Silvia Hernández, portavoz de los vecinos del edificio Don Pepe, visitó ayer el plató del BNP. La portavoz de los vecinos del edificio desalojado este pasado viernes declaró que «los vecinos están totalmente destrozados; la sensación que tenemos todos es que nos han robado nuestras casas a plena luz del día» ante el desalojo que han sufrido a las puertas de las Navidades. «Produce sensación de rabia e impotencia que haya sucedido esto después de haber presentado hasta cinco informes firmados por profesionales de prestigio que constatan que nuestras casas no tienen ningún peligro inminente de derrumbe y aún así se ha llevado a cabo el desalojo de todo el edificio», apuntó.
Lucha
La portavoz apuntó que el hecho de haber sido desalojados de sus viviendas neutraliza la lucha de los vecinos por recuperar sus casas, «desde dentro de tu casa luchas de manera distinta; ahora a los vecinos les toca luchar por sobrevivir». Hernández pone el foco en la «mochila» que se llevan los vecinos desalojados «de 500 o 600 euros». «Esta mochila consiste en que los vecinos deben seguir afrontando la hipoteca, el mínimo de luz y los gastos de la comunidad que hay que seguir pagando para afrontar los gastos que tenemos», aclaró Hernández, quien también recuerdó que a todo esto «hay que añadirle un nuevo alquiler, y todos sabemos lo que supone un alquiler en Ibiza». Tras hacer las cuentas, la portavoz lamentó que «no sabemos cómo sobrevivirán los vecinos».
Hay 12 familias en los apartamentos Bon Sol de las que solo tres han encontrado un alquiler y ninguno de los tres por menos de 1.200 euros. Aunque a la portavoz no le conste que ninguna familia se haya trasladado a la Península reconoce que «seguro que a algunas no les quedará más remedio, pero antes se tienen que buscar trabajo y vivienda», no obstante Periódico de Ibiza y Formentera ha podido confirmar que por lo menos una de las vecinas desalojadas ya se ha instalado en Madrid.
Protesta vecinal
Sobre el episodio del pasado viernes en el Ayuntamiento de Sant Josep, Hernández aseguró que «lo único que querían los vecinos era que el alcalde les mirara a la cara» tras haber ejecutado el desalojo del edificio sin que ningún representante del Ayuntamiento acudiera hasta allí. Ángel Luis Guerrero tenía prevista una rueda de prensa y los vecinos quisieron acudir y «al verlos a todos no sé que le pasó pero se quedó en su despacho. Accedió a reunirse con cuatro vecinos, menos mal que el Policía Local medió y al final el alcalde accedió a reunirse con grupos de 10, aunque no acabó de dar la cara». «Fuimos muy civilizados, nos comimos la rabia. Nos felicitaron las fuerzas de seguridad y todo», precisó.
Recorrido judicial
Hernández está convencida de que «con voluntad política podría estar solucionado mañana mismo. Sin voluntad política el camino judicial puede ser muy largo, de varios años».
Este recorrido judicial pasa por los contenciosos contra el desalojo de las escaleras uno y dos y de las tres, cuatro y cinco, que van camino de convertirse en contencioso al estar a punto de cumplir los dos meses desde que se presentaron. Estos recursos incluyen el último informe técnico favorable a las tesis de los vecinos. Por otro lado está el recurso contra la declaración de ruina del edificio que, tras casi dos meses de su presentación, está a punto de convertirse en un nuevo contencioso.
Hernández está convencida que la misma fórmula por la que se le acabó dando la licencia al polémico complejo de Rafa Nadal en Mallorca podría servir también en su caso.
Desconfianza
La portavoz de los vecinos del Don Pepe muestra abiertamente la desconfianza hacia el edil de Sant Josep. «Podría haber evitado los desalojos antes de Navidad. Si se hubiera estudiado el informe que les presentamos, no tenía por qué haber pedido la orden judicial».
Tenemos la esperanza de poder volver a nuestras casas, confiando en el compromiso del Govern en la última reunión en la que se comprometieron a estudiar nuestra situación legal para encontrar el camino para que nos den el permiso necesario.
La portavoz no quiso despedirse sin felicitar las Navidades, «especialmente a la persona que firmó los desalojos y quien mostró en todo momento oposición sin ninguna base técnica» a los argumentos de los vecinos del Don Pepe.