Las exigentes normas impuestas por Ports IB que rigen el puerto de Sant Antoni están frenando el posible interés de las navieras. Así lo confirmó ayer el conseller de Movilidad, Josep Marí Ribas Agustinet: «A las navieras se les comunicó la decisión y de momento no hay ninguna que se haya interesado por venir».
Unas palabras que llegaron enmarcadas en la presentación del estudio de adaptación de los puertos autonómicos al cambio climático que se anunció ayer en el Consell d'Eivissa. El puerto de Sant Antoni tendrá que planificar actuaciones contra la inestabilidad que podría provocar el aumento del nivel del mar, mayor riesgo para los puertos de Baleares debido a sus efectos, según este informe.
De hecho, el cambio climático afecta a las costas y los puertos por la subida del nivel del mar, los posibles cambios en las alturas y direcciones del oleaje, así como por las variaciones en las mareas meteorológicas. La subida del nivel del mar puede provocar efectos como la inoperatividad de muelles y pantalanes, el rebase por oleaje de los diques portuarios y la generación de problemas de agitación interior. En caso de los puertos de Ibiza, la principal consecuencia de esta subida sería el impacto que el mar podría tener sobre la estabilidad de las infraestructuras portuarias.
Este análisis ha sido realizado por el Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluña BarcelonaTech. Los resultados de esta investigación permitirán adaptar el dimensionamiento y el enfoque de las propuestas de actuación del plan general que Puertos está redactando actualmente.
El documento establece así dos marcos temporales consensuados por la comunidad científica para estudiar el cambio climático –el año 2045 y el año 2100–, utilizando dos supuestos basados en diferentes escenarios de emisiones de CO2.
Uno de esos escenarios es más optimista, con emisiones que se mantienen estables y, por lo tanto, el incremento de la temperatura global y el crecimiento del nivel del mar es menor. El otro escenario plantea emisiones que continúan aumentando y los efectos negativos crecen exponencialmente.
Riesgos para los puertos
A partir del grado de exposición, la peligrosidad y la vulnerabilidad de los puertos analizados, el estudio establece los cinco principales riesgos a los que los puertos de Baleares deberán enfrentarse, como la operatividad de los muelles y pantalanes o la estabilidad estructural de los diques portuarios.
El estudio concluye que, a pesar de que los puertos de Baleares, en general, están preparados para afrontar los efectos del cambio climático en 2045 en el escenario más optimista, es importante prever acciones de adaptación para el horizonte 2100 por el aumento del nivel del mar.
Así, los resultados principales del estudio destacan que el mayor riesgo para los puertos es la pérdida de operatividad de los muelles a consecuencia de la subida del nivel del mar. En 2045, esa subida del nivel del mar sería de 18 centímetros y de 88 centímetros en 2100.
Pese a todo, en 2045 sólo tres puertos podrían estar en una situación de riesgo alto y uno en riesgo muy alto. En cambio, los puertos ibicencos muestran un riesgo muy bajo en todos los escenarios.
En relación a la agitación, los puertos de Ibiza no muestran un riesgo de exceso en ningún escenario futuro. En cuanto a la estabilidad de las infraestructuras portuarias, el puerto de Sant Antoni destaca por mostrar un riesgo muy alto de inestabilidad en los dos escenarios del horizonte más cercano, una condición que supondrá medidas de adaptación progresivas como el aumento del peso o la forma de los bloques del dique o la construcción de bermas para asegurar el equilibrio y la seguridad estructural de la infraestructura.