El flujo de personas que se acercaban hasta el camión de cribado COVID Exprés Móvil en la ciudad de Ibiza empezó lento durante sus primeros días de funcionamiento. Era como si la gente no se atreviera a entrar o tuviera miedo sobre las pruebas que en él se realizan. Sin embargo, con el paso de los días, y desde que ayer llegó para instalarse hasta hoy en el céntrico Paseo Vara de Rey, el flujo de visitantes ha aumentado considerablemente hasta registrarse, según la enfermera y la auxiliar que allí trabajan, una media de 300 al día.
Las explicaciones para este aumento de personas son muy diversas pero según la mayoría de los que ayer esperaban pacientemente para entrar, el motivo principal es que el miedo al contagio por el aumento de casos que se ha registrado en la ciudad de Ibiza durante los últimos días ha hecho efecto. «Hasta hace unos días yo no era de los que te tomaba demasiado en serio estas cosas, porque pensaba que a mi no me iba a pasar, pero después de ver en las noticias y en los periódicos la gran cantidad de casos que hay en Vila, decidí que no era ninguna tontería pedir cita, acudir, que me hagan la prueba y quedarme más tranquilo una vez que me digan los resultados», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Miguel, un joven de 32 años que trabaja en un comercio cercano.
La misma situación de inquietud también se notaba en Noelia, una andaluza de Ecija de 34 años. Se ha quedado sin trabajo hace apenas dos semanas, debido a la crisis del coronavirus y al confinamiento en la ciudad, y ahora busca trabajo desesperadamente mientras se piensa seriamente si se vuelve a Sevilla. «He trabajado varias temporadas de camarera en la isla y me ha ido muy bien pero ahora la cosa está fatal y mientras busco trabajo y voy dejando mi curriculum pensé que sería bueno hacerme la prueba e ir con los datos de que soy negativa en coronavirus, como si fuera un valor añadido más».
Otros, como Paula y Noel, pareja desde hace tres años, habían decidido ir juntos a hacerse la prueba porque con tanto caso positivo en Vila y teniendo trabajos en los que conocen tanta gente – comerciales ambos – «es mucho mejor quedarse tranquilos del todo porque siempre tienes la mosca detrás de la oreja en cuanto estornudas dos veces».
Mientras, Joanna también es de las que solo se quedará tranquila cuando les den los resultados. «Tengo dos hijos a mi cargo, vivo en la Avenida de España y trabajo en un sitio donde tengo contacto con mucha gente y aunque tomo todas las medidas de mascarilla, geles y distancia de seguridad en cuanto supe que se hacían las pruebas en un camión en el centro de Ibiza pedí la cita porque viendo como aumentan los casos quería saber como estoy y quedarnos todos más tranquilos o preocupados, según se mire».
Criticas a la ratio de edad
Ayer en la cola también se podía ver a mucho rostro joven ya que este cribado está dirigido a personas que estén en la franja de edad dentro 15 y 40 años.
Algo que fue motivo de queja por algunos de los participantes. «No estoy de acuerdo en que se haya puesto este rango de edad porque por ejemplo, mi hermana con 41 años se queda fuera, y también tiene el mismo derecho a hacerse la prueba y conocer que no está contagiada», aseguró Pedro, un repartidor de 38 años que salía del camión rumbo rápido a su trabajo. Lo mismo opinaba, Juliana, pero con respecto a su madre. «Ella tiene 61 años y no la admiten en estas pruebas de cribado del coronavirus, cuando es una persona que ya tiene cierta edad y que, además por su trabajo, está mucho más expuesta a coger el coronavirus que chicos que van a la universidad o al instituto».
En este caso el rango de edad sí permite una excepción. Pueden hacerse la prueba personas mayores de 40 años que cuiden o estén al cargo de personas mayores, población de riesgo o se considere que son vulnerables.
El camión termina hoy
El proceso de cribado masivo en el camión COVID Exprés Móvil termina hoy en la ciudad de Ibiza. Hasta el momento el camión ha estado ubicado en tres puntos de Vila, el Bulevar Abel Matutes, el Parque de la Paz, y hasta hoy en el Paseo Vara de Rey.
En su interior, atienden en distintos turnos dos enfermeras y dos auxiliares que hacen la prueba PCR que consiste en un frotis nasal y una prueba orofaringea. Después, los resultados se conocen en unos dos o tres días dependiendo de la capacidad de trabajo que acumule el personal del el laboratorio.