La Santa Sede ha ordenado la investigación canónica de un supuesto caso de abusos sexuales de un sacerdote a un menor en Ibiza. Según informaron a Periódico de Ibiza desde la Archidiócesis de Valencia, a petición del Vaticano se enviará a un sacerdote a la isla para que lleve a cabo las labores de investigación necesarias para esclarecer los hechos. El Obispado de Ibiza es dependiente del Arzobispado de Valencia.
La supuesta víctima está citada el día 11 de marzo para «colaborar en la investigación» de los hechos que difundió a través de redes sociales. La carta de citación que recibió está firmada por un sacerdote investigador que vendrá desde Valencia y otro sacerdote de la Diócesis de Ibiza, que hará las veces de notario.
Desde la Diócesis de Ibiza y Formentera indicaron que están «actuando para esclarecer los hechos y se han de respetar los plazos de la investigación». La diócesis cuenta con una oficina para la recepción de denuncias y acompañamiento de las víctimas de posibles actos realizados por clérigos, miembros de institutos de vida consagrada o sociedades de vida apostólica que pudieran ser constitutivos de delitos relacionados con abusos sexuales.
La denuncia
El hombre que denuncia el abuso indica que los hechos acontecieron cuando él tenía 10 años y era monaguillo del sacerdote al que acusa. Según su relato, tras dos años ayudando en la eucaristía, hubo un día en que tuvo que acudir a la casa del sacerdote porque no estaban preparadas las vinajeras ni las hostias, como era habitual. Allí habría sido donde el sacerdote cogió su mano y la acercó a su pene en tres ocasiones. Él no volvió a acercarse a la parroquia.
Explica que había olvidado completamente los hechos hasta que un acontecimiento le hizo recordarlos hace tres o cuatro años. Desde entonces dice haber intentado denunciarlo tanto a través de los juzgados como en el Tribunal Eclesiástico de Mallorca e incluso hablando con políticos de la isla y que «nadie ha movido un dedo» o le han tomado por loco.
Eso le llevó recientemente a hacer pública la denuncia a través de redes sociales, lo que ha resultado en el procedimiento de investigación canónica, según consta en la carta que recibió. Aún así no descarta que el caso haya llegado a conocimiento del Vaticano a través de otras vías, dado que él ha hablado de este tema con diversas personas.
Indica que conoce a otras personas a las que les sucedieron situaciones parecidas a la suya, pero que no dan a conocer sus casos porque «están esperando a que alguien dé el primer paso».
Desde su punto de vista, estas personas no han sacado el asunto a la luz por tener una relación estrecha con la Iglesia Católica o tener una vinculación directa con ella, lo que les haría temer represalias.
Una denuncia que busca que se elimine la prescripción en los delitos de abusos a menores
El denunciante resalta que el principal motivo para emprender este procedimiento es presionar para que se elimine la prescripción de los delitos de abusos sexuales a menores, para que estas situaciones puedan ser perseguidas por la justicia sin que exista un límite temporal. Señala el gran problema que se encuentran adultos como él que deciden denunciar los abusos que sufrieron cuando eran niños pero se encuentran con que el caso ha prescrito por el paso del tiempo.
Los acontecimientos que relata habrían sucedido en 1996, por lo que han pasado 25 años desde la supuesta comisión de los abusos.
La prescripción de los delitos en España varía según la pena o si se trata de un delito o una falta. El plazo máximo de prescripción es de 20 años para los delitos con penas de 15 o más años. Transcurrido ese plazo desde que acontecieron los hechos, estos ya no son punibles penalmente.