Llegó el primer fin de semana de playas y con él las primeras restricciones de la desescalada para los bañistas. El Ayuntamiento de Sant Josep ordenó ayer el cierre de los accesos a la playa de Cala Bassa ante el gran número de bañistas que se acercaron al arenal durante la mañana para aprovechar el soleado día.
Según confirmaron desde el Consistorio, el acceso a Cala Bassa quedó cerrado pocos minutos antes de las 14.00 horas. Explicaron que la decisión vino tomada por la alta afluencia y para evitar que la aglomeración de bañistas no pudiese garantizar las distancias de seguridad. Cabe recordar que el BOE recoge que para evitar la propagación de la COVID-19 los playistas tienen que guardar una distancia de al menos dos metros.
La medida, recomendada por la coordinación de playas del municipio, provocó que la Policía Local y Protección Civil, que además han desplazado una embarcación a la playa, se desplazaran a la zona para colocar una barrera y cortar la afluencia de gente. Además utilizaron un dron para tener una mejor visual de la zona.
80 kilómetros de costa
En el comunicado, el equipo de gobierno pidió prudencia a la población y quiso recordar a la ciudadanía que aunque se vayan permitiendo algunas actividades, el virus todavía persiste y «no se está fuera de peligro». Por eso, piden «a todo el mundo» que vele por su propia seguridad y evite las aglomeraciones y las zonas masificadas.
En el texto, hicieron hincapié en el que el municipio cuenta más de 80 kilómetros de costa y cuenta «con algunas de las mejores de playas de la isla». Por tanto, invitan a los ibicencos a acudir a aquellos arenales que pueden estar menos transitados y donde se puede mantener sin problemas las distancias de seguridad.
Por su parte, el alcalde josepí Josep Marí Ribas Agustinet pidió a la población responsabilidad: «Respetando las precauciones que todavía se tienen que mantener, se puede seguir disfrutando de nuestro litoral con plena seguridad».
El Ayuntamiento aprovechó el comunicado para recordar que no ha establecido controles de aforo en su costa, pero que este año los socorristas, junto con la Policía Local y Protección Civil, son los encargados velar porque se garantice la distancia mínima entre las personas.
Cuando estas condiciones no se puedan mantener, como ocurrió ayer en Cala Bassa, se restringirá el acceso hasta el restablecimiento de las condiciones de seguridad, explicaron desde Sant Josep.
Cala Bassa no fue la única playa que ayer registró una afluencia elevada. Desde el Consistorio señalaron que durante muchos minutos también se pensó en cerrar ses Salines, ya que existía riesgo de saturación. También hubo un alto número de personas en Platges de Comte. Finalmente, la presión fue bajando y no hizo falta tomar la decisión. En el resto de las playas del municipio la jornada transcurrió con normalidad.