La Unidad Básica de Prevención de Riesgos Laborales del Área de Salud de Ibiza y Formentera ha formado un año más al personal del Hospital Can Misses en materia de emergencias, pero con la novedad de que este año la formación se ha hecho de manera interactiva con la primera edición del curso en línea de Implantación del Plan de Autoprotección del Hospital Can Misses.
El curso, que comenzó el 19 de octubre, ha concluido el 15 de noviembre. Han participado en él cerca de 400 profesionales del Hospital Can Misses.
Estas cuatro semanas dedicadas a la autoprotección han concluido hoy con un simulacro de incendio en la lavandería del Hospital, situada en la planta sótano del edificio J, en el antiguo Can Misses. Se ha iniciado a las 13.00 h y ha durado unos 15 minutos, durante los cuales se ha evacuado por la salida de emergencia establecida a los trabajadores, unas 25 personas, que se encontraban en ese momento en las áreas afectadas. Estas, según el simulacro, han sido la lavandería y el servicio de telefonía, al que se ha extendido el fuego tras no haber sido posible controlarlo.
El incendio simulado se ha iniciado al producirse una avería en una de las secadoras de la lavandería, que ha hecho que un motor interno se incendie y alcance la ropa que hay en su interior. Tras intentar controlarlo con los medios disponibles, un extintor y la manga de la boca de incendios equipada (BIE), el fuego se ha extendido por toda la lavandería y ha amenazado con alcanzar el centro de control telefónico, que también ha debido ser evacuado y se ha debido trasladar al segundo punto ubicado en las oficinas de control del Servicio de Seguridad. El incendio finalmente se ha confinado en la lavandería con las dosmangas de riego de las BIE, hasta que finalmente los bomberos se han hecho cargo.
Para Àngels Mezquida Noguera, técnica de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales, «el objetivo es recrear una emergencia, y en ese escenario entrenar al personal para que sepan actuar ante un incendio real».
Estas actuaciones forman parte de la implantación del Manual de autoprotección del complejo hospitalario, entre cuyos objetivos están formar e informar a todo el personal en el protocolo de actuación según el equipo de emergencia al que pertenecen, saber la ubicación de los medios de protección y las vías de evacuación, mantener libre de obstáculos las áreas próximas a los medios de protección, atacar el siniestro en el momento en que se detecte hasta que se reciba la orden de evacuación o llegue un relevo exterior y conocer los puntos de reunión exteriores.
El simulacro ha constado de tres fases: preparación, ejecución y evaluación (fase de juicio crítico). Para la última fase hay un equipo multidisciplinario de árbitros, formado por personal de los servicios técnicos del Área de Salud y de la empresa concesionaria, representantes sindicales, que actúan como observadores, y un técnico de la Unidad Básica de Prevención de Riesgos Laborales, cuyo cometido es observar cómo se lleva a cabo el simulacro y qué factores negativos se aprecian, para corregirlos posteriormente. Después del simulacro se redacta un informe que contiene el análisis y las propuestas de mejora.
Según Héctor Martín Bergúa, director de gestión y director del simulacro, «el objetivo es entrenar al personal para que pueda actuar ante una emergencia real, con toda su complejidad, y sobre todo detectar los errores que se pueden cometer durante la ejecución del simulacro para adoptar medidas correctoras».