Un problema técnico obligó este viernes a cancelar en Can Misses la realización de resonancias magnéticas. El Área de Salud de Ibiza y Formentera aseguró que se trata de una avería sin demasiada importancia, por lo que la incidencia podría quedar resuelta este próximo lunes, una vez se traslade a la isla de Ibiza uno de los técnicos especialistas en arreglar este tipo de aparatos.
Fuentes sanitarias calculan que unos 20 pacientes se vieron este viernes afectados por la cancelación de estas pruebas.
El equipo de resonancias magnéticas está operativo todos los días del año, entre las 08.00 y las 22.00 horas. Básicamente se utiliza en pruebas diagnósticas que nunca tienen carácter urgente, aunque excepcionalmente puede usarse también en casos graves como una compresión medular por fuerte caída. Las resonancias pueden durar entre 30 y 90 minutos y tanto pacientes hospitalizados como de tipo ambulatorio se someten a ellas.
Según fuentes sanitarias, en principio esta nueva avería no va a retrasar ningún diagnóstico.
"Desde el servicio ya han planificado la recuperación de las citas que se van a cancelar hasta el lunes", aseguran desde el Área de Salud.
En caso de urgencia, explican que el paciente podría someterse al TAC y, en situaciones muy excepcionales, ser derivado a la Policlínica Nuestra Señora del Rosario.
"Se prioriza con la prueba preferente, aunque el sanitario puede solicitarla así y después es Radiología quien aplica su criterio y decide cuál es la resonancia urgente según el volumen de casos que manejan", concluyen desde Can Misses en relación al funcionamiento del servicio.
Varias averías
No es la primera ocasión en la que una avería obliga a cancelar resonancias en el hospital de Can Misses. Por poner algunos ejemplos, en marzo de 2019 un problema en el sistema de imantación del aparato provocó también la suspensión de unas cien pruebas. La situación se prolongó durante una semana y hasta cuatro pacientes tuvieron que ser derivados a la Policlínica.
En noviembre del mismo año, el servicio de Radiología llegó a realizar numerosas pruebas más en un solo mes para sacar adelante todo el trabajo atrasado ya que el aparato estuvo averiado otros treinta días a finales de verano. En aquella ocasión, la incidencia técnica se produjo desde el 19 de septiembre al 20 de octubre y afectó a unos 400 pacientes.