Andy McKay (Southampton, Inglaterra, 1971) nos recibió el pasado viernes al mediodía en las instalaciones del Ibiza Rocks Hotel, establecimiento de su propiedad en el centro de Sant Antoni.
A esa hora, aún no se había publicado el decreto que había anunciado el Govern y nos pregunta, nervioso, por cuestiones de su contenido.
Abrió las puertas del hotel el 1 de julio. Tiene una buena previsión para el mes de agosto y está razonablemente satisfecho con la respuesta del mercado, dadas las dificultades que aún tiene el Reino Unido, su principal cliente.
Condiciona el resultado a que los políticos no «sigan abriendo la boca de forma irresponsable».
Afirma, optimista, que, no obstante, todavía están a tiempo de salvar los muebles. «Este año es el verano del aire libre, el sol, la playa, los barcos, no es año de pistas de baile porque no son compatibles con el virus, ni de día, ni de noche en espacios cerrados, la peor de las opciones».
McKay está trabajando en configurar un cartel atractivo de conciertos acústicos al aire libre con los que espera atraer nuevo público a su establecimiento, famoso por sus fiestas en la piscina.
Nos advierte que «no hay nada firmado». Está negociando volver a poner sobre el escenario del Ibiza Rock Hotel a Ed Sheehan, Jake Bug, Craig David y Paulo Nutini, a quienes se sumarán «artistas locales», insiste. Fanático de la música en vivo, se cansó de la noche. «Tengo hijos».
Como complemento a su estrategia musical, empezó a gestionar el mítico Hotel Pikes en 2011, alojamiento que servía para redondear la experiencia de los artistas que tocaban en su hotel. «No podía competir con dinero, pero sí con experiencias y con unas minivacaciones en Ibiza en mitad del verano». Lo compró gracias a una opción de compra, con un «precio loco» que resultó no ser tan loco años después. «El Pikes es importante en el éxito del Ibiza Rocks», asegura convencido de que «es parte de la historia de Ibiza que conviene recordar. No quiero otro hotel blanco, minimalista».
¿Cómo se presenta el verano?
—Si tú quieres turismo, quieres turismo, si no quieres turismo, no quieres turismo. Punto. Es sencillo de entender. No es responsable que nos digan que podemos abrir este verano con unas condiciones y luego pongan reglas que nos impiden ganar dinero.
Los políticos habían tenido la oportunidad de decidir no abrir este verano. Había muchas razones para tomar esta decisión, pero prefirieron que abriéramos y arrancar la economía y ahora no nos dejan trabajar bien.
¿Se refiere a la obligación de llevar mascarilla?
—Esto es una locura. Al aire libre y con el sol, no hay riesgo. Al menos es el más bajo posible, lo dice todo el mundo. Entonces, ¿por qué mis clientes se han de poner la mascarilla? Este año es difícil, pero lo es aún más cuando cada día hay nuevos problemas. El virus no es el problema más grande. Estoy más nervioso de las reacciones de los políticos. Afortunadamente, no tenemos problemas grandes con el virus, esta es la realidad. El problema grande no es el virus, son los políticos que cada día toman decisiones sin razones lógicas, sin pensar.
¿Asustan al mercado estos mensajes?
—Los políticos deberían pensar antes de abrir la boca. Un titular en el Periódico de Ibiza y Formentera a las dos horas ya está publicado en Londres, en Alemania, en París…
Este tipo de cosas no nos ayudan. Por ejemplo, yo estoy negociando con Jet2.com para que traigan a Ibiza los vuelos que han anulado de Malta. No creo que lo consiga con mensajes de este tipo.
Pues sin aviones, no hay turistas...
—Efectivamente. Yo me voy el lunes a Londres a reunirme con mi equipo de allí para enfocarnos todos hacia los mismos objetivos. Hace tres meses que no estamos juntos y el contacto personal es importante. El miércoles no puedo volver porque no hay vuelo. El jueves he de conducir hasta Birmingham para coger el vuelo. Me ha costado 300 libras solo un trayecto. En agosto son más baratos, pero si no tenemos vuelos, ¿para qué abrimos?
Si tú (Govern) quieres que abra el hotel, me tienes que ayudar a traer clientes, no perjudicarme. Pero no está siendo así. Los políticos de Palma abren la boca y los vuelos de Malta no se trasladan a Ibiza. Seguro que Jet2.com pondrá los vuelos hacia otros destinos. ¿Cuál es el beneficio para Ibiza de un vuelo de 200 personas cada día? Muy grande.
No parece que sea un problema exclusivamente de los políticos.
—A veces la ley no es tan mala como los titulares, el problema es abrir la boca sin pensar y no explicar bien las cosas. La ley para prohibir fiestas en las casas privadas está muy bien. Nadie tiene problemas con ella, salvo los que quieren hacer fiestas ilegales, pero parecía que no se podían hacer eventos de más de 70 personas al aire libre en nuestro hotel. Ese es el problema.
¿Qué le parece que el horario de cierre sea a las 2 de la madrugada?
—Mallorca no es Ibiza y las normas no deberían ser iguales para las dos islas. La gente de Ibiza se va a dormir mínimo dos o tres horas más tarde que la gente de Palma. Los hoteles de Ibiza de cinco estrellas cobran el doble que los de Mallorca porque aquí tenemos un producto de máximo nivel. A las 2 es perfecto para Mallorca, pero no para Ibiza. Si hacemos las mismas cosas que en Mallorca, acabaremos cobrando los mismos precios que Mallorca y la calidad del turismo bajará. Los políticos de Ibiza, en mi opinión, han de tener más capacidad para influir en las reglas de Ibiza porque ellos comprenden Ibiza y sus problemas, que no son los mismos que Mallorca. Otra cuestión es que el problema no se acaba cerrando a las 2 de la madrugada, ya que los clientes regresarán a las habitaciones de los hoteles, donde hay bebida y se juntarán. Nos generará problemas y será un desastre. No tiene sentido que Baleares sea el único sitio de España con restricciones para cerrar.
¿Cree que están aprovechando la Covid para cambiar el modelo?
—Si tú quieres cambiar un modelo con muchísimo éxito por otro que no sabemos cuál es, cambíalo, pero no abras la boca. No digas nada. Hazlo.Las compañías aéreas son compañías de bajo riesgo. Ante mensajes de este tipo, los directivos de las aerolíneas optan por no programar tantos vuelos el próximo verano porque no saben qué significa esto del nuevo modelo y si con el nuevo modelo llenarán los aviones como hasta ahora. Ibiza necesita más cuota de mercado, no menos.
No todo funciona bien.
—Comparto la idea de acabar con el turismo de excesos. Pero hay que hacerlo con inteligencia, no con publicidad negativa en los periódicos.
¿Qué hay que hacer entonces?
—Nosotros estamos en la cúspide de la Pirámide de Maslow. Cuando uno no tiene agua, lo más importante es el agua. En cambio, cuando no tienes problemas de agua, el agua no es importante. Hemos de ser un poco más humildes. La gente que está contenta sin turismo debería saber que cuando no tengan pan ni agua, lo más importante para ellos será, sin duda, el pan y el agua.
¿Qué pasa con el West?
—El concepto del West se popularizó en los 70 y 80 al norte de Inglaterra. Allí, ya no existe desde hace 30 años y aquí sí. En Inglaterra, nadie quiere un producto como el West, de bebidas baratas y excesos.
¿Pero la gente viene al West?
—Si tú das un producto malo, todo incluido, bebida gratis o muy baratas, la culpa no es del cliente, la culpa es de los negocios. Si tú quieres mejores clientes, da mejor servicio y mejor producto en un local mejor, en el que haya inversiones y precios más altos. La inmensa mayoría de mis clientes, del Ocean Beach, del Mambo, del Café del Mar..., de otros locales de más calidad son los mismos que van al West. Yo no tengo problemas con esos clientes y ellos pagan las bebidas cuatro veces más caras. Estos clientes tienen capacidad de beber con respeto y responsabilidad y no son malos clientes porque vienen al sitio más caro de toda Europa para este tipo de turismo. Ibiza es carísimo y no puede venir todo el mundo aquí. Es un éxito fantástico que los bares del West cambien a gente que normalmente no tiene mentalidad de hooligan. Insisto, no es el modelo que el turista británico quiere.
¿Es un problema político o empresarial?
—El turismo de excesos no es aceptable. No es el que Sant Antoni quiere, ni es el que quiere el turista joven de calidad. Es increíble que Sant Antoni tenga es capacidad de extraer el hooligan que casi todos llevamos dentro. No puede ser que por ganar 15 euros ciertos empresarios, no todos, generen un problema al pueblo.
¿Cuál es la solución?
—Más negocios de calidad. Ahora mismo, Bolton es más parecido a un pueblo español que Sant Antoni. Si los dueños de los negocios quieren copiar lo que se hace en Inglaterra, que vayan a Bolton y copien lo de ahora, no lo de hace 30 años.
¿Por qué no se hace?
—El pacto con los turoperadores, el sistema de pub Crawl, (rutas etílicas de bajo coste), que ha sido un cáncer para Sant Antoni, está muerto. Es cierto que no es posible vender Gucci de un día para otro, pero hay que cambiar. Los empresarios deberían trabajar para dar más calidad y los políticos deberían incentivar a los empresarios que quieren hacer las cosas bien.
EL APUNTE
«Todo el mundo necesita Sant Antoni, es el vivero de turistas para el resto»
Andy McKay ama Sant Antoni. Y se enfada cuando oye hablar mal a alguien del pueblo. «Tendrían que quitar la ley de la máscara y hacer otra que ponga multas a quien hable mal de Sant Antoni», comenta, con el particular humor que tienen los británicos.
«Todos los otros sitios de Ibiza hablan mal de Sant Antonio, aunque necesitan Sant Antoni porque es el pueblo al que van los turistas cuando son jóvenes y luego estos jóvenes cuando ya no lo son tanto van a otros sitios de Ibiza. Sant Antonio es el vivero de los turistas del resto del Ibiza», defiende resignado.
Esta es la razón, según su teoría, por la que «al resto de la isla no le gusta Sant Antoni, pero no quieren cambiarlo porque les va muy bien. Sant Antoni hace el trabajo sucio, pero se queda sin beneficio».
McKay cree que Sant Antoni ha de aspirar a un turismo de más calidad y que, para ello, es necesario «dar un servicio mejor que el que quiere el cliente». «Tenemos el cliente que nos merecemos», sentencia.
Para cambiarlo, reclama a las autoridades «estrategia». «Hay muchos hoteles en Sant Antoni que no tienen piscina», afirmación que precede a su pregunta: «¿Usted cree que vendrán familias con dinero a hoteles que no tienen piscina con las ofertas que hay en otros sitios».
En cualquier caso, McKay, optimista, ve una oportunidad este verano para Sant Antoni.
«Con menos oferta, con las discotecas cerradas, si hacemos una oferta de calidad, mucha gente que no quiere venir a Sant Antoni, podría hacerlo este verano. Sant Antoni es un pueblo con ambiente en invierno y en verano, Platja den Bossa está cerrado y este verano no habrá sesiones de David Guetta ni Carl Cox, así que es un buen momento para intentarlo», razona.