Mientras otros muchos sectores de Ibiza y Formentera han salido perjudicados por el coronavirus y el confinamiento decretado por el Gobierno central, la pesca en Ibiza ha visto como aumentaban sus ventas y sus capturas. Tanto que, según confirmó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Pere Varela, portavoz de la cofradía de Ibiza y cara visible de Peix Nostrum, la cofradía de Vila ha facturado hasta hace apenas unos días un millón de euros, «lo que supone un aumento de unos 80.000 euros con respecto al mismo período del año pasado».
Esto, unido también al aumento de un diez por ciento en relación a los kilos de pescado vendido, llevó ayer a Varela a calificar lo que llevamos de temporada como «un gran éxito». «Nosotros somos los primeros sorprendidos porque con todo lo que está cayendo y a pesar de unos primeros meses malos con descensos de hasta un setenta por ciento con respecto al año pasado hemos conseguido recuperarnos de modo bastante digno en cantidad de kilos y facturación económica».
No en vano, según el portavoz de la Cofradía de Pescadores de Ibiza, «el miedo que se tenía sobre la campaña de la langosta ha quedado disipado». Tanto que, actualmente y a dos semanas de que concluya la temporada, al pescarse bajo demanda todo lo que sacamos del mar ya está todo vendido y comprometido. «Los años de trabajo bien hecho, con una flota respetuosa con el medio ambiente y con las tradiciones de Ibiza, ha conseguido que nuestra langosta sea muy apreciada en mesas y platos de todo tipo».
En este sentido, el portavoz de la cofradía quiso poner en valor el trabajo que se realiza con la langosta en las Pitiusas. «A diferencia de lo que se hace en otras partes del Mediterráneo, donde está casi desaparecida, nosotros tenemos la filosofía de únicamente sacar del mar lo realmente necesario, y por ello la que no da el tamaño o está ovada se devuelve inmediatamente al mar, haciendo que los caladeros se regeneren y aumente la calidad del crustáceo».
Atún rojo
Además, los pescadores de Ibiza están viviendo un gran año gracias a su acertada apuesta por el atún rojo. En 2006 se prohibió su pesca en Baleares, en 2018 permitió de nuevo y después del éxito que cosechó un primer barco el año pasado, en este 2020 se ha sumado una flota mucho mayor. Así, esta especie ha sido el que ha ayudado a mejorar de forma exponencial la cantidad de capturas y la facturación de la cofradía ibicenca.
En las Pitiusas este tipo de pesca se hace bajo unas condiciones muy especiales. La pesca está autorizada para determinadas embarcaciones de artes menores, en este caso los tradicionales llaüts ibicencos, y según la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, la talla mínima de las capturas tiene que ser de 30 kilos o de 1,15 metros de longitud. «Cuando algo funciona tan bien y siempre que se haga de forma artesanal y respetuosa con el medio ambiente hay que intentar apostar firmemente por ello sin olvidarnos, al igual que sucede con la langosta, que hay que pescar bajo demanda y pensando únicamente en lo que se va a vender», confirmó Pere Varela a este periódico.
Éxito en el confinamiento
Por otro lado, el portavoz de la cofradía también aseguró que el confinamiento decretado por el Gobierno para intentar frenar el coronavirus ha generado una mayor demanda de pescado entre los residentes de Ibiza generando mayores ventas en el sector. «Siempre decimos que el pescado requiere de cariño, tiempo y preparación y al pasar mucho más tiempo en casa sin poder salir únicamente para comprar, ha provocado que la gente compre algo más y le dedique más tiempo a la cocina y a las recetas, en este caso relacionadas con el pescado», aseguró Varela.
Después, cuando terminó el confinamiento las ventas se han mantenido aunque sobre el tema de los precios en el mercado Varela prefiere no entrar. «No querría abordar ese tema porque sería dejar al descubierto los márgenes con los que trabajan las pescaderías, los mercados y las grandes superficies, pero si que te puedo decir que en Ibiza los precios son muy justos y razonables», concluyó.