Traen aire fresco y optimismo en estos meses tan complicados. Ana, Virginia y Rebeca Marí Escandell encarnan la energía de una nueva generación empresarial de Sant Antoni que apuesta por una oferta de calidad, original y abierta a los residentes. Estas tres hermanas representan también a esos jóvenes ibicencos que han heredado el negocio de padres y abuelos pero que han resistido ante la tentación de venderlo a grupos inversores, que sería lo fácil. Han dado un cambio de rumbo radical a la empresa para modernizarla y, de paso, aportar su granito de arena para que Sant Antoni sea un pueblo más amable y acogedor, porque para ellas el lujo también está en los pequeños detalles y en el trato humano.
Su apuesta se llama Stic Urban, en pleno centro de Sant Antoni, que ha sido sometido a una reforma integral para aumentar su categoría, pasando de apartahotel de 1 llave a hotel urbano de cuatro estrellas. Su apertura estaba prevista para el inicio de la temporada pasada, pero la irrupción de la pandemia congeló el estreno de sus 41 habitaciones de diseño, su acogedor y sorprendente spa y su restaurante Tres. Ahora, cuando parece que las expectativas sanitarias van mejorando, su idea es abrir en mayo con todos los servicios ya listos.
Convencidas de que turismo de borrachera ya está caducado y de que el modelo turístico del pueblo se encamina hacia una propuesta de calidad, se pusieron manos a la obra para cumplir su objetivo. Y lo primero, o casi, era elegir el nombre de un establecimiento, ubicado en la Plaza España, que hasta ahora se había llamado Apartamentos Confort Plaza, que fueron construidos en 1983 por su abuelo, Rafael Marí, en un terreno familiar y que fueron gestionados durante muchos años por su tío Juan Antonio Torres, «que estaría muy orgulloso de ver el cambio que ha experimentado».
El nombre surgió después de la sugerencia de la diseñadora que ha cambiado de arriba a abajo la imagen y el concepto del hotel, Silvia de la Colina, que propuso llamarlo Stic: «Nos encantó. Nos pareció original y con fuerza, y nos recordó a una palabra ibicenca que nos daba mucha ilusión de futuro: Estic al Stic», un juego de palabras que provoca la complicidad entre los ibicencos, un concepto a partir del cual fueron tomando todas las decisiones para convertirse en un hotel urbano moderno, «porque aunque estemos a un paso de los mejores parajes naturales de la isla, la naturaleza de nuestro hotel son las personas, y Silvia quiso realizar una alegoría en el diseño para recordarnos eso, que somos naturaleza, a veces salvaje… Pero sin perder el glamour y la belleza que Ibiza genera», explica Ana, la directora.
Decidido el nuevo el nombre de lo que hasta hace poco se podría considerar uno de esos hoteles de balconing, las tres hermanas se propusieron entonces crear un ambiente con calidad, funcional, de una elegancia relajada, con pequeños guiños decorativos que sorprendieran e hicieran brotar la sonrisa de los huéspedes. Y ha sido en el spa «donde hemos desplegado todas nuestras plumas, un espacio dedicado al hedonismo, al placer, la relajación, la belleza y el autocuidado», como lo define.
Desde que asumieron toda la gestión del hotel, eran conscientes de que las empresas familiares tienen carencias de profesionales, de herramientas para competir con las grandes cadenas hoteleras y de experiencia ante las nuevas demandas del sector turístico. Por este motivo, Ana, Rebeca y Virginia contactaron posteriormente con el equipo de Ibiza Koncept Soluciones Turísticas, especializado en la modernización de patrimonios familiares de la industria hotelera de Ibiza, que les guió en el proceso de reforma y en la toma de decisiones «para mantener el alma de la idea y garantizar el éxito». «Su trabajo -detalla Ana- consiste en ayudar a los pequeños empresarios que tienen un establecimiento hotelero a convertir su negocio familiar en una empresa competitiva, sostenible y con alto rendimiento». Y recalca además el apoyo que han recibido por parte del Ayuntamiento de Sant Antoni y de su banco, «que ha creído en nosotras y nos apoya en esta situación tan complicada que nos ha tocado vivir».
Stic Urban también está orientado hacia la gente joven del pueblo, «que está deseando que el centro de Sant Antoni tenga un buen ambiente para salir, ir a cenar o a tomarse una copa sin problemas, y para ello creo que es clave que los establecimientos cambien», expresa Ana, que elogia el rumbo que tomaron en su día otros pueblos como Santa Gertrudis, Santa Eulària o Sant Josep.
Todos los placeres de la vida
El diseño elegante y moderno de Silvia de la Colina ha conseguido conjugar los espacios muy funcionales con elementos originales y sorprendentes «que nos quieren transmitir ese concepto de que ningún cliente tiene que ser perfecto; al revés, nos gustan las singularidades en todos sus sentidos, la diversidad en orden», añade la directora, que considera que el spa es la zona más sorprendente del hotel: «Es un espacio súper acogedor, donde las zonas de descanso son pufs gigantes y con unos tratamientos de relax y belleza que harán que nunca quieras salir de ahí».
En lo que también coinciden las hermanas es en que Stic Urban concentra «todos los placeres de la vida: dormir, comer, reír, amar y relajarse», y se muestran «completamente dispuestas» a participar en actividades urbanas culturales y a crear eventos y espacios para los residentes donde se respire la vida del pueblo, y que a su vez cuenten con los servicios de un alojamiento de 4 estrellas, «porque el centro de Sant Antoni tiene mucha vida participativa, pero le faltan lugares donde el lujo sea estar y ser», puntualizan.
Las hermanas Marí Escandell vaticinan, como la gran mayoría, que la temporada que se avecina será complicada y más corta de lo habitual a causa de la pandemia, pero tienen ganas de darlo todo y cuentan con que la fuerza de la marca Ibiza permitirá pronto que puedan abrir las puertas. «Es muy complicado vivir estos días, con los plazos de los créditos, los impuestos, el personal y sin saber cuándo podremos empezar, pero creo que se están dando pasos seguros por parte de las administraciones». No obstante, recuerdan que abrirán todo el año y confían en que, en el peor de los casos, el otoño sea muy bueno en Ibiza. «Ahora lo que hace falta es mucha concienciación, una vacunación masiva y mucha seguridad en los accesos a Ibiza, que el resto ya lo haremos los empresarios ibicencos, que somos incombustibles».