Arantxa Areta es healthcoach y especialista en salud, bienestar y alimentación saludable. Tras dedicarse profesionalmente al mundo de la moda y la imagen durante muchos años, una enfermedad intestinal y «pasar por una época oscura de su ego» hizo que decidiera cambiar su forma de entender la vida centrándose en mejorarla a través de un estilo de vida saludable que ahora transmite a los demás a través de interesantes cursos, publicaciones, un activo canal de Instagram y redes sociales. Es lo que ella ha llamado estar bien con «los cuatro cuerpos». Precisamente de esto y mucho más será de lo que hable durante su participación esta tarde en la primera edición del Ibiza Wellness Weekend que organiza el nuevo Club de Salud y Bienestar de Fomento del Turismo de la isla de Ibiza y que se clausura de manera online en el Agroturismo Casa Maca de Ibiza.
¿Cómo va a ser su conferencia en el Ibiza Wellness Weekend?
—Pues si te soy sincera la dejaré fluir como siempre hago. Nunca preparo nada en especial cuando doy una conferencia porque tengo tan interiorizado la necesidad de hacer una vida saludable que luego todo sale solo. Eso sí, todo girará en torno a la necesidad que tenemos de cuidar y trabajar con nuestros cuatro cuerpos y para ello daré una serie de consejos que van enfocados a cuidarnos un poco más.
¿Tanto nos hace falta?
—Más de lo que nos pensamos. Muchas veces creemos que nos estamos cuidando pero no lo estamos haciendo realmente. Y eso se puede cambiar.
¿Cómo podemos hacerlo?
—Fundamentalmente tratando bien a nuestros cuatro cuerpos porque todos están interrelacionados. Podemos hacer ejercicio y comiendo bien pero si luego no nos cuidamos a nivel emocional nos faltará algo. Si hacemos ejercicio y vivimos en equilibrio pero no comemos bien estaremos en las mismas. La base es que nuestros cuatro cuerpos estén siempre en la mayor armonía posible.
¿Pero eso es posible en los tiempos que corren?
—Claro que sí. Todo es cuestión de proponérselo y tener compromiso con uno mismo. A veces una enfermedad, un conflicto personal o algo que le haya sucedido a alguien cercano a nosotros supone la chispa que nos hacía falta para dar ese paso hacia delante que nos permita frenar un poco. Muchas veces vamos por la vida forzando la máquina sin darnos cuenta. Desgraciadamente esto es algo que nadie nos enseña y es una pena porque es muy importante conocer nuestro cuerpo e ir aplicando pequeños cambios que parece que no, pero ayudan muchísimo.
¿Usted como decidió dar ese salto?
—Porque viví en primera persona esa chispa. Me caí, me desplomé y viví una época oscura en mi ego. Llegó un momento que no me sostenía ni física ni emocionalmente y me ví envuelta en un bache emocional del que no salía de ninguna manera. Entonces entendí que el problema que tenía era que no me conocía lo suficiente y que si quería salir de ese agujero en el que estaba metida tenía que hacer cosas que me apasionaran y ser consciente de que yo era la única persona que me podía rescatar.
Con el paso de los años, entre otras, cosas se ha convertido en un referente de alimentación sana y equilibrada. ¿Por donde pasa este tipo de alimentación?
—Fundamentalmente por tres aspectos básicos. El primero dar un descanso a tu sistema digestivo, es decir, acumular lo que comemos en una o dos tomas, sin picar constantemente a deshoras. El segundo sería reducir la ingesta de los hidratos de carbono y apostar por las grasas saludables que se encuentran en la carne, el pescado o por ejemplo el jamón serrano, el aceite o los frutos secos. Y la tercera es invertir tiempo y dinero en los productos de proximidad y de buena calidad. Eso aquí en Ibiza es muy fácil porque hay mucho donde elegir y eso, además, te ayudará a enamorarte del maravilloso mundo de la cocina.
Su experiencia, sus publicaciones y su libro ha servido a muchas personas para aclarar sus ideas sobre tanta dieta que hay actualmente a su disposición. ¿Hay alguna que sea la perfecta?
—La clave de todo está en una alimentación equilibrada. Yo he probado con muchas a lo largo de mi vida y vengo de la macrobiótica que me ha dado mucho, pero al final descubrí que si vas a lo sencillo y de calidad tendrás mucho ganado. La cuestión es no volvernos locos, intentar mantener un equilibrio y sobre todo no tener miedo a probar.
¿Eso que nos decían nuestras abuelas cuando éramos pequeños?
—Sin duda. Yo le digo a la gente que me pregunta que experimente sin tener ningún miedo a las cosas nuevas. Y más aún si vivimos en una sociedad en la que a muchas personas les parece normal fumarse una cajetilla de tabaco al día o beberse una botella de vino. No hay nada de malo en experimentar y descubrir todos los beneficios que tiene, por ejemplo, el aceite de oliva, las aceitunas o las grasas que podemos encontrar en el pescado azul o en una buena loncha de jamón.
Escuchándola, creo que sería magnífico que todo eso lo pudiera transmitiera a través de charlas que diera en los colegios o institutos de la isla de Ibiza...
—Ojalá alguien te leyera en esta entrevista y tomara nota de la idea. Yo iría de cabeza a dar charlas educativas a los centros escolares porque creo que esa conciencia se tiene que empezar a desarrollar desde que somos pequeños. Además, nos ahorraríamos mucho dinero y se perdería parte del negocio.
¿Por qué lo dice?
—Porque personas como yo no salen rentables para las farmacéuticas y para el sistema educativo. No tomo medicamentos ni voy a la Sanidad Pública porque intento cuidarme lo más posible, tanto física como mentalmente. Y eso, al final supone un ahorro que no interesa.
Pero estar a gusto con uno mismo al final también es salud.
—Claro. Sin ninguna duda. Cuidar nuestras emociones y nuestro pensamiento ayuda de manera increíble a mejorar nuestra salud física. Es como cuando tienes un vehículo. Si lo cuidas, por más que pasen los años, esté permanecerá en buen estado, pero si, por el contrario, te olvidas de todo, no lo cuidas y dejas que se oxide, no pasará la ITV y empezarán los problemas.