La escoleta pública de Ses Paísses, dependiente del Consell d'Eivissa, se ha convertido durante los últimos años en una referencia que traspasa las fronteras de la isla de Ibiza. Sus métodos de trabajo, su forma de enfocar la educación y el modo en cómo se trata a sus estudiantes están siendo estudiados a nivel nacional.
La última muestra de ello es la participación de su directora, Isa Reyes, en la quinta edición del prestigioso Simposio de Docentes ESenRED, promovido, organizado y cofinanciado a nivel nacional por las redes de Escuelas Hacia la Sostenibilidad. Este año, debido al coronavirus, se tuvo que suspender la cita presencial que iba a tener lugar en la localidad segoviana de Balsain, y se celebró de forma virtual el 2, 3, 4 y 5 de diciembre con Reyes invitada para presentar cómo funciona este centro en materia de sostenibilidad «y su trayectoria en la educación ecosocial».
Pasados unos días de su participación, la propia Reyes explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que la escoleta de Ses Païsses fue la única invitada de todo Baleares debido, entre otras cosas, «a que es una escoleta ecoambiental, holística y sistémica, que se encuentra abierta al entorno». Algo que ha conseguido, según la directora, «implicar a toda la comunidad educativa» y lo que es más importante, «sembrar las semillas en nuestro alumnado para que sean mucho más consciente de la necesidad de una educación eco-social».
En este sentido, Reyes aseguró que para conseguir este objetivo tienen muy claro que «hay que ofrecer al alumnado una educación que favorezca la formación integral y que ayude a desarrollar todas sus capacidades, considerando al niño como el protagonista de la acción educativa a través de unas normas de convivencia conocidas y asumidas por toda la comunidad educativa».
Una de las grandes innovaciones de este centro educativo es que «se busca favorecer en todo momento la convivencia e integración intercultural, sustentadas en el respeto, la comunicación, el diálogo, el arte de escuchar al otro y la igualdad». Además, su equipo profesional busca trabajar diariamente con los pequeños «una motivación positiva usando, fundamentalmente, la experimentación y el juego». Incluso, y por si eso fuera poco, tienen muy en cuenta el entorno del barrio, el pueblo y la isla en la que viven y estudian, «abriéndonos a nuestro entorno y desarrollando numerosas actividades y acudiendo a que los trabajadores del pueblo, los artesanos o los agricultores ibicencos nos expliquen en que consisten sus trabajos o como es su día a día».
Relación con la naturaleza
Asimismo, Reyes explicó en el simposio que en el centro «se cultiva una relación muy especial con la naturaleza dentro de una clara conciencia ecológica.
Para ello, se ha desarrollado un ambiente ecoambiental a través de distintos elementos. Uno de ellos es una compostera «porque creemos que la mejor manera de introducir a los más pequeños en una visión ecológica y holística pasa por educarlos en contacto con la naturaleza, que la puedan observar y aprender en primera persona todo lo que nos puede ofrecer». Algo que, según Reyes, «también fomenta una relación de respeto y de reconocimiento de la dependencia mutua».
Además, junto al patio tienen un gallinero, «con alguna gallina y un conejo que no para ni un momento quieto haciendo las delicias de los más pequeños», una cocina ecológica con productos de proximidad o elementos para aprender la importancia del reciclaje.
Incluso, hay zonas de juego y experimentación con materiales naturales al aire libre, zonas para desarrollar la capacidad psicomotora y hasta un sorprendente aula con luces y sombras para poder dar rienda suelta al aspecto más creativo y artístico de sus pequeños alumnos.
En este aspecto, en la escoleta de Ses Païsses también se apuesta por actividades ecosociales y así que los pequeños se involucren en la necesidad de la eliminación de la violencia de género, el Día Forestal, el Día sin coches, el Día de la felicidad o el Día del Agua y participen en limpiezas en la playa y en las calles y parques de los alrededores de la escoleta.
Diversidad cultural
Otro de los aspectos que, según Reyes, hace tan especial a este centro es el respeto por la diversidad cultural. «Aquí tenemos la suerte de acoger a un gran número de familias inmigrantes y por ello creemos que es muy importante conocer las diferentes culturas para que de alguna forma se sientan acogidas, como en su casa», explicó la directora.
Así, durante todo el curso y gracias al Ayuntamiento de Sant Antoni y de las propias familias se ponen en contacto con diversas asociaciones culturales, «para invitarles a participar en diferentes actividades que van desde la música a los juegos, pasando por la gastronomía, las tradiciones o la vestimenta». Incluso, el centro dispone de una sala de exposiciones a la que invitan a artistas de diferentes culturas y organizan «la maleta viajera», donde las familias traen cosas típicas sus países de origen.
No en vano, esta decisión de apostar por la integración tiene un significado mucho más amplio para el equipo educativo del centro. «Tenemos claro que la escoleta tiene que ser para las familias un lugar privilegiado en el cual adquirir estrategias que les ayuden a comprender la sociedad de acogida y desarrollar experiencias de participación real para poder integrarse más fácilmente en su entorno».
Inclusión y mindfullness
Isa Reyes también destacó en el simposio la apuesta del centro por la inclusión «ya que, como dijo en 2005 Pere Pujolàs, no hay niños corrientes y niños especiales sino simplemente niños» y «por desarrollar y potenciar su parte emocional».
En este sentido, se imparten sesiones de mindfullness y heartfulness tanto a los alumnos como al personal del centro y a las propias familias.
Así se practica el ejemplo de la flor de loto y el barro para, según explicó Reyes, «infundirles que todos nosotros tenemos semillas negativas en nuestro interior, el elemento del barro, y si sabemos cómo aceptarlo, nos aceptamos a nosotros mismos». Y hacerles comprender que, «al igual que la flor de loto no necesita deshacerse del barro porque sin él moriría».
Algunos problemas
Sin embargo, a pesar de todo lo bueno que tiene esta escoleta, también tiene que hacer frente a algunas dificultades.
En este sentido, la directora del centro aseguró que las mayores dificultades «pasan por la falta de presupuesto que en ocasiones lastran las posibilidades de realizar diferentes proyectos de mejora que afectarían al material o al mobiliario exterior ya que solo utilizamos elementos y mobiliario de madera, reciclados y, sobre todo, que no tengan plásticos».