Enfermeros y fisioterapeutas de los hospitales públicos de Mallorca, Menorca e Ibiza alertaron ayer, durante una protesta conjunta, sobre la falta de recursos para los centros sanitarios.
El sindicato de enfermería Satse en Baleares quiso lanzar «un mensaje claro y contundente a las administraciones y partidos políticos» alertando de que «no sólo están enfermas las personas que necesitan atención y cuidados en estos centros, también nuestra sanidad pública, y su pronóstico es muy grave porque no se quieren destinar los medios y profesionales necesarios», indicaron los profesionales sanitarios en un comunicado.
En este sentido, Satse destacó el «gran engaño» que han sufrido todos los profesionales y también el conjunto de la sociedad, por parte de unas administraciones públicas y partidos políticos que «alzaron su manos para aplaudir a nuestra sanidad pública durante lo más duro de la pandemia y ahora las tienen escondidas en los bolsillos y con una clara actitud de brazos caídos».
En las concentraciones celebradas en los principales hospitales de las islas se denunció que no hay ni recursos, ni medios ni profesionales suficientes en los cerca de 350 hospitales públicos que hay en el país, lo que genera problemas y deficiencias que impiden poder ofrecer una atención sanitaria y unos cuidados de calidad a toda la ciudadanía.
Así, el sindicato detalló que hay «esperas de semanas y meses para ser atendido en una consulta, realizarse una prueba diagnóstica o ser intervenido, saturación y situaciones de colapso en servicios especialmente sensibles, como las Urgencias, camas en pasillos o cerradas en verano». «Son algunas de las lamentables consecuencias de la falta de interés de administraciones y partidos políticos por reforzar y mejorar la sanidad pública de nuestro país», subrayaron.
Los sanitarios explicaron que, además de tener contratos precarios y temporales en muchos casos, desarrollan su labor asistencial de forma que es difícil conciliar su vida laboral con la personal y familiar.
En el caso de las Pitiusas, hicieron hincapié en la necesidad de poder contar con un complemento por insularidad acorde al coste de la vida en Ibiza y Formentera.