Primer impacto del megabrote entre estudiantes en viaje de fin de curso para los residentes de Baleares. El Govern congela durante una semana la desescalada de restricciones a la espera de ver cómo evoluciona la incidencia acumulada a 14 días en Baleares, que actualmente ha ascendido a 65,4 casos por 100.000 habitantes. Era el turno del ocio en exterior y quizá también del nocturno, que por ahora seguirá con su actividad muy limitada.
El aumento de los contagios ha cambiado los planes del Govern y ante esta situación la consellera de Salud, Patricia Gómez, advirtió este lunes: «No es el momento de flexibilizar medidas». Añadió que, en caso de detectar transmisión comunitaria «habrá que restringir».
El vicepresidente del Govern, Juan Pedro Yllanes, recordó que es potestad de la comunidad autónoma volver a adoptar un toque de queda que, de momento está descartado, y que en cualquier caso requeriría de una ratificación judicial que el Supremo no dio.
La parálisis cuenta con el visto bueno de los agentes sociales y económicos y se revisará en un Consell de Govern extraordinario el próximo 9 de julio. De este modo, hasta el día 11 no variarán las limitaciones por la pandemia. Los presidentes de Caeb y Pime Baleares, Carmen Planas y Jordi Mora, respectivamente, aplaudieron esta decisión al entender que se debe tener bajo control la situación sanitaria.
«No es momento de desescalar, pero tampoco de adoptar más restricciones ahora mismo», indicó Mora. Por su parte, Planas consideró que se debe restablecer la imagen de las Islas y, sobre todo, de Mallorca. Ambos quisieron poner en valor la labor realizada por la mayoría de empresas y ciudadanos en los últimos meses para llegar al verano con una buena situación epidemiológica.
Desde Ibiza, el representante de la CAEB en las Pitiusas, José Antonio Roselló, señaló: «Lo que está pasando es extremadamente preocupante por los efectos que puede tener una vez que se había conseguido abrir el mercado británico».
Roselló criticó el «mal hacer» de las autoridades, ya que cree que se ha transmitido una «falsa sensación de tranquilidad» cuando el virus sigue siendo muy peligroso.
El vicepresidente de la patronal fue claro: «Las cosas se han precipitado demasiado y se ha dado la impresión de la que pandemia había pasado, cuando está bien vigente. Cuando se suprime el estado de alarma empieza el problema. Fue una decisión prematura, ya que había unas herramientas que permitían prevenir estas circunstancias». «Las cosas se deben hacer paso a paso y sin correr», insistió. Además, pidió un mayor control en puertos y aeropuertos para controlar que no entren personas contagiadas.
Ocio nocturno
Uno de los sectores más afectados por la frenada de la desescalada es el del ocio, en el que estaban puestas todas las miradas. El fin de semana pasado se celebraron tres pruebas pilotos, pero no habrá cambios por ahora. Al menos hasta el 11 de julio, cuando se revisen las medidas, discotecas y salas de fiestas tienen prohibida su actividad.
Por su parte, bares y restaurantes, así como bares de copas y cafés concierto tendrán que cerrar a las dos de la madrugada –siempre que la licencia municipal lo permita – y las pistas de baile se mantienen clausuradas. En los interiores, el aforo es del 50 % con un máximo de seis personas por mesa. En las terrazas, se pueden juntar 12 personas.
En cuanto a conciertos al aire libre y actividades de ocio en el exterior, el máximo es de 5.000 personas, pero todos los asistentes deberán permanecer sentados. De este modo, se retrasa el objetivo del Govern de avanzar hacia la normalidad en este tipo de actos.
El Ejecutivo y agentes sociales y económicos pactaron una desescalada lenta con el objetivo de no tener que dar marcha atrás. No obstante, el aumento de la incidencia ha provocado que se frene en seco el levantamiento de las restricciones. Por el momento no se aplican nuevas limitaciones, pero no se descarta si los contagios siguen en aumento entre los residentes de Baleares, como dejó claro este lunes la consellera de Salud.
Desde Ocio de Ibiza miran hacia Mallorca con preocupación. «Nos hemos encontrado con un grupo de alumnos y padres irresponsables y ahora lo vamos a pagar todos». Así de contundente fue este lunes el gerente de la asociación, José Luis Benítez. «En nuestra prueba piloto contamos con invitados responsables. Teníamos unas líneas rojas marcadas que cumplimos a rajatabla. Ahora, vemos como unos críos pasan de una habitación a otra por el balcón del hotel puente. Nos comemos un problema por unos chavales que no saben respetar. Era el momento de hablar de las pruebas piloto y ahora todos lo hacen del brote y de que tenemos a los niños secuestrados », lamentó.
Situación epidemiológica
Ahora mismo la pandemia se está extendiendo en las Islas de forma parecida a otras autonomías. Si bien los afectados por el megabrote entre estudiantes peninsulares han hecho crecer la incidencia de casos (uno de cada cuatro analizados, el 25 %, ha dado positivo) y la hospitalización, también se ve con preocupación la evolución en municipios como ses Salines o Llucmajor con un perfil de contagios similar.
Y es que, con el avance de la vacunación y la alta movilidad entre la población más joven, los contagios afectan ahora a la franja de entre 16 y 29 años, donde la incidencia se dispara a 188 casos.
Baleares notificó este lunes 131 contagios en un sólo día. Crece también la presión hospitalaria con 45 ingresos, de los que ocho están en una UCI, aunque cabe destacar que 12 de los hospitalizados son estudiantes con sintomatología leve.