Después de varias exitosas jornadas de recogida, ha llegado el día. Hoy más de 15 toneladas de provisiones partirán en un contenedor, desde el puerto Ibiza, rumbo a la frontera de Ucrania con Polonia.
La comunidad ucraniana que vive en la isla lleva días haciendo recogidas de todo tipo de suministros necesarios para enviar al pueblo ucraniano. La respuesta ha sido tan abrumadora por parte de los ibicencos que han conseguido reunir casi 18 toneladas de vituallas entre alimentos, medicamentos y fardos de ropa.
«No esperábamos tanta ayuda. La solidaridad que han mostrado es maravillosa», destacó ayer Vasyl Danyshenko, uno de los responsables de gestionar la carga marítima que hoy saldrá desde el puerto de Ibiza hasta Valencia y de ahí a Ucrania.
Causa ucraniana
Desde que Rusia invadió su país, estos vecinos se han volcado con la causa ucraniana para apoyar a su pueblocon campañas de recogida como la del sábado pasado en Santa Eulària. Decenas y decenas de vecinos acudieron para hacer donaciones y colaborar con ellos.
«Durante la mañana recaudamos más de 3.000 euros e infinitas bolsas con comida. No me lo podía creer», señaló Vasyl Danyshenko emocionado. Todo este reparto se trasladó al Club Parroquial de Cáritas, convirtiendo la sala principal en un auténtico revoltijo de enseres.
Desde entonces, la comunidad ucrania de la isla, junto a varios vecinos, han estado empaquetando, precintando y ordenando todas estas pertenencias para que hoy se pudiesen trasladar al puerto de Valencia, siendo el primer envío que se realiza desde Ibiza. «Llevamos desde las 07.00 horas organizando las cajas para poder cargarlas en los pequeños camiones de los que disponemos», señaló ayer Galyna Danyshenko, mujer de Vasyl Danyshenko.
En este sentido, durante todo el día de ayer, alrededor de 50 personas ayudaron a trasladar las provisiones al contenedor, de tres metros de largo y 2,50 metros de ancho, que esperaba aparcado en el parking del Palacio de Congresos de Santa Eulària.
«Cuando esté todo cargado, la empresa de transporte se encargará de gestionar el transporte marítimo del contenedor», subrayó Igor Mykolaychuk mientras subía una de las cajas precintadas. Mientras tanto, Galyna Danyshenko seguía en el Club Parroquial sellando las bolsas. Esta mujer, que vive con sus hijas y su marido en Ibiza desde hace 20 años, tiene a parte de su familia en el pueblo ucraniano de Ivano-Frankivsk. «De momento están bien porque viven en una pequeña villa y la peor parte se la están llevando las ciudades, pero queremos que vengan», señaló esta residente ucraniana.
Explicó que su sobrina no quiere irse de Ucrania porque «quiere ayudar a los suyos». «Junto a otros vecinos han habilitado una vivienda con 150 camas para las víctimas que intentan huir», puntualizó.
Cerca de ella, dos adolescentes ucranianas pintaban dos murales en los que se podía leer: «Agradecemos a Ibiza y Formentera vuestra ayuda; solamente no pueden dar las gracias los 38 niños que han fallecido en esta guerra». «Estos carteles irán pegados por fuera del contenedor para que todos los vean», señaló Ana Voucova.