Ibiza sigue a la espera de recibir los test rápidos, dentro del reparto que el Gobierno realizó a las distintas Comunidades Autónomas, que le corresponden por número de población. Según fuentes del Govern balear, se repartirán de forma proporcional las 18.000 pruebas que llegaron el lunes a Baleares. De momento, no se ha efectuado el reparto porque, según el responsable de Comunicación del Área de Salud, Pablo de Frutos, se está verificando la sensibilidad de los test.
«Se está preparando un plan de actuación para saber en qué casos utilizarlos y así optimizar recursos», apuntó. Estas pruebas se emplearán, en principio, para diagnosticar el coronavirus en usuarios y profesionales de las residencias de mayores, así como los sanitarios de hospitales y centros de salud.
0,07 % del total
Se han destinado estos test en función de la población y el número de casos de coronavirus existentes en cada territorio; Ibiza y Formentera, con 97 casos activos, representan sólo el 0,07% del total de contagios en el país, 146.690.
Según fuentes hospitalarias de Can Misses, cada uno de estos paquetes contiene 25 pruebas que consisten en analizar una pequeña muestra de sangre (normalmente se toma con un pinchazo en un dedo) que se deposita en el pocillo de muestra del dispositivo.
En él existen tres líneas, dos de ellas detectan los anticuerpos y la tercera, llamada línea de control de calidad, confirma si el resultado de la prueba es positivo. Para que lo sea, las tres deben estar coloreadas. «Su funcionamiento es similar al de los test de embarazo», indican. Precisamente de este hospital es el doctor Javier Segura, especialista en microbiología.
Javier hace un recorrido junto al Periódico de Ibiza y Formentera por las diferentes técnicas utilizadas en la detección del Covid-19. Primero hace hincapié en las pruebas de las que todo el mundo habla; los citados test rápidos de anticuerpos. Esta técnica, empleada en Can Misses, es para Javier un método que tiene una sensibilidad aceptable aunque «puede ser mejorable».
Según este experto, disponer, actualmente, de un kit que tenga una precisión y una especificidad adecuadas, además de un proceso analítico sencillo, es todo un reto.
Anticuerpos
En esta línea, relata que estas pruebas rápidas realizan un diagnóstico indirecto del Covid-19, no detectan al virus, sino componentes del sistema inmune frente a la infección. «Permiten descubrir si el organismo ha generado defensas contra el SARS-CoV-2 pero no detecta el virus dentro del cuerpo», indica.
Además, incide en su variabilidad, dependiendo de la fase de la enfermedad en que se encuentre la persona diagnosticada.
Explica que hay un plazo de cinco días entre que se produce la infección y se empiezan a desarrollar anticuerpos (proteínas producidas por el sistema inmunológico para atacar a las bacterias), que es cuando aumenta la sensibilidad, –fiabilidad del diagnóstico– al 70%.
Por este motivo, añade que si los test se realizan antes del quinto día, podría haber falsos negativos. «La sensibilidad pasa de un 30 %, los primeros días, a un 70 % a partir del quinto, llegando al 100% cuando el enfermo llega a los 14 días de la infección», puntualiza.
Una técnica que, para Segura, es adecuada en los enfermos con síntomas compatibles a partir del quinto día y como complemento a otras técnicas. También señala que los anticuerpos permanecen en el organismo una vez el paciente superado el Covid-19
Además, esta herramienta, a diferencia de las pruebas diagnósticas habituales (PCR), permiten obtener resultados en 15 minutos.
PCR
No obstante, este experto, lo tiene claro. Segura señala que la prueba PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa en inglés), un procedimiento que utiliza muestras respiratorias tomadas en las fosas nasales o en la boca, sigue siendo el método de referencia porque ofrece una sensibilidad por encima del 90 % desde los primeros días de contagio.
«Analiza el virus y no los anticuerpos», señala. En este sentido, explica que es una técnica de diagnóstico utilizada en los laboratorios de microbiología que permite detectar la molécula de ARN viral, es decir el material genérico del coronavirus.
Éstas son las pruebas que Can Misses ha utilizado a la hora de diagnosticar a los enfermos de Covid-19, especialmente a los más graves. «Es la más fiable de todas las que se emplean porque detectan la presencia del virus en las primeras fases. Esto facilita el diagnóstico del coronavirus», subraya Segura. Sin embargo, afirma que es una técnica compleja que requiere equipos médicos actualizados, personal cualificado y varias horas de trabajo, alrededor de seis horas para conocer el resultado.
Por este motivo, durante esta crisis sanitaria se han aplicado criterios bastante restrictivos para decidir en qué casos se aplicaban estas pruebas.
Por ejemplo, en el caso de Can Misses, un centro dotado con equipos de vanguardia, realizan test PCR integrados. Una unidad médica en las que la extracción del ARN y la amplificación (la PCR en sí) se realizan en el propio equipo. Sin embargo, suelen emplear esta técnica para diagnosticar los casos graves, subraya Javier.
Por este motivo, desde Can Misses han tenido que enviar al Hospital Universitario de Son Espases, en Mallorca, los resultados de la matoría de pacientes enfermos para el diagnóstico mediante PCR, al ser el centro de referencia en Baleares, puesto que los equipos del laboratorio del Hospital Son Espases pueden hacer la extracción por separado y luego la amplificación.
Antígenos
Éste es otro de los grupos de técnicas utilizadas para la detección del Covid-19. Según Javier Segura, estos test de antígenos virales detectan ciertas proteínas del virus. Sin embargo, como ocurre con las pruebas de anticuerpos, el diagnóstico depende de la carga viral que presente el paciente.
En este sentido, Segura señala que estas métodos no han sido utilizadas en Can Misses, por su baja sensibilidad y precisión.
Además, se ha demostrado que puede dar un número elevado de falsos negativos y, por ello, la propia Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica recomendó reforzar con un PCR estos casos. Javier Segura afirma que estos test rápidos tenían más sentido en una fase inicial de la pandemia.
«Sólo tienen un 30% de sensibilidad y las últimas versiones apenas alcanzan el 50% », puntualiza este microbiólogo. No obstante, es partidario de utilizar los test rápidos.
Considera que el diagnóstico precoz de nuevos casos, a través de estas pruebas, tiene que complementarse con los PCR.