La temporada 2020 ha sido sin duda una de las más complicadas y son muchos los valientes que han apostado por abrir sus negocios y ofrecer lo mejor de su cocina a ibicencos y a toda la gente que ha visitado la isla. Este es el caso del restaurante 180º, que abrió sus puertas el pasado mes de julio con mucha ilusión, una innovadora propuesta y un fantástico equipo.
El restaurante está situado en el Paseo de Figueretes y es completamente nuevo. Se encuentra en los bajos del exclusivo hotel Sud Ibiza Suites, reformado con muy buen gusto en 2016 por Elena Villangómez. Empezaron desde cero y el resultado es un restaurante rompedor, fresco original y muy acogedor. Las paredes están decoradas con musgo natural y con madera de roble ‘quemada' y el estilismo es orgánico y novedoso, todo un paraíso en Figueretes. Un skyline abierto al mar donde disfrutar con amigos o en familia de una riquísima gastronomía y de una buena sobremesa. Y es que este restaurante está pensado para ofrecer un servicio más allá de la temporada estival y que la gente de la isla tenga más opciones en invierno. En este restaurante comeremos bien y además encontraremos un lugar acogedor, en el que nos sentiremos como en casa.
La idea del reconocido cocinero ibicenco Miguel Llabrés es que el restaurante sea un punto de encuentro de la sociedad ibicenca, que puedan reunirse sin prisas y dejarse llevar por una relajada sobremesa. Durante estos días, están ultimando los detalles de la carta de invierno que viene con muchas sorpresas. Como buen apasionado de la gastronomía ibicenca y con 34 años de profesión, Miguel Llabrés dará protagonismo a las auténticas recetas ibicencas, como la salmorra, el arroz de matanzas, huesos con col, sofrit pagès o un buen pescado fresco al horno, platos «muy de casa» y tal y como se hacían antiguamente. Además, también encontraremos un guiño a la gastronomía mediterránea y nos sorprenderán con especialidades como un cous cous o riquísimas recetas del Líbano, Argel, etc.
Podemos empezar con una de sus cocas, un tartar de atún o unas riquísimas sardinas ahumadas. Después, una buena carne, como el entrecote de Iruki o el tournedó con foie, frambuesas y oporto, entre otras propuestas; o pescado, como el bacalao con suquet de almejas y tapenade; el rodaballo asado con vino blanco y cítricos, o los calamares con cebolla caramelizada.
También recomendamos que en una de vuestras visitas probéis uno de sus arroces, sobre todo la fideuá de mero, rape y gambas. Y para la sobremesa o como aperitivo, uno de sus cócteles especiales. Un restaurante que te enamorará y cuidado hasta el más mínimo detalle.