Sant Josep no está dispuesto a dar su brazo a torcer con el Consell d'Eivissa en lo que a la lucha contra las fiestas ilegales se refiere. Mantiene su rechazo a la propuesta de modificación legislativa elaborada por la máxima institución insular porque, según recordó su alcalde, Ángel Luis Guerrero, «hasta las habitaciones de un hotel se consideran domicilio». Y este concepto cuenta con la protección de la Constitución. Guerrero, sin embargo, tiene claro que hay otras soluciones posibles a este tipo de eventos, que afectan especialmente a su municipio y que pueden ser activadas directamente por el Consell.
«Tal vez podrían dejar de dar permisos de viviendas turísticas», indicó el alcalde en declaraciones a Periódico de Ibiza y Formentera, «quizás debería pensarlo el Consell». Y es que para el alcalde el problema estriba en este tipo de establecimientos que es en los que, según la experiencia del Consistorio, se suelen celebrar las fiestas clandestinas. «Esta comunidad», prosiguió Guerrero, «se inventó una cosa que son las viviendas turísticas. Se les olvidó eliminar la palabra vivienda y, claro, eso está constitucionalmente protegido. Es decir, la vivienda es tu casa, tu castillo».
Cambio de denominación
El alcalde recordó que, cuando las fuerzas de seguridad intervienen en un hotel, solo pueden hacerlo en las zonas comunes porque las habitaciones también tienen la consideración de domicilio y, por lo tanto, no se puede acceder al interior de las mismas sin orden judicial. «Donde se celebran las fiestas ilegales se considera una vivienda y, por lo tanto, el Ayuntamiento lo que le está pidiendo al Consell es un informe jurídico que indique que el cambio de denominación es posible para poder entrar», explicó el primer edil.
A pesar de que el informe del Consell, tal y como ya avanzó este periódico, sí indica esta cuestión, Guerrero abundó en que «no dice que se pueda cambiar» el concepto de vivienda. «Nosotros», añadió, «somos los que más hemos actuado contra las fiestas ilegales y somos los más interesados en que se haga un cambio legislativo. Pero no se puede llamar a la puerta del Govern sin ese informe porque eso es populismo».
El alcalde insistió en la idea de que debería retirarse el nombre de «vivienda» a las viviendas turísticas y puso como ejemplo lo sucedido en Casa Lola, donde, a pesar de todas las evidencias, «la policía no ha podido entrar». «Mientras estos espacios sean viviendas y siga existiendo ese concepto, no podremos actuar», aseguró y apuntó como posible nueva denominación la de «entidades hoteleras».
Guerrero admitió que, de producirse este cambio de denominación, las fuerzas de seguridad tampoco podrían entrar en las habitaciones, que seguirían teniendo la consideración de domicilio. Pero sí podrían hacerlo en las zonas comunes o en el exterior. Esto, en su opinión, ayudaría, por ejemplo, a identificar a los organizadores o promotores. Algo que ahora resulta extremadamente difícil y que obliga a que los agentes tengan que «denunciar a todo el mundo». «Nuestros juristas y los de Vila», concluyó el alcalde, «coinciden en destacar la inviolabilidad del domicilio. O cambiamos el concepto vivienda o no se puede hacer nada. Además, decir que una vivienda es turística sin pedirle licencia de actividad, rasca. Son hoteles pequeños».
La postura de Guerrero fue duramente criticada por el PP días atrás. La portavoz de la formación en la isla, Marilina Ribas, acusó a los socialistas, liderados por el conseller autonómico Josep Marí Ribas, de estar a favor «de entrar en las casas de las personas solo si es para expropiárselas, como ha hecho con los grandes tenedores para ocultar su fracasada gestión en política de vivienda o con los Don Pepe».
Ribas también reprochó a la FSE-PSOE haberse «puesto de perfil» en el difícil asunto de las fiestas ilegales. Una conducta que también achacó al conseller autonómico de Turismo, Iago Negueruela: «No hace nada y, además, siempre que tiene oportunidad, demoniza el modelo turístico ibicenco. Agustinet y Rafa Ruiz no pintan absolutamente nada y demuestran que se limitan a hacer seguidismo de Negueruela».
La primitiva