Un total de 14 años y seis meses de prisión, orden de alejamiento en favor de la víctima, una medida de libertad vigilada tras el cumplimiento de la condena de cárcel e indemnizar a la joven con 20.000 euros por las secuelas. Es la pena solicitada este viernes por la Fiscalía para un hombre juzgado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial por un delito de abusos sexuales continuado a una menor en Ibiza. La joven relató este viernes los episodios que habría sufrido durante tres años, entre los 9 y los 12 años.
En la vista celebrada este viernes, la joven, que ahora ya es mayor de edad y declaró en la sala separada por un biombo, advirtió que no contó nada hasta pasados varios años, entre otros motivos, porque no era consciente de la gravedad de lo que estaba ocurriendo. «Yo pensaba que los padres de mis amigas también les hacían eso a ellas», indicó entre sollozos.
La joven relató que todo comenzó «de forma muy inocente al principio», con juegos de «cosquillas». «No sé en que momento ‘se cruzó'», lamentó. Continuó indicando que de las cosquillas el hombre pasó a besos en la boca, tocamientos y también trataba de forzarle a masturbarle. También apuntó que a veces dormía en la cama con sus padres y una vez él la estuvo «tocando toda la noche», con su madre «al lado» durmiendo. También señaló que a menudo él entraba en el baño mientras ella se estaba duchando.
«No sabía qué tenía que pensar, no sabía cómo me tenía que sentir. Nadie me había hablado de qué era el sexo o el consentimiento», declaró, visiblemente afectada. La joven aseguró que esto ocurrió de forma continua durante varios años, hasta que, en una ocasión, él la penetró, sin llegar a conseguirlo completamente. «Me dijo, «vamos a hacer esto bien», apuntó. En ese momento ella se escabulló de la habitación y a partir de ahí comenzó a evitarle.
El caso salió a la luz cuando la menor, ya en la adolescencia, acudió a la orientadora de su colegio. Lo hizo para hablar sobre la mala convivencia que tenía con su padrastro, y no pensaba hablar de los abusos, pero el asunto terminó apareciendo en la sesión: «No pensaba en contarlo, lo quería guardar en secreto. La orientadora tardó muy poco en concertar una cita con mi madre».
Por su parte, el acusado negó los abusos: «Eso es una fábula, eso nunca ha pasado», aseveró.
Además, el acusado aseguró que la relación con la niña fue «muy mala desde el principio» porque la menor «tenía malos modales y contestaba». También sostuvo que cuando se casó con su madre, la menor «estuvo llorando toda la mañana en el ayuntamiento» por un berrinche supuestamente por celos.
El acusado también afirmó que la madre de la menor le habría exigido, a través de un abogado, 50.000 euros a cambio de no denunciarle. La madre negó ese extremo, asegurando que eso es «mentira» y que «nunca» le ha pedido dinero. Esa acusación del padrastro ya fue objeto de otro juicio por supuesta extorsión, y la mujer resultó absuelta.
El acusado ya ha consignado 5.000 euros en concepto de responsabilidad civil. La defensa pidió la libre absolución y la nulidad de algunas actuaciones. El caso quedó visto para sentencia.