Inmaculada Antich Acedo, Inma para sus amigos y compañeros, tiene 22 años. Es mallorquina pero está cerca de cumplir cuatro años viviendo y estudiando en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears mientras realiza prácticas en el Hospital Can Misses de Ibiza.
Tremendamente vocacional – desde que tenía cuatro o cinco años tenía muy claro que se quería dedicar a esto – aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera que ha vivido una experiencia que nunca olvidará tras haber pasado en noviembre y diciembre por la planta de Urgencias. «En el periodo de prácticas vamos rotando por distintas zonas del hospital y todas son muy interesantes porque en todas aprendes muchísimo y conoces gente maravillosa, pero sin duda el mes que estuve en Urgencias fue el más impactante porque nadie te puede preparar en la facultad para ver todo lo que genera el coronavirus en una persona».
Fueron, según sus palabras, cinco semanas donde aprendió «a valorar el esfuerzo de todos mis compañeros, lo importante que es trabajar en equipo y que aunque las cosas estén muy complicadas nunca se puede bajar la guardia porque tenemos en nuestras manos la vida de una persona».
En este sentido, la joven mallorquina explicó a este periódico que nunca se está del todo preparado para ver como funciona y se trabaja en un servicio como el de Urgencias. «Por mucho que te hablen de ello o lo veas en los medios de comunicación nunca te esperas lo que ves allí, con compañeros trabajando con mucha tensión y dispuestos a darlo todo para ayudar a los pacientes ingresados sin que les importe la precariedad de medios tanto físicos como materiales».
De hecho, Inma se muestra partidaria de que todo el mundo debería de ver como se trabaja en un hospital durante la pandemia. «Creo que para que todo el mundo se concienciara de lo peligroso que es el coronavirus sería muy efectivo que conociéramos de una vez por todas como es la situación en la unidad de Urgencias porque allí yo vi cosas que aún me ponen los pelos de punta de recordarlas y porque traté a personas mucho más jóvenes de las que me esperaba o se habla en los medios de comunicación».
«Me gustaría ser matrona»
Estas cinco semanas han marcado tanto a Inma que aunque asegura que su sueño sigue siendo trabajar como matrona en el Hospital Can Misses ahora ya tiene claro que no le importaría ser enfermera generalista toda la vida. «Viviéndolo en primera persona me he dado cuenta que hacen un trabajo enorme que, desgraciadamente hasta que no llegó el coronavirus, no ha sido especialmente reconocido por la sociedad».