En la primavera del año 2000, acompañada por el relaciones públicas Alex Estil-les, la famosa diseñadora de trajes de novia Rosa Clará se enamoró de Ibiza y de Formentera. Y hace diez años, después de un tiempo recorriendo la isla, compró una casa en Roca Llisa.
Rosa abandonó los estudios de Derecho para dedicarse al diseño. Igual que hice yo, que dejé la carrera de abogado en el cuarto curso, para venir a Ibiza en los maravillosos años hippies.
En 1995, Rosa Clará abrió su primera tienda en el Passeig de Gracia de Barcelona. Entonces no podía imaginar el imparable éxito internacional que tendría su marca.
Hoy día, la marca nupcial Rosa Clará se vende en ciento cuarenta tiendas y en cuatro mil puntos de venta de ochenta países.
El mundo de la novia ha cambiado desde que hay muchas mujeres que no se casan en una Iglesia y desde que la Iglesia es un poco más tolerante con el tema del vestuario. Hoy en día, a las novias les gustan los escotes y las transparencias. Rosa se ha adaptado a estos tiempos, pero a sus diseños no les falta nunca la elegancia, igual que en sus vestidos de fiesta.
Rosa diseña al año dieciséis colecciones de novia y cuatro de vestidos de fiesta. Y todos los años organiza un gran desfile en Barcelona, al que yo estoy siempre invitado. Este año es el 25 aniversario de su marca.
De su primer matrimonio Rosa tuvo a su hijo Dani, que es arquitecto y que, tras estudiar en China y en Estados Unidos, este año se incorporará a la empresa nupcial.
En el año 2013 contrajo matrimonio con el apuesto empresario Josep Artigues, con quien es muy feliz navegando en su barco por Formentera y otros lugares del Mediterráneo.
Rosa Clará es una más del club de los enamorados del mar de las Pitiuses, de sus paisajes, sus restaurantes y sus noches, que este año no podemos disfrutar plenamente.