La irresponsabilidad está a la orden del día. Así, al menos, se desprende de las palabras del conseller de Gestión Ambiental, Vicente Roig, a la hora de explicar el porqué de los incendios que, en las últimas semanas, han afectado al vertedero de Ca na Putxa. Y es que hay ciudadanos que no tienen en cuenta las consecuencias de sus actos y no dudan en tirar al contenedor gris elementos tan peligrosos como bengalas o bombonas de butano. Alguno, incluso, no ha dudado en lanzar a estos contenedores lanchas salvavidas.
«Ha sucedido siempre», explica Roig, «pero ahora lo que hay en el contenedor gris pasa por unas cintas en el área ambiental de Ca na Putxa y, en el caso de las bengalas, se tuercen y explotan, que es lo que pasó hace algunas semanas y que pone a todos en peligro». En el pasado, y a pesar de estar prohibido tirarlas a la basura, las bengalas acababan en el vertedero y «por la temperatura o el movimiento» estallaban. Sin embargo, el riesgo era mucho menor porque «había más humedad por la materia orgánica».
Ahora, con la separación de residuos, las bengalas, como las bombonas, coinciden con otros restos «más secos y en los que predomina el plástico», por lo que, cuando estallan, el problema es grave y pone en riesgo tanto a los trabajadores de estas instalaciones como al entorno. De ahí que el Consell, ante los últimos incendios, haya optado por encargar unas cámaras térmicas que se ubicarán en el perímetro de esta celda de vertidos.
Se trata de aparatos que, en palabras del conseller, «captan muy rápido la diferencia de temperaturas y permiten que la intervención sea también rápida». A esto se sumará la adquisición, por parte Giref (la UTE que gestiona Ca na Putxa), de un camión cuba. En la actualidad, el vertedero cuenta con hidrantes pero «aunque ayudan, no son suficientes para estos casos», lamenta Vicente Roig.
La situación es preocupante. El último incendio se registró entre los días 23 y 24 de julio y fue necesario recurrir a medios aéreos para sofocarlo. «Fue muy aparatoso aunque solo se quemó una superficie de 100 metros cuadrados», recuerda el conseller, «pero algo así puede afectar a otros materiales que pueden deflagrar y poner en peligro las zonas colindantes al vertedero». Este suceso llevó al Consell a convocar una reunión urgente que se celebró el pasado jueves y en la que participaron representantes de Giref, de los Bomberos y técnicos de la institución insular. En unos días, darán a conocer sus propuestas para solventar este problema.
«El vertedero», recuerda Vicente Roig a modo de conclusión, «no es para residuos peligrosos. Bombonas de butano, bengalas o lanchas salvavidas tienen un tratamiento específico y no tienen que acabar en Ca na Putxa. Por estas cosas tenemos que proteger aún más la instalación y a los vecinos. Hay que poner los medios y trabajar para que los vecinos tengan el mínimo de molestias».