Los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil activaron ayer el complejo operativo para rescatar el cuerpo del segundo tripulante de la avioneta Piper Seneca, que se encontraría en el interior del aparato que fue localizado a 113 metros de profundidad en el fondo del Mediterráneo.
El bimotor desapareció el pasado día 3 cuando volaba desde Ibiza al Aeroclub de Reus. La avioneta se precipitó al mar en un punto localizado a unas 40 millas náuticas del Delta del Ebro, a unos 75 kilómetros de la costa.
La avioneta siniestrada, que fue localizada el pasado lunes por el ‘ROV Navajo', un robot submarino de la Armada Española, reposa en una zona arenosa y en su cabina se encontraría atrapado el cuerpo de David García, de 35 años, el inspector de los Mossos de Esquadra que volaba junto a Marc Francesch, el empresario de hostelería cuyo cadáver fue localizado el martes por un pesquero que estaba faenando frente a las costas de Castellón.
El operativo de rescate tiene el objetivo de recuperar el cadáver de García y extraer la aeronave, un hecho que se considera crucial para la investigación que debe aclarar la causa del siniestro mortal.
La elite de los GEAS
Los GEAS han enviado a una docena de expertos submarinistas, un grupo que ya ha participado en otros rescates de grandes profundidades. Según explicó el responsable del operativo, el principal problema radica en los tiempos de inmersión.
Estos especialistas ya rescataron el pasado verano a un submarinista fallecido en aguas de Mallorca y cuyo cadáver se encontraba a 92 metros de profundidad.