayer el propio Antonio Torres durante una de sus pequeñas paradas para trabajar en el Grupo Prensa Pitiusa.
«He notado un gran cambio»
Debido al servicio que ofrecen por toda la isla, Torres asegura que han notado un «gran cambio» durante los días en que lleva instaurado el período de confinamiento para intentar frenar la propagación entre la población del coronavirus.
A pesar de este cambio Antonio sigue haciendo su turno de ocho horas al volante de su enorme furgoneta. Eso sí, bien pertrechado con sus correspondientes guantes y su mascarilla. «Es cierto que hay muchos más lugares cerrados porque la gente está trabajado desde casa o porque muchos no pueden abrir por las medidas que ha decretado del Gobierno central, pero yo sigo acudiendo puntualmente a los sitios que están abiertos para que al menos la gente que está allí trabajando y desafiando al virus pueda disfrutar al menos de un café calentito».