Los acontecimientos se están desarrollando con velocidad desde que se conoció la denuncia de un hombre por presuntos abusos sexuales de un párroco de Ibiza cuando era menor de edad. Esta denuncia motivó que el Arzobispado de Valencia abriese una investigación por orden de la Santa Sede para esclarecer los hechos. Una vez que se conoció el caso llegaron dos nuevas denuncias hacia el mismo cura, por lo que ya son tres.
Ayer el Obispado de Ibiza y Formentera, a través del administrador diocesano, Vicente Ribas, pidió cautela hasta que se resolviese todo el proceso. Ribas no quiso entrar a valorar las denuncias y señaló que hay una investigación abierta. Por último, deseó que «se aclare todo y que la verdad brille, aunque a veces la verdad pueda doler».
El párroco investigado por estos presuntos abusos sexuales a menores no ofició ayer misa en Santa Cruz, una de las parroquias donde oficia misas, aunque se desconoce si ha sido apartado mientras dure el proceso o fue voluntad suya.
Cabe recordar que todo salió a la luz el martes cuando se conoció que la Santa Sede había solicitado que se investigase el caso tras las acusaciones vertidas por la presunta víctima en las redes sociales.
El hombre que denuncia el abuso indica que los hechos acontecieron cuando él tenía 10 años y era monaguillo del sacerdote al que acusa. Según su relato, tras dos años ayudando en la eucaristía, hubo un día en que tuvo que acudir a la casa del sacerdote porque no estaban preparadas las vinajeras ni las hostias, como era habitual. Allí habría sido donde el sacerdote cogió su mano y la acercó a su pene en tres ocasiones.
El jueves llegó una nueva acusación también de un hombre de 37 años, que, según explicó, sufrió abusos cuando tenía 10 años. De acuerdo con su testimonio, los hechos ocurrieron los años 1993 y 1994 cuando el denunciado era párroco de la iglesia de San Pablo de Ca n'Escandell, en el municipio de Vila.
Por último, el viernes apareció una supuesta nueva víctima que denunció abusos cuando tenía 16 años.