Josefina Serrano, de 78 años, vivía sola en los Bajos de un edificio situado en el número 15 de la calle Vista Alegre, en Portopí (Mallorca). La casa, de 144 metros cuadrados, tiene cuatro habitaciones y dos terrazas. La mujer, con movilidad reducida, fumaba mucho y no tenía contacto con su familia desde que se divorció de su marido. «Muchas veces me pedía que le comprara tabaco y medicina», recordaba ayer George De Castro, el encargado del mantenimiento del inmueble de color beige.
El hombre la acompañó en infinidad de ocasiones hasta Son Espases porque hace algo más de un año Josefina se cayó al salir al balcón de una de sus terrazas y sufrió un gran corte en la pierna con la puerta corredera. «Me llamó para que le ayudara a limpiar la cocina porque estaba todo lleno de sangre y la acompañé al hospital», decía George.
Hace un tiempo que volvió a caerse otra vez en su vivienda y se hizo daño en una mano. Tenía que desplazarse con un andador por su delicado estado de salud. George siempre estaba ahí para ayudarla. «Era una mujer muy mayor que vivía sola y me pedía muchas veces que le hiciera el favor de comprar tabaco. Estaba peleada con su familia y no tenía contacto», explicaba George en la entrada del inmueble.
El martes, sobre las 09.30 horas, vio la portería del edificio llena de humo y dejó la puerta abierta y luego hizo lo propio con las ventanas de las escaleras de la comunidad. La mujer que reside en el primer piso le comentó que todo el inmueble estaba repleto de humo.
George intentó entrar en el domicilio de Josefina, pero no pudo. El humo se lo impidió y llamó a la ambulancia. Una pareja de policías, según declaraba el responsable de mantenimiento, la sacó hasta el rellano y la intentó reanimar. Los bomberos de Palma acudieron a los Bajos B en los que vivía Josefina y comprobaron que el fuego ya estaba apagado. El incendio, según las primeras hipótesis de los investigadores de la Policía Nacional, se habría producido en el colchón de la cama por un cigarro mal apagado.
La habitación de la mujer se encontraba cerrada y el colchón, sin combustión, se fue consumiendo poco a poco hasta quedar solo los hierros. Josefina, según fuentes policiales, se despertó por el fuerte olor e intentó huir de la habitación, pero no le dio tiempo. La mujer falleció por intoxicación de humo.