El primer día de la entrada en vigor de la obligación de presentar una PCR negativa para poder acceder a Baleares se desarrolló con normalidad, pero con una cierta sensación de desinformación entre los pasajeros de los primeros vuelos. Los había que conocían a la perfección la normativa y se presentaron con la PCR hecha en origen, pero también quien se encontró con el control por sorpresa.
Desde ayer y hasta el próximo 9 de mayo, fecha en la que está previsto que acabe el estado de alarma, todo el que quiera viajar a Baleares y no lo haga por circunstancias forzosas deberá acreditar que no está contagiado con el virus de la COVID-19. La obligación afecta a viajeros procedentes del extranjero y de la Península que procedan de territorios donde se superen los 150 casos por cada 100.000 habitantes de incidencia acumulada en los últimos 14 días.
Algunos pasajeros hacen cola para entrar en el aeropuerto. Foto: Irene Arango.
La jornada de ayer también constató que muchos de los residentes pitiusos apostaron por el test de antígenos en el propio aeropuerto y puerto antes que viajar con una PCR negativa origen. Un hecho que provocó que en algunos vuelos, los últimos en realizarse las pruebas tuvieran que esperar casi una hora para poder salir al exterior del aeropuerto. En total, en los aeropuertos y puertos de Baleares se realizaron 756 tests de antígenos, que arrojaron un saldo total en la primera jornada de cuatro positivos. Por islas, en Mallorca se hicieron 400 tests de antígenos (se registraron tres positivos), en Menorca se hicieron 135 (cero positivos) y en Ibiza un total de 221 con un positivo.
En el aeropuerto ibicenco, el operativo está formado por 12 personas que se encargan de recibir al pasaje, darles la información y trasladarles a la zona donde se hacen las pruebas de antígenos. Allí hay un auxiliar más y cuatro sanitarios que realizan las pruebas. El operativo, además, cuenta con una sala inicial en la que se hace la espera, otra para realizar el test y una tercera en la que se espera el resultado.
Personal sanitario en el aeropuerto de Ibiza. Foto: Irene Arango.
Sonia Torres, responsable de GSIB y responsable de este operativo, explicó ayer que «había mucho pasajero que no tenía muy clara la información y lo que tenía que hacer y les hemos ayudado bastante en lo referente a rellenar la información». Además, confesó que se habían encontrado con pasajeros no residentes que se habían presentado sin la PCR y que tuvieron que hacerse un test de antígenos. Estas personas serán sancionadas.
Torres recomendó a la población que se haga la prueba en origen en los puntos gratuitos habilitados por el Govern en la Península para «agilizar los trámites». «Hay muchos residentes que están solicitando el test de antígenos y tienen que esperar de unos 40 minutos», informó. También señaló que traer toda la documentación rellenada sería otro aspecto que acortaría mucho los tiempos de espera en estos días, sobre todo en jornadas en las que habrá más vuelos.
En todos los aeropuertos de Baleares ayer había programados un total de 60 vuelos con capacidad para casi 10.000 viajeros, aunque muchos de ellos no volaban llenos. También estaba previsto la llegada de ocho barcos a las Islas, con un total de 5.700 asientos disponibles.
Opciones de todo tipo
Entre los viajeros que ayer aterrizaron en Ibiza se dieron prácticamente todas las opciones. Residentes y no residentes. No residentes con toda la documentación y otros sin la PCR. Residentes que traían su PCR, los que apostaron por el test de antígenos; los que lo hicieron por concertar una cita o incluso los que prefieren guardar cuarentena.
Dentro de estos últimos se encuentra Alberto Izquierdo. Izquierdo explicó que a la llegada tienes que rellenar un formulario en el que marcas la opción que quieres. «Yo escogí cuarentena porque me voy a quedar varios días en casa», señaló este ibicenco que estudia en Madrid.
También estudiante es Isabel Romero, pero en su caso optó por hacerse la prueba PCR en origen, algo que le permitió ser de las primeras en abandonar el aeropuerto ibicenco. Romero confesó que se había planteado quedarse en Madrid para proteger a su familia, pero que al hacer la PCR y dar negativo, pues no vio inconveniente en volar.
En el mismo vuelo llegó Antonio, quien señaló que todo el operativo le había pillado por sorpresa. «Yo vuelo bastante, pero no sabía que había entrado esta normativa. Nos ha pillado desprevenidos a todos y se han formado buenas colas», aseguró. Antonio no tuvo que someterse a ninguna de las pruebas ya que reside en Ibiza y había estado fuera menos de 72 horas.
Una hora antes, había llegado el vuelo de Barcelona. Entre sus pasajeros estaba Jessica, que es residente en la ciudad condal, pero trabaja en Ibiza. Ella, que decidió hacerse el test de antígenos, lamentó que la compañía aérea no les hubiese facilitado el formulario con anterioridad para poder agilizar el trámite y no tener que hacerlo una vez que llegaron a la isla. T
ambién se hizo el test de antígenos Cristina Riera. Riera lamentó que, entre una cosa y otra, estuvo casi una hora en el aeropuerto. «Llegas, tienes que hacer el formulario electrónico para generar el código QR, luego vas a buscar las maletas, te llevan a la sala de espera, te pasan a otra sala para hacerte la prueba, luego otra donde esperas el resultado y si das negativo ya puedes salir», detalló.
Con PCR negativa en origen llegó la ibicenca Natalia Bonet. Esta residente que trabaja en Barcelona explicó que había tenido problemas para concertar una cita para hacerse la prueba en origen, pero que finalmente había encontrado un hueco, algo que alguna de sus amigas no pudo hacer, viéndose así obligada a optar por el test de antígenos del aeropuerto. Para Bonet hubo un poco de desinformación ya que antes de volar rellenó un papel del BOIB que «no ha servido para nada».