Después de 50 años de trayectoria en el sector hotelero, el Grupo de Empresas Matutes reformó a principios de este año su estructura organizativa, separando, por una parte, las empresas no hoteleras y la gestión del patrimonio inmobiliario, y por otra parte el operador hotelero. Jesús Sobrino Fernández, mexicano de nacimiento e ibicenco de vocación es, desde el 1 de enero de 2020, el nuevo director general y cerebro de Palladium Hotel Group (PHG). Ingeniero de profesión, es el brazo derecho de Abel Matutes Prats, presidente de PHG, a quien conoció en 2006 cuando ambos cursaban un máster en dirección de empresas (MBA) en Madrid. En 2019, PHG gestionó un volumen de negocio de 752 millones de euros, con un incremento del 13% respecto a 2018. Con sus 50 hoteles y casi 15.000 habitaciones hoteleras en seis países, todo pintaba muy bien a principios de 2020. Se esperaba un año de récord en los hoteles, en los espectáculos... Hasta que en marzo sobrevino la crisis sanitaria.
—¿Se fueron todos los planes al traste? ¿Cómo ha vivido semana a semana la evolución de la expansión del virus?
—Definitivamente. Todo sucedió muy rápido y nos enfrentamos a decisiones muy difíciles y sin precedentes, pero a la vez necesarias para sobrevivir en el medio y largo plazo. Lo primero que hicimos fue prepararnos para teletrabajar, como medida preventiva, siendo en Ibiza quizás la primera empresa en cerrar sus centros de trabajo y enviar a todos sus equipos a trabajar desde casa. Fue clave que desde el inicio formamos un comité de crisis con representantes de áreas clave y nos reuníamos a través de una plataforma digital todos los días a las 12, con el foco en Europa, y a las 18 horas con el foco en América. En esas reuniones dibujamos el plan de choque a nivel mundial e íbamos tomando decisiones una detrás de otra. En paralelo, otro grupo de personas fue destinado a reunir, filtrar y estructurar en un informe diario las noticias más relevantes en los diferentes destinos y mercados, que deberían ser tomadas en cuenta en nuestras decisiones. Establecimos tres fases en el plan: la primera, detener la hemorragia cerrando todos los hoteles y apoyándonos en los diferentes instrumentos de regulación de empleo de cada país; la segunda, definida como la ‘nueva agenda de trabajo', lanzando varios proyectos a medio y largo plazo enfocados en reforzar nuestra gestión e incrementar la productividad y rentabilidad en la nueva versión de la realidad; y la tercera fue la fase de la ‘reconstrucción y reapertura', que es en la que estamos ahora y, como no podría ser de otra manera, va a diferentes velocidades en cada destino.
—¿Cómo está afectando la pandemia a las cancelaciones de la cadena hotelera dentro y fuera de España? ¿Cuántos hoteles han tenido que cerrar? ¿Cuántos empleados se han visto afectados por un ERTE?
—Aunque ahora mismo ya estamos incorporando de forma escalonada a nuestras plantillas, tanto de central como de los hoteles que abrimos, en su momento tuvimos cerca de un 80% de los empleados afectados por los diferentes mecanismos de regulación de empleo disponibles en cada país. Respecto a las cancelaciones, está afectando mucho, pues por un lado tenemos la incertidumbre y miedo de las personas a viajar y, por otro lado, tenemos las restricciones de viaje que cada país ha puesto en marcha, y que en muchos casos persisten hoy en día. Nos ha sorprendido positivamente Ibiza, destino importante para nuestra empresa, y negativamente los hoteles del Caribe. Claramente la demanda viene de mercados de proximidad y donde la propagación del virus está bajo control. En España, junto a Only You Hotel Atocha en Madrid y Palladium Hotel Costa del Sol en Benalmádena, que ambos se defienden, solo hemos abierto 4 de los 11 hoteles en Ibiza. Entre los españoles y países europeos que han reaccionado rápido ante la pandemia, hemos tenido un julio por encima de nuestras expectativas en los hoteles abiertos. En el Caribe ha sido todo lo contrario al tener su mercado local aún muy afectado, como el caso de México, y ser destinos muy dependientes del mercado norteamericano, que continúa con importantes restricciones. Por si fuera poco, los mercados europeos y latinoamericanos, que hacen contrapeso, no están viajando al Caribe por evitar los viajes largos.
—¿La cuarentena aún vigente en el Reino Unido ha sido el mazazo final?
—Reino Unido ha sido históricamente el mercado más importante para España, e Ibiza no es la excepción. Todo lo que le duela al Reino Unido nos trae secuelas. Para Ibiza, este mercado representa más del 25% de los visitantes, y para Palladium Hotel Group incluso algo más. Lo que es preocupante es que varios países han secundado la medida del gobierno británico y, hoy en día, en casi todos los países Schengen existe algún tipo de medida restrictiva para viajar a territorio español. La capacidad aérea se está desviando a otros destinos competidores, como por ejemplo Grecia y Turquía. Si la situación no mejora y hay un cambio de sentido, nos veremos obligados a adelantar los cierres de los hoteles de temporada que abrimos y retrasar la apertura de aquellos que aún no hemos abierto, como nos ha pasado con Hard Rock Hotel Tenerife, que a dos días de abrir se hizo oficial la cuarentena y decidimos esperar. El análisis es continuo y no hay una fórmula que valga para todos los hoteles; cada hotel tiene su mix de mercados de los que tira, y eso lo hace más o menos vulnerable. En general, para el 2020, todos aquellos con un peso importante de españoles se defienden mucho mejor por razones obvias.
—¿Qué medidas higiénicas y sanitarias se han adoptado en sus establecimientos hoteleros abiertos?
—Nuestra prioridad siempre ha sido la seguridad de las personas, tanto nuestros clientes como nuestros equipos. Hemos seguido en todo momento las recomendaciones de la OMS y de las autoridades de los países en los que estamos presentes, adaptando y certificando nuestros protocolos de seguridad y bienestar, y hemos hecho un esfuerzo enorme a nivel de formación e implementación de tecnología para ofrecer una experiencia más segura, como el check in y check out online, casi todos los servicios e información disponible a través de la app, cámaras térmicas de detección de temperatura corporal en puntos de acceso, etc.
—PHG ha creado un seguro especial para los huéspedes que pudieran verse afectados por la pandemia. ¿Ha servido esta medida para generar mayor confianza entre los clientes? ¿Han notado algún incremento en las reservas por este motivo?
—Sí, se trata de una póliza que cubre a nuestro cliente ante cualquier contingencia directamente relacionada con el Covid-19 que pueda surgir durante su estancia, como gastos médicos y de hospitalización, traslados o prolongación de la estancia. Este seguro lo pagamos nosotros y se ofrece sin coste alguno a todos los clientes que hagan una reserva en cualquiera de nuestros hoteles, independientemente del canal por el que hagan su reserva. La medida ha sido bien recibida y nos ha servido para dar un mensaje de confianza y convencer al cliente de que nos elija a nosotros.
—El gobierno canario y los hoteleros de esas islas se han comprometido a pagar el resto de las vacaciones a los turistas que se vean afectados por el virus. ¿Qué opinión le merece esta medida?
—Me parece muy bien que lo hagan, al igual que nuestro seguro, que precisamente cumple la función de dar confianza al viajero para que escoja, en este caso de Canarias, ese destino por encima de otros. El cliente ya tiene mucho lío en la cabeza con todo lo del Covid-19 y la información que nos inunda y nos sobrepasa; con un seguro como el nuestro o con el compromiso del Gobierno de Canarias, al menos se elimina el temor a afrontar una cuenta abultada en caso de verse afectado por el virus durante sus vacaciones.
—¿Considera que el gobierno central o el Govern balear están llevando a cabo una gestión adecuada de la pandemia?
—Considero que el Govern balear ha sido desde el principio muy sensible a la importancia que tiene el turismo para el PIB de la comunidad y ha actuado en consecuencia; entre otras cosas, ha peleado y conseguido importantes cosas con respecto a los ERTE, tema vital para todo el tejido empresarial y fuente de empleo. Desgraciadamente, no puedo decir lo mismo del Gobierno central, que está fallando en la desescalada tras un confinamiento durísimo de toda la población.
—Corredor turístico seguro, una aplicación de móvil para todos los turistas… ¿Qué medidas adoptaría de inmediato si estuviera en su mano?
—Fuimos la primera compañía de Ibiza en apostar por el plan piloto para el turismo alemán, adelantando la apertura de uno de nuestros hoteles, con lo que ello implica. El corredor turístico aporta una solución a ciertos destinos que mantienen la situación de virus aún bajo control relativo, pero no nos engañemos, es también una gran responsabilidad ser uno de ellos y hemos de ser disciplinados o duraría muy poco el gusto. Las medidas que defiendo como necesarias son un PCR negativo como pasaporte sanitario, control riguroso del uso de mascarilla y distancia social en destino, test masivos a la población y ser muy ágiles y efectivos en el rastreo de contactos estrechos de los casos confirmados. Lo más complicado y delicado es lo del test PCR, pero confío en que se avance muy rápido en la fiabilidad y disponibilidad de test rápidos que lo sustituyan.
—¿Cómo afrontan 2021, cuáles son sus principales retos? ¿Se han visto afectados los planes de expansión más inmediatos en Sicilia o Menorca?
—Es fundamental que se dé luz verde a una vacuna y sobre todo que la puesta en producción masiva y logística de vacunar a toda la población sea lo más rápida posible. Tanto en Sicilia como en Menorca, no hemos tenido más opción que retrasar la reapertura tras una obra de transformación y rebranding del hotel que se ha visto interrumpida como consecuencia de la pandemia. De momento, el 2021 está teniendo movimiento, aunque no todo el que nos gustaría pues la incertidumbre persiste. La buena noticia es que, al margen del impacto económico en las familias, las ganas de viajar y disfrutar de unas vacaciones se están acumulando y esperamos que, cuando se den las circunstancias, la recuperación de la demanda será relativamente rápida. Mientras tanto, no estamos perdiendo el tiempo en nuestra empresa. Estoy convencido de que saldremos reforzados de esta crisis y sorprenderemos con algunas novedades.
—Recomiende una jornada completa de vacaciones a sus clientes de Ibiza
—La verdad es que Ibiza como destino lo mantiene todo: playas, gastronomía, cultura, paisaje, conceptos y hoteles únicos. A mayores, toda esta situación ha hecho que la experiencia de visitar Ibiza sea una auténtica gozada. Hay muchos menos turistas, con todo lo que ello conlleva, muchas más ganas de trabajar y atender al cliente como se merece, y las buenas vibraciones de la isla continúan, a excepción de las discotecas, con prácticamente la misma oferta complementaria disponible. Mi recomendación sería escoger uno de nuestros hoteles y beneficiarse del seguro que incluimos y el rigor en nuestros protocolos de seguridad e higiene. Merece la pena disfrutar mucho de las playas de la isla y la gastronomía kilómetro cero que nos caracteriza. En particular, recomiendo mucho pasar el día en el rooftop de Bless Hotel Ibiza, en su inigualable piscina infinity, y cenar en el restaurante Etxeko. En general, recomendaría que disfrutaran de la gran cantidad de opciones al aire libre y lugares en los que en condiciones normales es muy complicado hacer una reserva.
—Algunas personas consideran que este es un buen momento para dar un giro al modelo turístico de Ibiza, ¿cuál es su opinión?
—Es una buena pregunta, y espero no meterme en muchos líos con la respuesta, pero seré muy transparente. Ahora mismo es cierto que muchos ciudadanos, y sobre todo algunos políticos, están diciendo públicamente esto del cambio de modelo turístico. Lo primero que quiero decir es que me parece un error que se estigmatice lo que nos da de comer hoy en día: el ocio, la música, los beach clubs... Esto nos hace diferentes, nos ha sacado antes de las crisis y nos convierte en una referencia mundial. Dicho esto, nada está por encima de la seguridad de las personas, y por ello fuimos los primeros en anunciar que este año no abriríamos la discoteca Hï Ibiza, ni Ushuaïa Ibiza Beach Hotel, incluso antes de que hubiera una restricción formal en esta línea. Estoy de acuerdo en que dejemos de depender tanto del turismo que nos elige precisamente por todo lo anterior, y como norma general nunca es bueno tener todos los huevos en una única canasta. Ahora bien, lo que no me explico es la contradicción total de eso que dicen con lo que después hacen o dejan hacer. En los últimos 15 años, nuestra empresa ha intentado tramitar un proyecto de golf -y ojalá que vinieran 4 o 5 más detrás del nuestro, pues Mallorca tiene más de 20; un centro comercial de talla internacional, una galería comercial destinada a marcas de lujo, una marina que amplíe la oferta náutica, la reactivación del Teatro Pereira para mejorar la oferta cultural… y un largo etcétera por nuestra cuenta y la de otros tantos empresarios con tanto aprecio y apego a la isla como el que tenemos nosotros. Todos estos proyectos han perseguido la desestacionalización y la búsqueda de nuevos segmentos de mercado para lograr una mezcla de clientes más saludable para la isla, es decir, precisamente un cambio del modelo turístico de Ibiza. Pues bien, todas esas personas que ahora hablan del cambio de modelo, en su momento o no apoyaron los proyectos haciendo lo necesario o se pusieron incluso en contra. La pregunta es para ellos: ¿Cómo se logra entonces el cambio de modelo si no es apoyando proyectos de esta naturaleza? La verdad sea dicha, en ocasiones la normativa y restricciones urbanísticas no lo ponen fácil, pero no es excusa válida, pues dichos instrumentos han sido escritos por el hombre, son modificables e interpretables. El fin justifica los medios, y hay muchos ejemplos de ello. Lo que está faltando en la administración y en la sociedad ibicenca es estrategia, convicción y consenso… «De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno», dice una frase célebre.