El exfutbolista francés Robert Pirès (Reims, Francia, 1973) será este sábado de 11.30 a 17.00 horas el gran protagonista de un evento solidario que se celebrará en el Municipal Kiko Serra de Sant Jordi para ayudar a Ibiza y Formentera Contra el Cáncer (IFCC). Lo ha organizado Morna International College, dentro de los premios Duke of Edinburgh 2021-2022, con entrada de cinco euros que se destinarán a la asociación y un sorteo de distintos lotes cuyas papeletas ya se pueden comprar en el colegio o llamando al 666991336.
El exjugador de Metz, Olympique de Marsella, Arsenal, Villarreal o Aston Villa y campeón en el mundial de Francia de 1998 atendió ayer amablemente a Periódico de Ibiza y Formentera en una entrevista donde repasó su vida en Ibiza, su función en el equipo de fútbol de la Peña Deportiva Santa Eulària o su pasión por ayudar a los niños.
Este sábado hará de árbitro en el Kiko Serra de Sant Jordi. ¿Es la primera vez que arbitrará un partido?
—(Risas) La verdad que sí. Y estoy un poco nervioso porque no es fácil. Además, en mis tiempos de futbolista casi siempre les echaba la culpa de algunos de mis errores. Era respetuoso pero también un poco pesado. (Risas)
¿Le temblará la mano si tiene que sacar alguna tarjeta?
—Por supuesto. Pero estoy seguro que todos se comportarán y que pasaremos una jornada muy divertida donde lo más importante es ayudar a Ibiza y Formentera contra el Cáncer.
¿Cómo surgió la idea de colaborar con este evento?
—A través de Morna International College. Allí estudian mis hijos Theo, Alessio y Naia y estamos muy contentos con todo lo que están aprendiendo y como funciona todo. Así que cuando me lo propusieron y viendo que es algo tan bonito no me pude negar. Todo lo que sea ayudar a los demás siempre es una buena idea.
Además, en un evento relacionado con el fútbol...
—Es la mezcla perfecta. Poder ayudar prestando mi imagen y aportando mi granito de arena me encanta. Y además, si tiene que ver con el fútbol y con los niños pues ya si que es perfecto.
Ya lleva tiempo afincado en Ibiza, ¿cómo es su vida aquí?
—No puede ser mejor. Llevamos año y medio y tanto mi mujer como mis hijos estamos muy contentos porque todos los ibicencos nos han acogido con los brazos abiertos haciendo que nuestro día a día sea genial.
Tras vivir en tantas ciudades del mundo, ¿cómo decidieron mudarse a Ibiza?
—Fue mi mujer. Después de 16 años en Londres donde ejerzo como embajador del Arsenal fue ella la que nos pidió un cambio. Buscábamos un lugar con más sol, más pequeño y más tranquilo y tras pensarlo bien nos mudamos aquí. Y la verdad es que ha sido una gran decisión.
¿Sigue jugando al fútbol? ¿O ya solo se dedica al pádel?
—(Risas) Pues hago las dos cosas. El pádel es un deporte que me encanta pero el fútbol es mi pasión. Forma parte de mi vida y eso no se puede olvidar fácilmente. Por eso siempre que puedo, todos los jueves echo mi partidito con los veteranos de la Peña y nos lo pasamos muy bien.
Me han dicho que sigue en plena forma... ¿no ha recibido llamadas de algún club de la isla para que descuelgue las botas?
—(Risas) Deja deja. Estoy muy bien como estoy y además todos los equipos de Ibiza tienen grandes profesionales en sus plantillas. Yo ya solo estoy para jugar pachangas de amigos.
El sábado estará con muchos niños. ¿Qué les diría a los que le ven como un ejemplo a seguir en el fútbol?
—No tendré ningún problema en contestar a lo que me pregunten. Para eso estoy y además me encantan los niños. Pues les diré lo mismo que les intento enseñar a mis hijos, que sin esfuerzo y sin trabajo no se llega a ningún lado. Y no solo en el fútbol, sino en todos los ámbitos de la vida.
¿No cree que esos valores se están perdiendo entre nuestros niños y jóvenes?
—Puede ser pero es algo básico. Puedes tener talento, y algo de suerte en la vida, pero si no pones esfuerzo y trabajas bien todos los días, es imposible llegar a nada.
¿Y a los que sueñan con ser como Messi o Cristiano Ronaldo?
—En ese caso les diría que están en una edad, como por ejemplo mis hijos de 10 y 14 años, en la que tienen que divertirse con el juego. Ser felices. Disfrutar de cada momento con sus compañeros en el campo y en los entrenamientos. Y luego, si todo va saliendo bien y evolucionan ya llegará el momento de tomarse la cosa más en serio. Ahora tienen que pasarlo bien.
Y ya la última. ¿Pasará la Navidad en Ibiza?
—Nos encantaría pero no. De hecho el domingo cogemos hacia Francia para pasarlas con nuestras familias. Afortunadamente no son muy distintas a las españolas, con mucha comida y bebida, así que a la vuelta ya habrá tiempo de recuperarse. (Risas).