La presidenta de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, Ana Gordillo, calificó ayer como «una falta de ejemplaridad total de nuestros gobernantes» la comida celebrada el pasado lunes en Can Botino entre la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, el conseller balear de Vivienda, Josep Marí Ribas Agustinet y varios empresarios de la isla.
Gordillo destacó que los representantes políticos «son los primeros que deberían dar ejemplo y acatar las normas que ellos mismos imponen y nos obligan a cumplir a todos los ciudadanos y empresarios de la isla» y aseguró no entender «que las normas no sean iguales para todos» y que estas restricciones «se las puedan saltar justamente los que más ejemplo deberían dar».
La representante de los hoteleros pitiusos señaló que «ya somos todos mayorcitos» para saber lo que se puede o no se puede hacer en cada momento «y éste, justamente, no era el momento para montar una comida clandestina, con nueve comensales de distintos grupos de convivencia, cuando está totalmente prohibido» por la normativa dictada por el propio Govern balear de Francina Armengol.
«No me sorprendería además que a la presidenta le exigieran responsabilidades», manifestó Ana Gordillo, «porque sin duda su comportamiento no ha estado a la altura y, con esta, ya van dos veces», recalcó en clara referencia a cuando Armengol fue cazada de madrugada en un bar que ni podía estar abierto y en horario de toque de queda.
En cuanto al contenido de lo tratado en la «comida clandestina», la presidenta de la Federación Hotelera aseguró no entender el sentido de convocar una reunión oficial con representantes de patronales y agentes sociales en la sala de plenos del Consell a las 17 horas «cuando se ha realizado antes una reunión extraoficial en petit comité para hablar de lo mismo, y que nos tengamos que enterar por la prensa». «A mí, sinceramente, todo esto me parece una tomadura de pelo y me hace ver que las reuniones a las que nos convocan son un mero postureo de cara a la galería», sentenció Gordillo.
Por su parte la presidenta de Pimeef restauración, Verónica Juan, recordó que «si no nos dejan abrir el interior de bares y restaurantes considero que tampoco tiene que juntarse nadie a comer en un espacio interior con no convivientes». Asimismo, señaló que reuniones de este tipo «se pueden programar fuera de la hora de la comida».
El portavoz de la asociación ABRE, Juan Olmos, indicó que «parece que las normas no son para todos igual» y matizó que, aunque realmente estuvieran cumpliendo con todas las normas, «deberían predicar con el ejemplo y ser ellos mismos un ejemplo de responsabilidad» porque, a su entender, «este tipo de reuniones se pueden hacer vía zoom».
«Si se les ha pedido a las familias que no se reúnan entre ellos es un poco irresponsable que se haya hecho esta comida», añadió.