La clínica Dentix de Ibiza, situada en la avenida Ignasi Wallis, cerró ayer sus puertas provisionalmente a las 12,30 horas cuando una veintena de pacientes se concentró frente a la entrada para reclamar explicaciones sobre las citas y tratamientos que tienen pendientes (la mayoría ya abonados o sujetos a créditos al consumo), y después de conocer la decisión de la cadena de clínicas de declararse en concurso de acreedores. La quiebra de la empresa podría acarrear el cierre de sus locales, el despido de sus empleados y la suspensión de los tratamientos dentales que estaban pendientes y que podrían afectar a varios cientos de personas en Ibiza.
Mientras se concentraban en el exterior para ser atendidos, tres dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la clínica tras la llamada de una empleada y ante los momentos de tensión que se estaban viviendo por la incertidumbre que están sufriendo los pacientes, que reclamaban información y que ignoran si podrán ser atendidos o si podrán recuperar el dinero que ya habían abonado a plazos. Un mando policial pidió a los congregados que se dispersaran y les invitó a realizar las reclamaciones oportunas, al tiempo que la trapa se cerraba desde dentro. En unos minutos se disolvió la concentración, pero sin que los pacientes afectados hubieran recibido información alguna.
Es el caso de Wafa Ben, cuya hija estaba recibiendo un tratamiento de ortodoncia que ya ha pagado (3.600 euros) pero que aún tenía pendientes un par de consultas para retirarle los brackets. «No sabemos qué hacer. Ya lo hemos pagado todo y se los tienen que quitar. Los empleados no nos dan explicaciones y nos dicen que lo denunciemos». En semejante situación se encuentra Milagros Iglesias, que ya había financiado un arreglo de su dentadura pero que tenía que pasar aún varias consultas. “»Ya lo he pagado todo por el banco y solo me han puesto un empaste». María Matilde Díaz tenía cita para el día 18 y también lo tiene todo pagado para que le hagan un implante, aunque ayer no pudo confirmar si la clínica mantendrá las citas. Juan García, que también se concentró ante la puerta expectante, está pendiente de la implantación de tres dientes. «Me cobraron 5.000 euros en cuotas y lo estoy pagando. No sabemos si tenemos que ir al banco a pedir que paralicen los pagos o si tenemos que ir a denunciar ante alguna asociación de consumidores», lamentaba. Al igual que los afectados, Periódico de Ibiza y Formentera intentó obtener información directa de los responsables de la clínica, pero ningún teléfono responde: contestadores en bucle y cero respuestas.
La quiebra del grupo de clínicas dentales Dentix deja en Balears a más de 4.000 pacientes afectados, según admitió la dirección general de Consumo del Govern, aunque la Asociación de Consumidores y Usuarios de Balears (Consubal) estima que son cerca de 6.000. En este momento, la decisión empresarial de Dentix de declararse en concurso de acreedores está pendiente de los trámites judiciales y del nombramiento de los administradores concursales.
Según el portavoz de Consubal, Alfonso Rodríguez, un tratamiento medio «tiene un coste que oscila entre los 3.000 y 6.000 euros», unas cantidades que se suelen abonar con créditos al consumo instados por Dentix: «Lo lógico es que se si se suspenden todos los tratamientos también se dejen de pagarlos».
Dentix arrastraba problemas de financiación desde hace dos años debido a un modelo de negocio basado en la fuerte expansión y los créditos al consumo. A mediados de 2020, tras el cierre vinculado a la finalización del estado de alarma, reabrió un reducido número de sus más de 350 establecimientos en toda España, entre ellos los dos de Palma y la clínica de Ibiza, para continuar una parte de los tratamientos de sus pacientes. Pero la empresa ha acabado declarando el concurso de acreedores acogiéndose a la ley de protección de quiebras ante su incapacidad de hacer frente a las deudas contraídas.
«Evitar los daños»
Consubal anunció ayer que convocarán reuniones con todos los afectados para estudiar las estrategias a seguir: «Lo primordial es evitar los daños y perjuicios a miles de clientes de las islas, de ahí que es fundamental informales de sus derechos para que inicien las reclamaciones oportunas para recuperar el dinero que han invertido al presentar la clínica dental su quiebra», explicó el portavoz.
Algunas organizaciones de consumidores, entre ellas Consubal, han criticado que el Gobierno no haya realizado ningún tipo de modificación de la normativa que regula las clínicas dentales para asegurar la protección de los derechos de los consumidores y con un modelo de negocio vinculado a contratos de financiación. La más urgente, según Consubal, es la exigencia de un seguro de responsabilidad civil para autorizar la apertura, de forma que quede cubierto el riesgo de cierre o quiebra.
La inversión de los clientes de Dentix en Balears ha podido oscilar entre los 12 y 18 millones de euros en los últimos tres años. Esta cantidad global que se tramitó a través de entidades financieras y créditos rápidos con los que operaba hasta la fecha la compañía. Esta cifra da una idea de las reclamaciones que se avecinan en Balears, según Consubal.
La quiebra de Dentix se suma a las de otras empresas similares en los últimos años como las cadenas Vitaldent o iDental, que dejaron a miles de pacientes sin tratamiento y con los pagos ya efectuados.