Poco a poco las islas vuelven a su ritmo, Ibiza y Formentera despiertan y recuperan la alegría y su magia. Llega la nueva normalidad y muchos restaurantes reabren sus puertas para que volvamos a disfrutar de los mejores atardeceres del verano, aguas cristalinas y días de sabor y vida. Vuelven los reencuentros y qué mejor manera para compartir buenos momentos que sentados alrededor de una buena mesa, saboreando una riquísima gastronomía en compañía del sol y del mar.
Uno de los establecimientos que retoman su actividad es el restaurante Tropicana, que inaugura hoy la temporada 2020 con más ilusión que nunca. Y es que este restaurante es de los que más tiempo permanecen abiertos, ya que gracias a su fiel clientela, alarga la temporada y nos regala el poder disfrutar del otoño en la isla. Debido a las circunstancias excepcionales que hemos vivido, este año abre sus puertas más tarde, pero aún nos queda todo el verano por delante para disfrutar de su estupenda gastronomía. Su propuesta es todo un acierto, amplia, variada y para todos los gustos, desde la cocina más tradicional ibicenca y marinera, hasta cocina mediterránea e internacional, pasando por algunos platos más sencillos. Siempre con un toque personal que sorprende a nuestro paladar.
En plena naturaleza y rodeados de pinos podemos comer desde un bullit de peix, paellas y sabrosas carnes hasta pescado fresco, que lo podemos pedir a la sal, al horno o a la plancha. También hay entrantes frescos y ligeros como la ensalada de bogavante con vinagreta templada de manzana; pastas, como los ravioli de queso con salsa de champiñones y aceite de trufas; y tablas de queso y jamón, ideales para compartir. Tenemos que dejar hueco para uno de sus famosos postres caseros y después, solo nos queda disfrutar de una relajante sobremesa acompañada de uno de sus cócteles.
Tropicana Beach es todo un referente de la restauración ibicenca y cuenta con una trayectoria de más de 30 años
En definitiva, el restaurante perfecto en Ibiza para celebrar, disfrutar del buen tiempo, del mar, de la buena gastronomía y de la paz que se respira en este encantador rincón de Cala Jondal.