El tiempo pasa despacio en el Hotel La Noria, del grupo Playasol, el hotel puente donde los turistas positivos en COVID-19 pasan su cuarentena. El número de estos huéspedes forzados no ha trascendido. La calle le Arguelades, en plena zona de Platja d'en Bossa, donde se encuentra el establecimiento hotelero, se muestra semidesierta y en silencio en pleno agosto. La puerta de entrada del hotel puente, una pequeña cancela que da a la entrada a recepción, permanece cerrada con una cadena y un candado.
Pocas habitaciones muestran señales de vida en el hotel. Desde la desangelada calle Arguelades, donde se encuentra, apenas se pueden observar una toallas tendidas en un balcón, y por la noche media docena de luces dan alguna pista de vida en su interior. La cabeza de un joven asoma por una ventana. En el exterior no hay mucha más muestra de vida, un operario tocando al timbre del hotel y una trabajadora que abre el candado de la cancela son las únicas almas que se dejan ver a la altura de esta calle de Platja d'en Bossa.
Derrepente un traqueteo de ruedas por la acera, es una pareja de turistas arrastrando un par de maletas, se dirigen al Bon Sol prestige, a unos metros antes de llegar al hotel puente.
Fernanda, una de las pocas vecinas que viven en esta calle, confirma la evidencia. Salvo contados casos como el de la pareja de las maletas, apenas hay ningún tipo de movimiento en esta calle, y mucho menos en el hotel puente. Por lo que se podría deducir que los residentes en este hotel están cumpliendo estrictamente la cuarentena que se les ha impuesto. Pasan de las 21h del martes cuando esta misma vecina avisa a Periódico de Ibiza y Formentera de la presencia de varias ambulancias en esa calle. Este rotativo no ha podido confirmar ni la presencia ni la razón de la presencia de este dispositivo.